El joven diseñador francés Vincent Garnier Pressiat debuta en Paris Fashion Week con la primera colección de su firma homónima “Diamant de Nuit” FW21
Vincent Garnier Pressiat es un joven diseñador francés que se graduó hace muy poco en la prestigiosa escuela de la Chambre Syndicale de la Couture Parisienne. Nada más graduarse, esta joven promesa de la moda internacional trabajó en prestigiosas firmas de la talla de John Galliano, Maison Margiela, Saint Laurent o Balmain. Después de absorber todo el conocimiento en las grandes maisons decidió lanzar su propia firma Pressiat, y ahora, poco tiempo después de que el proyecto tomara forma, ya podemos disfrutar de su colección debut “Diamant de Nuit” presentada en la pasada edición de Paris Fashion Week.
La primera colección de Pressiat está formada por looks adaptados a los códigos de la época victoriana más lujuriosa y desinhibida. Los conjuntos masculinos y femeninos aun así siguen una estela de elegancia que podría incluso trasladarse a los escenarios. Por eso el joven diseñador escogió para la presentación un teatro aparentemente abandonado, en el que los modelos desfilaron como si en realidad estuvieran interpretando una obra llena de dandies y mujeres glamurosas que nos invitan a visitar su mundo de decadencia.
Los años 70 es otra de las grandes inspiraciones del diseñador, los códigos más característicos de la época se traducen y se renuevan para dejar como resultado una propuesta agresiva y muy refrescante. La colección “Diamant de Nuit” de Pressiat FW21 es una gran celebración de la confianza en uno mismo y la melancolía en la que se mezcla la artesanía, la arquitectura y el arte con el universo de la noche.
El aura general que crea también visita los años 30, con toques en las prendas que nos sumergen en sus características chispas llenas de prohibición. Aquellos locos años veinte y esa ansiosa sed de sofocar las costumbres opresivas se reflejan en la libertad de unas siluetas que invitan a hacer lo prohibido.
En cuanto a la paleta cromática Vincent destaca el blanco, el negro y el beige, siendo estos los colores emblemáticos de los trajes masculinos de aquel momento. Con estos claroscuros, las luces y las sombras representa una pequeña metáfora que muestra la represión que sufre la sociedad en la actualidad debido a la pandemia mundial.
Vestidos ajustados que no dejan libertad de movimiento hasta el punto de casi asfixiar contrastan con otros looks oversize deconstruidos que dejan total libertad de elección. Una bonita forma de representar ese disfrute de la elegancia de cada uno, sea de la forma que sea, sintiéndonos dueños de la noche en una búsqueda por hallar un gran clímax momentáneo que calme nuestra sed de lujuria.