THE WYTCHES¿DICES QUE QUIERES UNA REVOLUCIÓN?



Estamos en el amanecer de la era de la ira. Puede que hoy no lo parezca, porque hace unos meses era más patente el descontento general a punto de desbordarse, pero entonces surgió un partido político que lo canalizó hacia lo de siempre, las urnas y el chau-chau televisivo. Pero cuando llegue la inevitable decepción, aquella rabia brotará todavía con más virulencia. Qué duda cabe. Lo bueno es que cuando eso ocurra tendremos banda sonora, que las revoluciones sin música se antojan aburridas, todo chocar de espadas y rechinar de dientes. ‘Annabel Dream Reader’ (Heavenly Recordings / [PIAS] IBERIA & LATIN AMERICA) va a ser un fondo musical perfecto. El primer disco de The Wytches es eso, una revolución en marcha. Ruidos y gritos en apariencia inconexos pero que en realidad tienen todo el sentido y terminan construyendo algo hermoso y transformado el entorno a su paso. Es una constante en los últimos tiempos. Bandas de imberbes inconscientes que no saben lo que hacen, pero lo hacen de miedo, ya sean S.C.U.M., The Stripes o The Wytches. ‘Annabel Dream Reader’ tiene toda la urgencia de la adolescencia, a lo que ayuda haber sido grabado en dos días. Para qué más. Con energía, determinación y una idea clara, se pueden despachar trece cortes en ese tiempo y no dejar nada detrás. Un minuto más habría pervertido la fórmula en la que uno puede imaginarse ejércitos de desarrapados campando por sus respetos en la ciudad al ritmo de “Gravedweller”, edificios ardiendo con “Burn Out The Bruise” de fondo, o políticos y banqueros colgados en sogas oscilando según suena “Weights and Ties”.

La fórmula tiene poco de nuevo. Armazón gótico, actitud punk, ecos psych-garage y unos cuantos coros surfers para añadir más inquietud. Los alaridos de Kristian Bell dirigen la manada de tres miembros en la marcha paramilitar de “Part Time Model” o el salmo de “Robe for Juda”, porque a estas alturas ya han aprendido que para mamar no hay que llorar, hay que gritar. Sus afirmaciones son declaraciones de principios: “me aburren los intelectuales: dejad de hablar y haced algo. Siempre con el cuento de que hacemos música oscura. Simplemente hacemos buena música, como orgasmos espirituales”. Efectivamente, The Wytches no hace música oscura, porque sus canciones estás iluminadas. Iluminadas por la luz de las antorchas.