TOY

EL REGALO QUE TE VAN A TRAER POR HABER SIDO MALO

TOY. Un grupo con nombre de los sesenta, estética de los setenta y sonido de los ochenta. Tomadas las cosas así, puede resultar que TOY es una banda falta de definición. Cuando, en la segunda canción, parecen tomar prestado un corte de ‘Dancing Queen’ de ABBA, la cosa empieza a sonar de verdad extraña. Pero recapitulemos, porque con ese nombre y esa referencia a ABBA, quizá estemos transmitiendo un idea equivocada de qué tipo de música realiza la banda británica en su primer disco, también llamado ‘Toy’ (Heavenly Recordings / Music As Usual). Porque en realidad no existe indefinición alguna. Es un grupo con una idea clara, capaces de adaptar cualquier tipo de recurso en pos de ese objetivo. Vemos, o mejor, oímos a multitud de bandas que levantan muros de sonidos incompresibles, mero ruido con el que tratan de transmitir una actitud y, en el mejor de los casos, lo que transmiten es dolor de cabeza. No es el caso de TOY. Es esa heterodoxia en sus referencias lo que les permite ser ruidosos sin perder la melodía. Panda, el bajista del grupo lo define bien: “Nos gusta experimentar con cada sonido. Pero preferimos que algunas cosas se insinúen a sonar innecesariamente ruidosos o demasiado suaves. Queremos un tipo de mezcla que resulte “fácil en el oído”. ‘Kopter’, el último tema del disco es el perfecto ejemplo. Ocho minutos de deriva perfectamente definida, en la que los instrumentos no se superponen, como tantas veces oímos, si no que se van acoplando hasta llegar un descarga mantenida plenamente digerible. Por el camino, se ha ido destilando un sonido que resulta oscuro sin ser tétrico, con melodías bien construidas como en la comentada “The Reasons Why”, acelerando cuando toca, sin salirse del carril en “Motoring” o mostrando, en “Dead & Gone” una cabezonería rítmica heredera de la Velvet. Si todo lo que se apunta en ‘Toy’ se mantiene en el directo, podemos estar seguros de que el ambiente de sus conciertos se podrá empaquetar y vender en el próximo Halloween.