“La mejor película-concierto de la historia del cine”. Así se ha descrito siempre, sin ambigüedades, el magnífico film de Jonathan Demme, documentando un concierto de los legendarios Talking Heads. Cuarenta años después, “Stop Making Sense” vuelve a los cines.
Se estrenó en Estados Unidos, para ser exactos, el 24 de abril de 1984. Y cuatro décadas más tarde, “Stop Making Sense”, que así se llama la película-concierto, mantiene una puntuación estratosférica en IMDb (8’7) y en Metacritic (94 sobre 100). Pero, ¿de verdad es tan buena? Sí, sí que lo es. Porque con ella Jonathan Demme, seis años antes de barrer en los Oscar con “El silencio de los corderos”, reinventó la edición, la planificación y la puesta en escena de lo que podemos entender como “película-concierto”. Y el 8 de marzo podremos comprobarlo todos, otra vez, con su reestreno en pantalla grande.
Imagen superior: Tina Weymouth, Ednah Holt, Lynn Mabry, David Byrne, Alex Weir. Foto: Jordan Cronenweth. Courtesy of A24.
De nuevo en los cines, restaurada en 4K
“Stop Making Sense” vuelve a los cines por la puerta grande, en una versión restaurada en Ultra Alta Definición 4K, con la que podremos apreciar cada gota de sudor en la cara (y la camisa) del gran David Byrne, líder de los Talking Heads. Pero ya en los 80 esta película era digitalmente innovadora, porque fue la primera (o de las primeras) en incorporar edición digital a las pistas de sonido. Por eso se ha escuchado siempre maravillosamente… pese a que este film no se rodó en único concierto de Talking Heads, sino en 4 conciertos consecutivos. En cada canción se usaron tomas (de vídeo y de audio) de los cuatro conciertos, tan bien editadas que los “saltos” son imperceptibles. Y la propia filmación fue digna de estudio.
Lynn Mabry, David Byrne. Foto: By Jordan Cronenweth. Courtesy of A24.
Cuatro conciertos en uno
Esos cuatro conciertos se celebraron en diciembre de 1983, en el Teatro Pantages de Hollywood. Y para que las cámaras de cine no distrajeran de la inmersión musical, Jonathan Demme filmó el primero de esos conciertos poniendo sus cámaras solo en el lado izquierdo del escenario. Y en el segundo concierto hizo lo mismo, pero esta vez con las cámaras en el lado derecho: sin que éstas “ensuciaran” la visión en el lado opuesto desde el que se estaba filmando. Los otros dos conciertos se aprovecharon para filmar distintos recursos. Y aún Jonathan Demme quiso filmar una quinta actuación, sin público, para lograr un sonido más limpio. Pero David Byrne y compañía se negaron: sabían que, sin espectadores delante, la “energía” del grupo en un (falso) directo no sería la misma. Y si algo tenía un concierto de Talking Heads, era energía.
Chris Frantz, Jerry Harrison, Tina Weymouth, Alex Weir, Bernie Worrell, David Byrne, Steve Scales, Lynn Mabry, Ednah Holt. Foto: By Jordan Cronenweth. Courtesy of A24.
Sumando instrumentos en cada canción
Otra peculiaridad de “Stop Making Sense”, del propio concierto más que de la película, es la forma que se van incorporando los músicos: uno a uno, en cada canción. La primera canción la interpreta David Byrne en solitario, acompañado tan sólo por una guitarra acústica y un radiocassette reproduciendo en cinta la base rítmica. De tan solitaria manera interpreta el artista “Pycho Killer”, uno de los grandes hits de Talking Heads. En la segunda canción entra un segundo músico, en la tercera un tercero… y así hasta que la banda completa está ya en el escenario, lista para poner al público patas arriba con “Burning down the house”. El concepto funcionaba a las mil maravillas en las salas de concierto, y funciona igual de bien en la película… respaldado, además, por la atrevida filosofía de montaje de Jonathan Demme.
Jerry Harrison, Chris Frantz. Foto: By Jordan Cronenweth. Courtesy of A24.
Planos largos para meterse en cada canción
La tónica del videoclip, ya en la primera mitad de los años 80, era la de planos cortos muy picados, emulando así el ritmo de las propias canciones… y mareando de paso al espectador. Pero Jonathan Demme sabía muy bien que la experiencia de un concierto no es así. Es, en cierto modo, en “plano fijo”: el plano descrito por la mirada del espectador. Decidido a emular la experiencia real, Demme optó en “Stop Making Sense” por planos largos, sostenidos en el tiempo, cortando con sentido y no con metrónomo. Y al mismo tiempo, la expresividad (facial y corporal) de David Byrne agradecía ese montaje, permitiendo apreciar así cada gesto y expresión de tan singular show-man.
Ednah Holt, Jerry Harrison, Lynn Mabry. Foto: By Jordan Cronenweth. Courtesy of A24.
El traje extra-grande
La película-concierto de Talking Heads es también una oportunidad de disfrutar del elemento de atrezzo (quizá) más famoso de la banda: el traje extragrande, de hombreras imposibles y anchura sobrehumana, que hacía parecer ridículamente pequeñas la cabeza y las manos de David Byrne. El propio Byrne dijo que ese era el objetivo: hacer que su cabeza pareciera más pequeña de lo normal. Y la forma más sencilla de conseguirlo era, claro, aumentar el tamaño del traje. Ese recurso, hoy icónico, es una de las grandes señas de identidad de Talking Heads, sin duda porque su película ayudó a popularizarlo.
Jerry Harrison, Ednah Holt, Lynn Mabry, Chris Frantz, Steve Scales, Bernie Worrell, David Byrne, Tina Weymouth, Alex Weir. Courtesy of Sire + Warner Music Group.
Demme y Cronenweth
Jonathan Demme no fue el único grande del cine que trabajó en “Stop Making Sense”. Su director de fotografía, responsable de la hipnótica luz de esta película-concierto, fue Jordan Cronenweth: el mismo que dirigió la “foto” de “Blade Runner”. Sólo por ese film, Cronenweth sería uno de los DP más influyentes de toda la historia del cine. Pero además, instauró toda una saga, porque su hijo es el también magnífico Jeff Cronenweth: director de fotografía habitual de David Fincher, y dos veces nominado al Oscar (por “La red social” y por “Los hombres que no amaban a las mujeres”).
Cronenweth Padre falleció en 1996, víctima del Parkinson, trabajando casi hasta el final de sus días pese a sus enormes limitaciones físicas. Y por desgracia, Jonathan Demme también nos dejó, en 2017, por complicaciones derivadas de un cáncer de esófago. Pero siempre nos quedará su trabajo conjunto en “Stop Making Sense”… ahora en pantalla grande y en 4K, a partir del 8 de marzo.