La segunda edición de la noche de las compras en Barcelona consigue alcanzar los más de 20.000 curiosos. Un macro evento que puso, en día laboral, a medio Barcelona en pie y hasta altas horas de la noche.
Siguiendo la tradición de las ‘fashion night out’ que varias publicaciones han puesto de moda en los últimos años, Barcelona se unió a la gran familia de fiestas y eventos varios con su personal mirada nocturna y comercial. La segunda edición de su ‘The Shopping Night Barcelona’, se convirtió en todo un éxito.
Las tiendas del Paseo de Gracia, con extensión a otras calles (de Caspe a Roselló), alargaban sus horarios hasta rozar la medianoche del pasado 30 de noviembre, día en el que el equipo NEO2 fue invitado a asomarse a la fiesta de las compras de la Ciudad Condal. Moda, arte y gastronomía hasta las tantas.
El alcalde de Barcelona, Xavier Trias con Albert Garriga (primero por la derecha) Director de The Shopping Night y otros respresentantes del Ayuntamiento y organización.
Con nocturnidad y mucha alevosía no sólo disfrutamos de las puertas abiertas de La Pedrera, sino también de las creaciones de los restauradores Carme Ruscadella, Raül Balám o Carlos Abellán, mientras movíamos ficha (sin contarnos aún las 20) entre Burberry, Lacoste, Cos, Guess, Tiffany o Loewe.
Carme Ruscadella repartiendo caldo a las puertas del Hotel Mandarin
Una noche mágica en la que los zapateaos de Rafael Amargo en Clemencia Peris, la ‘preysleriana’ presencia de Tamara Falcó en Pronovias y el Village VIP, por el que pasarían modelos como Ferrán Calderón o Antonio Navas, actores como Bart Santana, Cecilia Freire, Silvia Marty, Ana Millán, o el super simpático Ricard Sales, junto a musas como Antonia dell Atte y la siempre huracanada ‘Terremoto de Alcorcón’, pondrían con su asistencia broche final en la fiesta 212 Carolina Herrera en el Hotel Alma.
Albert Garriga flanqueado por Antonia Dell´Atte y Paloma Segrelles
Ricos canapés, copas gratis, transporte alta gama, besos y abrazos y muchas ganas de pasarlo bien en este guateque al que sólo podemos poner una pega: la música. La próxima vez pinchamos nosotros.