Pantallas de luz y piedras artificiales como displays para anuncios iluminadas por leds, instalaciones con bancos de imágenes de paisajes, bancos de imágenes de caras cosméticas y bancos de imágenes de manos cosméticas y sonrisas perfectas, esculturas con espadas de fantasía tribal insertados en botes de Axe, soportes de fotocalls y banderas tibetanas, mensajes de una nueva paz taoísta y milenial. Timur Si-Qin une elementos contemporáneos de campos estéticos singulares para hablarnos de la cultura moderna, las raíces ancestrales de la sociedad, los pasos que sigue la evolución y los procesos cognitivos de la cultura visual que son consecuencia de las corrientes económicas y filosóficas materialistas sobre las que trabaja. Este artista alemán frecuentemente asociado al postinternet art, (cosa que luego rechazamos) ha venido a Madrid, da una charla en La Casa Encendida así que nos vemos, hablamos mucho, así a placer, se nos hace bien tarde, la gente se va y antes de tomarnos una cerveza nos decimos estas cosas.
Imagen superior: Campaign for a New Protocol, Part III at Spazio Maiocchi. 2018.
MIT BORRÁS: ¿Que importancia tiene la figura del individuo moderno en tu obra?¿Te gusta adoptar esa visión antropológica que analiza los hábitos de la sociedad?
TIMUR SI-QIN: La verdad, no creo que el rol del individuo sea un tema en el que piense frecuentemente, sé que hay muchos discursos artísticos que existen al respecto pero no creo que sea algo con lo que yo esté directamente conectado, sobre la segunda pregunta creo que viene de mi background que, en fín, es bastante multicultural. Mi padre es de Mongolia pero se crió en China y vive en Beijing, mi madre es alemana y siempre he estado expuesto a las dos culturas, cuando tenia ocho años mi madre se caso, con un Apache, un nativo americano, y nos mudamos a Arizona con mi padrastro a la reserva de San Carlos, así que también conozco ciertos aspectos de esa cultura americana. Tener esta visión desde fuera, esta no-cultura, me ha dado cierta perspectiva universal sobre la cultura visual en distintos lugares.
Biogenic Mineral at Magician Space, Beijing, 2015.
M.B.: Creo que hay una nueva forma de relacionarse con la naturaleza en el primer mundo que el arte está queriendo explorar. El ciudadano tiene un vinculo con ella frecuentemente intermediado por la tecnología, ¿no? por los gadgets y muy vinculada a sus nuevas rutinas de ocio, el tiempo libre y el trabajo. La necesidad razonable de coexistir con la naturaleza, de recorrerla y no perder contacto con rituales y costumbres salvajes ancestrales provoca una nostalgia de lo arquetípico que se expresa de nuevas formas como el crossfit, los clubs de runner, los deportes de riesgo al aire libre, la meditación y las terapias, los crudiveganos o las dietas paleo. ¿Que opinas al respecto?
T.S.: El tema de nuestra relación con la naturaleza es algo con lo que trabajo en mi obra, pero creo que desde un lugar diferente, es menos sobre esa relación práctica con lo natural y más, creo, sobre un concepto filosófico de la naturaleza. En este momento estoy haciendo una serie llamada New Peace que intenta articular un nuevo sentido de la espiritualidad, algo armónico, uno que no necesite esta dualidad de naturaleza contra el humano como dos elementos disociados. Ese concepto antropocentrista preconcebido tiene un origen cristiano basado en la idea de un Dios que crea a partir de la masa informe. Eso tiene consecuencias realmente negativas como por ejemplo el caso de los Estados Unidos, donde el gobierno tienen esa concepción de la vida después de la vida y esperan el apocalipsis y por supuesto no conciben la protección del medioambiente ni cree en la materia. Esto es resultado de ese pensamiento dualista y pernicioso occidental. Para los nativos americanos con los que crecí, los humanos y los animales son una misma cosa en un sentido ontológico. Las religiones abrahámicas, el islam, el cristianismo y el judaísmo trajeron esa dualidad, esa separación entre la naturaleza y la humanidad. Son culturas granjeras, farmer religions y hoy somos una sociedad basada en esas ideas fundacionales.
A Place Like This at Team Gallery.
M.B.: ¿Qué opinas sobre la categoría postinternet art que reúne en muchos sentidos inquietudes tan dispares y leguajes tan heterogéneos?
T.S.: Para serte honesto es una etiqueta que no me va mucho, pienso que es apropiada para ciertas practicas y para cierta gente. En parte el espíritu del postinternet art era hablar de los efectos de la tecnología en la sociedad, tengo muchos amigos que trabajan con esos temas, pero en mi caso la tecnología no es un tema que haya sido de mi interés, ¿sabes?
M.B.: La tecnología es una herramienta, no el planteamiento de tu trabajo ¿correcto?
T.S.: Sí, eso es, es más una herramienta que uso y bueno claro, también es un reflejo de la realidad contemporánea.
M.B.: ¿Te interesa trabajar sobre agender?
T.S.: Mi interés sobre la idea de género viene de la lectura del libro Becoming Undone de la materialista feminista Elizabeth Grosz. En él habla de las diferencias sexuales como una especie de conductor principal de la creación. Me interesa el realismo y el materialismo y rechazo esa idea de que todo es una construcción pura, la idea del hombre y la mujer solo existen por un periodo específico de tiempo y quien sabe si en el futuro evolucionaremos en algo totalmente diferente, en algún tipo de nuevo estado, todo ese nuevo flujo de las corrientes de la biología son lo que me atrae.
Aunque el genero no sea un tema que trate normalmente hay un conjunto de piezas que claramente van en esta línea. Cuando estaba trabajando en ellas estaba interesado en volver a esa idea de ubicuidad de las imágenes a través de las culturas. En ese tiempo investigaba sobre psicología del marketing y entonces aprendí que había dinámicas constantes en los humanos a la hora de interpretar las imágenes. Por ejemplo, si se usa una cara para publicidad y te mira frontalmente hay evidencias de que el impacto cognitivo del anuncio será mas duradero, también descubrí que para la mayoría de los consumidores, las imágenes con caras de mujeres se retienen mas en la memoria que la de los hombres al margen del genero del consumidor y por eso la imagen predominante que vemos en los anuncios, es una cara frontal femenina. En aquellas piezas reproducía esas imágenes usando las mismas estrategias y displays publicitarios.
M.B.: ¿Crees que el arte contemporáneo se ocupa de las nuevas identidades de genero no binarias?
T.S.: Sí, sucede y es muy sano, el arte es una de las pocas áreas donde esto sucede de forma mas clara y libre. Tengo buenas amigas como Elysia Crampton que tiene un trabajo cuyo foco se centra también en ello y Mykki Blanco, artista performer y activista transgénero. Creo que es importante que sea así.
M.B.: ¿Es el Transhumanismo, movimiento cultural que defiende la mejora de las capacidades humanas mediante la tecnología, un concepto que pertenezca al discurso de tu obra?
T.S.: Si, exactamente en lo que estoy interesado es en la idea Taoista de vació, ¿sabes? de la falta de esencia. En el Tao Te Ching se habla de que todas las cosas cambian, una idea relacionada con el concepto de vacío budista, todo está cambiando, no hay del todo un tú, un yo, un otro, son solo formas temporales de la material, de modo que no hay una identidad fundamental, unívoca.
Ésta visión oriental de que todo forma parte de un todo indivisible implica que la tecnología es parte de nosotros igualmente y de todas las cosas naturales, no hay diferencia alguna. Yo no veo en realidad diferencia entre un brazo protésico y una concha marina. Tenemos un origen celular común y por eso compartimos esa interacción mitocondrial ancestral, desde esa perspectiva me parece muy arbitrario como definimos la tecnología en occidente, porque a fin de cuentas es una formalización temporal de la materia haciendo algo diferente. Esa es también una de las razones por las que no hablo en mi trabajo sobre los efectos de la tecnología desde una visión negativa.
M.B.: El aspecto del estudio de la/el artista está cambiando radicalmente en los últimos años, entre los factores destacados se encuentran las necesidades que han introducido algunas disciplinas como la instalación y el uso de medios digitales (seguir hablando de media art como algo estanco a otras disciplinas tiene poco sentido), las nuevas relaciones sociales entre los distintos agentes del mundo del arte, la distribución y el almacenamiento, la coyuntura económica, la globalización y la gentrificación. ¿Cómo es tu estudio?
T.S.: Actualmente mi estudio sigue en Berlín. Yo me mudé hace casi dos años a Nueva York, pero aun hoy en día tiene mucho mas sentido tener mi estudio en Alemania. Claro también ten en cuenta la diferencia de precio que hay allí. Actualmente trabajo en Nueva York desde mi casa, desde el ordenador vaya, los últimos dos años uso las Oculus VR para modelar las obras y las exposiciones de forma virtual, cuelgo las piezas, paseo por los espacios, juego dentro de ellos, es muy divertido. Después envió el proyecto a mi estudio en Berlín y mi asistente que está allí los manda fabricar.
Algunos espacios en los que he expuesto he podido visitarlos previamente y escanearlos 3D y así obtengo un espacio digital muy realista a nivel de imagen, luego meto los bocetos y hago los modelos. Tengo una galería en Beijín y es algo parecido, ellos lo fabrican allí, es un flujo de trabajo que funciona bastante bien.
Biogenic Mineral at Magician Space, Beijing, 2015.
M.B.: ¿El hecho de no controlar en algunas ocasiones sobre el terreno el acabado exacto de la pieza, no hace que te despiertes a veces en medio de la noche acojonado?
T.S.: Sí, la verdad es que sí, a veces he tenido situaciones complicadas.
M.B.: ¿Material favorito?
T.S.: Uf no puedo decir uno, trabajo con materiales que no son necesariamente los que mas me gustan, aunque bueno sí, ya sé, los materiales virtuales ¿sabes? en un sentido filosófico o sea una marca, la marca como idea, las marcas como material.
M.B.: ¿Qué te gusta más de la estética del Mainstream?
T.S.: Creo que lo que me gusta son los aspectos no conscientes del Mansintream, como nos afecta de modo inconsciente.
M.B.: Tu proyecto Biogenic Mineral en el Magician Space en Beijing en 2015, tiene un trabajo conceptual y formal muy logrado, espacialmente por su concepción, la producción, el diseño espacial y la estructura de las piezas. ¿Cuáles fueron las fuentes de inspiración y cómo acabó teniendo esta formalización?
T.S.: Bueno hay muchas imágenes referenciando la cultura popular china, las K-Pop bands, las rocas, ya sabes, las piedras de colores sobre pedestales son algo muy tradicional. Lo que me inspiró para hacerla también fue el estilo de aquella marca Hood By Air de Nueva York, con tanta repercusión. China estaba llena de gente que se vestía con imitaciones de Hood By Air y todo aquello me gustó y también como gramaticalmente sonaba ese nombre, que no tiene muchos sentido la verdad y eso suscitaba diferentes interpretaciones. También usé esas piedras falsas inspiradas en los mármoles y las calizas. Me interesan sus orígenes bioquímicos provenientes de organismos vivos como conchas marinas y plantas. Me gusta mucho esa idea de que todo está conectado y una cosa viva hace la otra.
M.B.: ¿Hacia dónde crees que avanza el arte moderno? ¿Qué te gustaría que sucediese?
T.S.: No sé si estamos jugando a las predicciones o invocando algún deseo, pero creo que estamos llegando al final del periodo psicoanalítico postmoderno. El postmodernismo tiende a parcelar todo, esto es un texto, esto es una idea, y deja fuera otras percepciones de la realidad, animísticas o no lingüisticas y eso se está agotando. La motivación del cambio puede venir tal vez a través de las consecuencias del cambio climático, eso está afectando a nuestro pensamiento antropocentrísta y está cambiando las bases del humanismo.
M.B.: ¿Nuevos proyectos?
T.S.: Acabo de terminar unas piezas enormes, gigantes en The Highline (NY) así que ahora estoy básicamente descomprimiéndome de mis ultimas tres exposiciones y sigo viajando. Voy a China a ver a mi familia y a descansar y después tengo algunos viajes de trabajo. La única cosa grande que tengo así en el horizonte es el próximo show en Magician Space en Beijing y bueno, trabajar en los aspectos de comunicación de las obra de New Peace. Estamos haciendo la campaña de social media y una web y estoy trabajando en el texto de New Peace porque es el núcleo de la pieza, una propuesta para una espiritualidad descargable.