“TENDER NEW SIGNS”. EL FIN DEL MUNDO A CÁMARA LENTA
Vale, no se ha acabado el mundo. Pero la incertidumbre no ha estado mal. Lo hemos pasado en grande imaginando posibles finales catastófricos. Pero, ¿y si solo nos hubiéramos equivocado al interpretar la fecha del fin? Solo quedaría esperar. ¿Y qué harías si de verdad, de repente, todo se fuera a ir a la mierda y lo supieras con certeza? Una recomendación para esos momentos, más allá de las convenciones sexuales a las que muchos harán mención, es sentarse frente a una ventana para ver el espectáculo. Los restos de un planeta desintegrado entrando en la atmósfera convertidos en bolas de fuego, arrasando los edificios que podemos ver, incendiando los parques y vaporizando a las personas, hasta que nos llegue la hora. Como Tyler Durden pero a escala planetaria. Y de fondo, ‘Tender New Signs’ de Tamaryn (Mexican Summer / Music As Usual). Para entender la belleza que se oculta incluso ante el panorama más sombrío. Envuelto en ambientes eléctricos y con ecos lejanos, susurrados, pero con la insistencia de un mantra. Tamaryn canta desde lo alto de la montaña, sobre los tambores de Rex John Shelverton. Leves y frágiles. Tal como somos y desapareceremos en el fin del mundo. Pero por favor, que sea a cámara lenta. Para poder paladear “I’m Gone” cuando los trozos de rocas en llamas rompan las nubes del cielo. Activarme con “No Exits” o “Prizma” cuando la cosa se ponga tensa. Y asumir la realidad bajo el riff de “The Garden” y evaporarme con “Afterlight”, un auténtico “Hallelujah”. Cualquiera puede tener un plan mejor. Pero si tenemos en cuenta dónde vamos a acabar todos, no tiene demasiada importancia. Y la verdad, hay cosas que solo se pueden disfrutar una vez en la vida. Pensadlo.