yavy es la nueva heroína del anti pop con su primer disco, “Nada que aportar”. La canaria desborda carisma, mucho humor y honestidad en las nueve canciones de este LP
yavy es Yavanna Cubas, canaria del barrio de Las Torres Las Palmas de Gran Canaria. Hace diez años se asentó en Madrid y empezó a trabajar en la industria musical. Ahora, aún sabiendo todos los tejemanejes de las bambalinas, se ha aventurado a publicar su primer disco y ponerse delante de los focos y encima de los escenarios. “Nada que aportar” es una directa reflexión sobre la edad, las drogas y el fake guayismo.
yavy (@soy_yavy) / Fotos: @laura.aglr y @c.c.asensio
El ageism, el paso del tiempo, la edad, la industria musical, el ir a contracorriente, estos son los ingredientes de los temas de Yavanna
Trabajas en la industria musical desde hace tiempo, ¿qué te llevó a empezar a componer?
Antes de empezar en la industria me dedicaba por las tardes a “jugar” con el Ableton y llevaba unos años probando a inventar letras y melodías apoyándome en la guitarra, así que podría decirse que fue un poco al revés: el interés por la composición me llevó a la industria musical. Es cierto que empecé a encontrar un estilo propio y a hacer las primeras canciones “escuchables” cuando entré en la industria, y estar en ella me nutrió de sonidos y me abrió la mente a nuevas posibilidades.
Aún conociendo el lado más oscuro de la industria musical desde las bambalinas, ¿qué te animó a seguir?
Jajajajajajajajaja no lo tengo claro. En parte creo que las ganas de enseñar las canciones que ya empezaban a amontonarse, creer que tenía algo que decir con ellas, tener ganas de aprender en el proceso y averiguar qué podía ocurrir si las compartía. Vivir las cosas desde los dos lados es muy interesante y a la vez muy natural, he de decir.
Yavy: “Porque me llamo Yavanna pero estoy harta de deletrear mi nombre, así que preferí deletrear cuatro letras antes que siete. Economía del lenguaje”
¿Te ves capaz y cómoda compatibilizando los dos mundos?
Los dos mundos se apoyan mutuamente. Aprender de uno me ayuda a ser mejor en el otro, pero a la vez hace que me emocionen menos ciertas cosas, que ya sé cómo funcionan o, incluso, ya he vivido.
Yavy es tu nombre musical, ¿por qué?
Porque me llamo Yavanna pero estoy harta de deletrear mi nombre, así que preferí deletrear cuatro letras antes que siete. Economía del lenguaje.
“Nada que aportar” es tu primer disco, ¿cuándo lo has compuesto?
A lo largo de varios años, en los que no tenía claro que fuera a hacer un álbum, sino que me iban surgiendo canciones. Tampoco sabía si las terminaría de producir o se quedarían en un cajón.
¿Por qué lo has llamado “Nada que aportar”?
Me parecía divertido. Y me gusta este tipo de diversión contestataria. Hay una canción que se llama así en el disco y que me parece un buen resumen de la hiperproductividad de nuestra sociedad y de las inseguridades que nos genera. Nos escuchan o nos descartan dependiendo de si tienes o no “algo que aportar”, medido en seguidores, proyectos, contactos, etc.
“Arruguitas” es un tema que me gusta mucho, una vez nos comentabas que te sorprendía cómo hombres y mujeres -muy jóvenes- ya les daba miedo decir su edad. ¿Por qué crees que pasa?
Porque son un producto, así que tienen que ajustarse a lo consumible lo máximo posible. Bueno, somos un producto. Se podría cambiar aceptando la vejez, pero la vejez es triste y dura y preferimos no ver lo triste y duro en una sociedad en la que la alegría es imperativa. Con la pandemia ya mostramos el lado más perverso detrás de esa deriva.
“La música es una especie de cultura bro, basada en la homosocialidad”
Como chica joven en la industria musical, ¿crees que se sigue machacando igual a las mujeres y su edad a la hora de conseguir trabajos?
Creo que se machaca menos, por las historias que he escuchado de tiempos pasados. Pero sigue existiendo. Sobre todo porque la música (como casi todo) es una especie de cultura bro, basada en la homosocialidad. Quiero decir, que los beneficios se mueven entre esferas de colegas y replantearla supone realizar un esfuerzo consciente. Hacer esfuerzos no nos gusta, así que no todo el mundo lo hace, pero siento (o quiero creer) que cada vez más.
También hablas, sin tapujos, de dejar las drogas, justamente en un mundo en el que, si no te drogas eres el raro, ¿por qué has querido abordar esto?
La canción surgió por ver la falsa seguridad de muchas personas respecto a su control con las drogas. A partir de ahí se convirtió en un tema divertido y que me gustaba especialmente, antes incluso de saber que iba a sacar un disco. Una vez hecho, la enarbolo y espero que el Ministerio de Sanidad algún día la use en una campaña. Ya dos personas me han dicho que han dejado de fumar y que la canción ha sido lo que les ha terminado de decidir. De nada, Ministerio, pero unos eurillos, porfi :S
¿Qué te ha animado a hablar, sin filtros, de todos esto tema que parece que siguen siendo tabú?
Me encanta hablar de temas de los que no se habla, porque creo que son justamente de los que más es necesario hablar.
¿Pop? ¿Indie?
Yo me siento muy pop, aunque a veces haga cosas raras.
¿Con quién te gustaría colaborar?
Diego Lorenzini, Casero, Ralphie Choo… Hay muchas personas a las que admiro en esta escena tan viva. Por soñar, Julieta Venegas, Sega Bodega, Bala Desejo…
Planes para 2023.
Tocar mucho y sacar más cositas.
“Nada que aportar” es el primer LP de Yavy. Lo explica canción a canción, tema a tema y track by track
1- Track 1 de “Nada que aportar”: “Arruguitas”
Fue una de las primeras canciones que compuse, aunque durante bastante tiempo estuvo solo la parte del comienzo, hasta el “dime que tú no lo sientes”, guardada en un cajón. Para mí habla de la sensación de despertarte un día, darte cuenta de que aparecen los primeros signos de la vejez, pero que aún no has logrado identificarte con ella, por no haber alcanzado los objetivos o tener resueltos los asuntos que esperabas para esa edad. Cuando rescatamos la demo Pablo Qvilava le añadió ese bajo increíble y a mí se me ocurrió el estribillo/coda final que hicieron que volviera a sentir que la canción merecía la pena.
2- Track 2 de “Nada que aportar”: “Deja las drogas”
No va sobre una persona en concreto, por si acaso. Va de varias situaciones en las que he visto a amigas y, sobre todo, de los intentos poco creíbles de dejar las drogas. Llevaba años con esos no-acordes en la cabeza y un día encajaron con una melodía que desde el primer minuto supe que era pegadiza. La demo era un poco caótica en cuanto a estructura y Alberto me ayudó a cerrarla como se merecía y a darle ese toque Mac DeMarco.
3- Track 3 de “Nada que aportar”: “Soy pobre (y quiero un millón)”
Compuse esta canción después de creer que había ganado un millón de euros en el euromillón (y no ganarlo). Estuve una noche entera mirando pisos. Me daba para pillar uno de tamaño decente y zona decente de Madrid y que sobrara un poquito. Me pareció triste tener que ganar la lotería para acceder a un derecho reconocido en la constitución. Al día siguiente ya tenía la demo y se la pasé a los compis con los que había comprado el boleto.
4- Track 4 de “Nada que aportar”: “Solo soy feliz (cuando no tengo tiempo)”
Originalmente se llamaba Cuarentena. Cuando todos estábamos encerrados nos quedamos sin muchos de los estímulos que nos impulsaban en nuestro día a día, y que evitaban que reflexionáramos sobre la situación que subyace. Esta canción también la conozco como la del 5/4. Hice un polirritmo sin querer que es una locura para tocar en directo, ¡pero lo hemos conseguido!
5- Track 5 de “Nada que aportar”: “Nadie está muy bien”
Poscuarentena, le pregunté a un amigo cómo estaba. Él me respondió: “No estoy muy bien, pero nadie está muy bien”. Me pareció una frase increíble así que la apunté y unos meses más tarde me salió unirla a una base en la que estaba trabajando. No tenía claro que se fuera a entender en un contexto posterior a la pandemia, pero es cierto que, por desgracia, sigue siendo actual.
6- Track 6 de “Nada que aportar”: “Te abandonaré (poco a poco)”
Para mí, usar la palabra abandono referida a relaciones sentimentales, en el fondo, habla de la dependencia. En aquel momento había varias historias a mi alrededor de pánico ante la posibilidad de que una pareja abandonara y terror ante la posibilidad de abandonar a alguien. Esta canción es una reflexión en clave pop a lo Britney triste.
7- Track 7 de “Nada que aportar”: “Querido oyente”
Aquí quería romper la cuarta pared y por eso puse ese título, aunque esa frase no aparezca en la canción. A la vez es un tema sobre enfrentarme a la posibilidad de ser escuchada y uno sobre la manía de pedir perdón constantemente.
8- Track 8 de “Nada que aportar”: “Nada que aportar”
Actualmente parece que se nos cuestiona constantemente si somos válidos o no, si tenemos una buena marca personal desarrollada, muchos proyectos, un buen físico y una vida lo suficientemente bella como para merecer la atención de alguna persona. Frente a esta exigencia yo digo que no tengo nada que aportar. Pero tampoco escapo a esa presión, en absoluto. Este tema lo compuse con mucha tristeza, al sentirme minusvalorada, pero se convirtió en un tema de baile y en una reivindicación.
9- Track 9 de “Nada que aportar”: “Nada más”
Surgió de forma natural, un día en el estudio de Juan Azul cuando fui a escuchar sus maquetas nuevas. A partir de esa idea, quise hacer una canción realmente triste y sencilla a nivel de producción, que quedara más vacía. Estoy muy contenta con el resultado.