TINY HIDDEN TREASURES 5

ARCHER PREWITT – WILDERNESS (THRILL JOCKEY, 2005)

Quinta entrega ya de nuestros “Tiny Hidden Treasures” donde Javier Mateos recupera joyas musicales que pasaron desapercibidas en su día. Hoy le toca el turno a un ábum de 2005, “Wilderness”, de Archer Prewitt.

Hace unos meses nos visitaron esa maravillosa banda de Chicago, The Sea and Cake, y al empaparse de su pop vanguardista, se hace necesario rescatar  el mejor disco de uno de sus miembros: Archer Prewitt y su “Wilderness” (Thrill Jockey 2005). Detrás de esa imagen de profesor universitario progre y cercano a sus alumnos, se esconde un artista brillante que compagina a la perfección su producción musical con la de dibujante de cómics e ilustrador. Por aquel año afrontaba el interesante reto de publicar su cuarto álbum en solitario, mientas su banda se tomaba un descanso discográfico. Esta deliciosa colección de agradables canciones, cuenta con una amplia gama de radiofónicas melodías que podrían encajar en la programación de cualquier radio soleada de la costa Oeste norte-americana, sobretodo en aquella dorada década de los 70. Banda sonora perfecta para conducciones sosegadas, acompañadas de paisajes extensos en cinemascope  y llanuras cargadas de calma refrescante. La música de Archer Prewitt es cercana, amable y está plagada de caricias sensoriales. Perfecta para disfrutar pausadamente al aire libre.  Sentirse libre y salvaje, en comunión con la naturaleza, parece ser el objetivo de todas ellas.

TINY HIDDEN TREASURES 5

Todo comienza con “Way of the Sun”, su caja secreta se abre a ritmo de joyero abandonado en un trastero. Observarlo significa soñar y recordar. Es imposible no empezar a sonreír de felicidad. El viaje ha comenzado, repite sin cesar: “We can go by the way of the sun”. Uno de los momentos claves para entender este trabajo hace acto de presencia en “Leaders”. Prewitt se viste del mejor Cat Stevens, para componer este excelente himno, cubierto de aromas florales a modo de canción protesta, y con ese final apoteósico que invita a ser coreado y cantado sin cesar: “Nothing seems to be so far away from truth and the natural laws. Nothing seems to be so far away”. Con los puños en todo lo alto, otro momento glorioso surge de su lírica estacional, “O, KY”,  pianos afilados y envueltos por una melancolía pop que alcanza la perfección. Tres partes diferentes: luminosidad, calma y rabia final. “Go Away” nos devuelve su lado más íntimo y confesional. Podríamos decir que estamos ante su tema más “Chicago”. La presencia (imaginaria) de miembros de la escena como Jim O´Rourke o Wilco fluye sin esconderse. “Judy, Judy” sintoniza con esa emisora perdida de autopistas de 18 carriles en la noche abierta, “jipismo” en la retina. A estas alturas del disco, se hace difícil elegir el mejor momento para no dejarse llevar donde Archer Prewitt nos diga. “No more” es un tema lleno de luz lunar reflejada sobre un lago en una noche de verano, cargada de magia y espiritualidad, como si fuese música creada para las escenas acuáticas de “Black Hole”, la genial novela gráfica de Charles Burns. “Think again” es una canción para corazones solitarios, vaquera pero vanguardista: “Time never leaves me, I´m sure. Yeah!”.
La clase y el pop más arty se juntan en la extensa “Cheap Rhyme”. Épica y nebulosa se dan la mano para repartirse el pastel sonoro.

En la parte final el alma se estremece con la cinematográfica (en su parte inicial), “Without you”. Encantadora y sensible que se transforma en una canción totalmente diferente en su desarrollo central – marca de la casa-, y navega entre el John Lennon más combativo, hasta que alcanza una explosión orquestal de emociones. La última de sus canciones da título al álbum, una especie de himno floreado que no hace más que elevar “Wilderness”, hasta la categoría de los clásicos, con su envoltorio siempre perfecto y su contenido cargado de conservantes que lo hacen eterno.