Wabi Sabi, una perspectiva que trata sobre la espiritualidad del arte en un mundo que se mueve rápidamente hacia el materialismo desenfrenado.
La verdad es que explicar de manera adecuada el concepto wabi sabi , no siempre ha sido sencillo. No existe traducción literal ó exacta en ninguna otra lengua y su significado más profundo es difícil de entender fuera de Japón. Aunque los japoneses considerarían imprudente el mero hecho de intentarlo (tienen una gran tendencia a dejar lo inexplicable inexplicado), nosotros, creemos que merece la pena intentarlo.
Wabi sabi es una filosofía estética, tan intangible y tan envuelta en siglos de misterio, que hasta los académicos japoneses hablan de ella únicamente en los términos más poéticos. El arte wabi sabi encarna la vida de los monjes budistas, fundamentada en preceptos como la simplicidad, la humildad, la naturalidad y la autenticidad. Una vida sencilla y austera, consciente en todo momento de su fugacidad, que celebra el presente y al mismo tiempo mira con serena melancolía el paso del tiempo.
Esta filosofía, arraigada firmemente en el pensamiento Zen, nos desafía a desaprender el concepto occidental de perfección, enraizado en la visión helénica:La ausencia de defectos y errores, el esplendor, la permanencia. Nos re-descubre la belleza que se encuentra en los detalles más pequeños, en las irregularidades aleatorias, en la asimetría, en los fallos.
En definitiva, en la belleza de la imperfección.
Arriba: Kinsukuro, el arte japones de reparar objetos rotos, se basa en la creencia, de que cuando un objeto ha sido dañado, esto le dotará de mayor historia, acercándole a una belleza más sublime y más auténtica.
Ya en el siglo XIII los sabios nipones combinaban los mundos del arte y la filosofía en un todo simbiótico, donde la función y el objetivo de los dos se vuelven casi inseparables. Desde entonces, la cultura japonesa ha sido una fuerza creativa imparable, cuya influencia ha desarrollado nuevas formas de expresión, en los campos de la arquitectura, bellas artes, diseño y moda.
Arriba, “Unstructured Gestures” por Carlo Brandelli, 2018
Fendi, Primavera, 2011
La Irrupción de la estética wabi sabi en la moda.
Como no podía ser de otra manera, los primeros en transladar el concepto de wabi sabi a las pasarelas parisinas fueron los propios japoneses. A principios de los años 80 una ola de diseñadores provenientes del país del sol naciente irrumpieron en Europa, contradiciendo los códigos tradicionales y redefiniendo las fronteras estéticas, hasta entonces dictadas por el viejo continente.
¿Los pioneros ? Rei Kawakubo, Yohji Yamamoto, o Issey Miyake, que pusieron patas arribas los conceptos de belleza, femenidad y lujo.Todos comparten el gusto por lo inacabado, la decadencia y la transitoriedad. Y han dejado claro que, después de 30 años, siguen marcando las líneas más vanguardistas de las que beben el resto de las firmas.
En una entrevista para Vogue (1992), Kawakubo expresó: “Se da demasiada importancia a lo pulcritud, a las imágenes impecables. Los diseños que yo muestro no están terminados, expongo su construcción para indicar el valor de las cosas que son primitivas e imperfectas”
Rei Kawakubo, Invierno 1982-83
Yohji Yamamoto, Primavera 1983
La filosofía Wabi sabi está presente en nuestras vidas aunque ni siquiera lo sepamos. Piensa, por ejemplo en esos jeans rotos, usados, o en esa chupa de cuero, que jamás tirarías. Es la edad y el desgaste lo que los hace tan especiales. Cuentan una historia, un dónde y un cuándo. Tenemos un vínculo emocional, los sentimos vivas, los sentimos “nuestras”, y eso, solo se consigue con el paso del tiempo.
Esto es un ejemplo de wabi sabi y las marcas lo saben. Es por ello, que en los últimos años el envejecimiento de prendas, de manera intencionada, (“stoned washing” o lavado a piedra ) ha intentado imitar el mismo efecto.
Arriba, fotos de campaña “Go with the Flaw” de Diesel. Photographer: Tom Sloan
El impacto de Japón en Occidente ha sido prodigioso, y hay pocos indicios de que esta influencia disminuya. Sin embargo, es de observar que mientras la filosofía zen que envuelve el mensaje de wabi sabi mantiene el esfuerzo y la disciplina como herramientas para conseguir la autenticidad, nosotros los occidentales, elegimos beneficiarnos de esa sabiduria y de su atractivo simplificando el camino.
Replicamos lo conceptos, copiamos las ideas, y mientras lo hacemos, no respetamos los principios subyacentes que los hicieron florecer. Queremos llegar a la meta, pero no siempre queremos andar el camino.
En este enlace puedes ver el trabajo de Studio La Cube, también inspirados en el Wabi Sabi.