Levantamientos explora el trazo como huella, ruptura y resistencia de la mano de diez artistas de seis países diferentes.
Hasta el 7 de abril, Tha House en Madrid acoge Levantamientos, una exposición colectiva organizada por Ventana Project en colaboración con el artista y curador Roberto Rivadeneira. Una muestra que propone una reflexión sobre el gesto, la materia y la imagen como procesos en constante transformación
Imágenes: Nico Tappero
Emma Adler
El gesto como acto fundacional
En Levantamientos, el gesto no se presenta como simple herramienta expresiva, sino como una irrupción. Como una marca que deja huella en la materia, que la modifica y la activa. Las obras seleccionadas sitúan el trazo en el centro del proceso creativo como una acción que construye y destruye al mismo tiempo. Esta tensión entre creación y disolución abre un espacio para pensar la imagen más allá de la contemplación, como vestigio, como presencia que insiste.
Tal y como explica María García Marqués en su texto curatorial, “un impulso similar llevó a los primeros hombres primitivos a marcar las paredes de una cueva, un gesto que podríamos entender no sólo como un acto de representación, sino también como una forma de afirmar su presencia y apropiarse del entorno.”
Vista de la exposición
Vista de la exposición
Levantamientos incluya obra de Emma Adler, Eloy Arribas, Chavis Marmól, Daniel Hölzl, Irving Ramó, Irving Ramó, Jan Valverdu, Jorge Morocho, Marcus Nelson y Maria Alcaide.
Irving Ramó
Una imagen que se impone en el tiempo
Lejos de una visión estática, la exposición propone una exploración de la imagen en su dimensión más primitiva y a la vez radicalmente contemporánea. A través de instalaciones, pinturas y piezas gráficas, los artistas indagan en el deseo ancestral de dejar huella. También insiste en la necesidad de afirmación de la imagen en el tiempo y el espacio. Así, la obra no sólo se traza, sino que se inscribe. Se vuelve cuerpo y se transforma en materia viva. “Las huellas se acumulan y las capas se superponen en un palimpsesto en constante evolución”, señala García Marqués sobre la obra de Eloy Arribas. En lugar de preservar formas, estas obras se desdibujan progresivamente, evocando “una memoria que se olvida”.
Vista de la exposición
“Levantamientos no sólo explora la tensión entre lo efímero y lo permanente, sino que también interroga la capacidad del arte para inscribirse en su tiempo, integrarse en un tejido de relatos y resistir la inmediatez del presente.” María García Marqués
Lo informe como lugar de fuga
La curaduría, elaborada por Ventana Project y Roberto Rivadeneira, toma como referencia la concepción de lo informe en Georges Bataille. Entendido este como un exceso que desborda toda posibilidad de fijación. El trazo, en este sentido, es una forma de resistencia: un gesto que escapa, que no se deja domesticar. Esta noción recorre la exposición como un hilo latente, articulando las piezas en un flujo continuo donde las imágenes se desplazan, se contaminan y se reformulan.
Chavis Marmól
“Lo informe y el desbordamiento de las formas lo encontramos también en la obra The Viewer, donde Irving Ramó trabaja el enfrentamiento como un gesto reiterativo que vincula batallas heroicas del pasado con la transformación del cuerpo en el presente.” Explica García Marqués. En esa misma línea, las pinturas de Marcus Nelson y Jan Vallverdú exploran la tensión entre lo primitivo y lo fugitivo. Añade García Marques, “Mientras que en Nelson la imagen lucha por contenerse dentro del lienzo, en Vallverdú se derrama y se diluye, abrazando la inestabilidad de la forma”.
Un espacio como cuerpo en transformación
Levantamientos concibe el espacio expositivo como un campo activo, una superficie en movimiento donde las obras dialogan entre sí y con el espectador. Como si de trazos rupestres se tratara, las piezas actúan como nodos en mutación, abiertas a múltiples lecturas y capaces de desafiar las convenciones del lenguaje visual. La tensión entre lo primitivo y lo contemporáneo, lo estable y lo inestable, se convierte aquí en uno de los núcleos de la muestra.
Como sugiere el texto de García Marqués: “No se trata de oponer lo transitorio a lo permanente, sino de generar conexiones, integrarse en una red de relatos que permitan seguir dialogando y resignificándose con el tiempo.” De forma complementaria, la instalación de Emma Adler cuestiona “la estabilidad de la imagen en un contexto donde la información se fragmenta y se reconstruye sin cesar”. Las superficies se revelan así como territorios inestables, donde “la frontera entre lo físico y lo digital se difumina”.
Grip Face
Grip Face traslada la exploración al ámbito digital, donde la identidad se descompone y configura sin cesar. Su obra examina la intersección entre la máscara física y virtual, revelando cómo el avatar opera como un refugio ante la ansiedad contemporánea. A través de gestos oníricos y elementos esquemáticos, sus piezas reflejan la fragilidad de la huella en un mundo donde la imagen nunca se fija, sino que se diluye en un flujo inagotable de datos.
Materia en mutación
Otras obras de la muestra se centran en la resignificación de la materia. En Abrigos para cuerpos sin forma de María Alcaide o Afloat de Daniel Hoëlz, “el gesto artístico se orienta hacia la resignificación de la materia”, extrayendo objetos cotidianos de su contexto y reinsertándolos en nuevas relaciones. Como señala la García Marqués: “Aquí, la permanencia se redefine no en términos de durabilidad, sino en la capacidad de un objeto para mutar y generar nuevas resonancias.” Jorge Morocho ahonda en la “fugacidad de las tendencias visuales y de consumo”, estableciendo “un diálogo entre lo efímero y lo simbólicamente perdurable”.
Vista de la exposición
El arte como inscripción en el presente
A través de estos enfoques diversos, Levantamientos ofrece un espacio donde el gesto se convierte en posibilidad de reescritura. Lejos de responder a una imagen fija, las obras se abren como umbrales de tránsito, donde “cada huella, cada trazo, cada objeto y cada ausencia abren nuevas posibilidades de significación”. Añade María García Marqués, “la exposición no sólo explora la tensión entre lo efímero y lo permanente, sino que también interroga la capacidad del arte para inscribirse en su tiempo, integrarse en un tejido de relatos y resistir la inmediatez del presente.”
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