Si pensamos en un artista ligado a internet o un artista de memes como él mismo se considera, ése es Tom Galle.
Tom Galle es un claro ejemplo de un artista web contemporáneo que utiliza para su proceso creativo tanto objetos como conceptos del mundo hipertecnológico actual, amoldándolos y combinándolos a su antojo para formar su propio lenguaje, un lenguaje que entre otras cosas nos habla del impacto que ha tenido la era de internet y las redes sociales junto con la tecnología en nuestras vidas.
Marcas, memes u objetos tecnológicos, puestos en contextos imposibles o contrarios, deconstruídos o elevados a un estrato superior al que pertenecen. Su arte es filosófico y crítico, pero también instantáneo y accesible, posicionándose así en la línea entre el arte académico y la cultura de los memes de Internet, una relación lógica para mundo en el que vivimos.
El arte actual y sus símbolos no son los mismos que hace 10 años y esto Tom Galle lo sabe, conoce qué cartas jugar para aprovechar el tirón de lo “viral” y conocer qué cosas están en la ola en ese momento. Esto último es muy importante ya que hoy en día un tema o un meme que te encuentras hasta en la sopa, dentro de 2 semanas puede que ni te acuerdes de él.
Su última pieza, “Zoom Suit” (el traje Zoom), ejemplifica a la perfección su metodología de abordar temas del momento, ya que con el confinamiento la utilización de la aplicación se disparó, y elevarlos al meme sin dejar de lado toda la carga crítica y simbólica.
15 prints originales de una fotografía de él mismo llevando el traje han salido a subasta en la plataforma Fundation a un precio inicial de 100$. Digo inicial porque en esta bolsa de valores cultural los precios de las piezas se ajustan a la demanda.
Las piezas están representadas cada una con un token digital, y cuantos más coleccionistas la compren, su valor asciende. Los coleccionistas, viéndose en la situación de que su token de “X” pieza ha ascendido debido a la compra elevada de la misma, pueden plantearse vender el token y obtener beneficios. Pero no sólo ellos, si no que el artista se lleva un porcentaje del valor del token cada vez que se hagan transacciones.
Este punto es importante ya que los artistas se benefician también de la “post-venta” de su arte, no sólo el coleccionista. Además esta aplicación es una evolución de la transición tradicional entre galería/ artista/ cliente pudiendo así acercarnos a un mercado del arte más propio del momento actual.
Tom Galle de nuevo ha sabido adaptarse a las plataformas de la nueva era, que para bien y para mal han cambiado el mundo, y poder llegar así a un público todavía más afín a su idiosincrasia y su lenguaje artístico.
9 de octubre de 2020 a las 17:47
Un buen artículo que nos motiva para empezar a conocer a Tom Galle.
Aguardamos el próximo, Antón.