BIOPIC SOBRE LA MÍTICA BANDA DE LOS SETENTA
Aunque ya sólo se puede disfrutar en la sesión golfa del fin de semana, el biopic de The Runaways es algo que todavía recomendamos de manera entusiasta. Si bien la crítica patria no le ha dado ni el aprobado, hay que tener en cuenta que a la hora de reseñar una cinta de estas características no resulta válido que el crítico no tenga ni idea del universo que recrea la película, porque aunque el film debe ser un valor en sí mismo, si no entiendes lo que supuso el glam, lo que fue el punk, lo que aportó Bowie, y lo que ocurría en algunas ciudades en 1976, difícilmente podrás apreciar buena parte del trabajo que estás reseñando.
Un biopic se puede valorar desde dos puntos de vista: 1º -el de la persona que conoce a fondo a los personajes cuya vida le van a contar, en cuyo caso es necesario que el guión sea riguroso, la recreación de los personajes verosímil y creíble, y la ambientación y caracterización fidedigna, 2º -el publico no conoce de nada al personaje en cuestión y por lo tanto han de cumplirse dos objetivos, que la peli resulte agradable y que al salir de la sala un porcentaje alto del público se convierta en fan potencial de los protagonistas. En cualquiera de los dos casos The Runaways es uno de los pocos ejemplos del género que triunfa en ambos casos. La ambientación, vestuario, maquillaje, y selección de la banda sonora son perfectas. El reparto está en estado de gracia, tanto a nivel caracterización (Kristeen Stewart es clavada a Joan Jett, y Dakota Fanning resulta más fascinante incluso que Cherrie Currie) como en la dirección de actores. El guión está lleno de guiños a una época irrepetible plagando el film de situaciones plasmadas con inteligencia y sentido del humor (la escena de Joan Jett dando su primera clase de guitarra es legendaria). Super-disfrutable.