La espiritualidad y diversión de Takashi Murakami unidas en esta primera retrospectiva europea.
Las sonrisas y los ojos brillantes parecen ser para Murakami los mejores elementos con los que trasmitir uno de sus principales intereses: “la alegría”. Pero esta alegría no es sólo un efecto sino un modo de hacer de su etiqueta de artista pop, algo más que una licencia para reproducir imágenes, diciéndonos de una manera sencilla aquello que quiere comunicar. Las pruebas de su popularidad son bien conocidas: logos y bolsos para el Louis Vuitton regentado por Marc Jacobs y más recientemente colaborando con el rapero Kanye West, tanto en la portada de su tercer disco, como dirigiendo un vídeo donde un oso asiste a su propia graduación. Más de 90 piezas entre pinturas, esculturas y animaciones forman la retrospectiva de este artista que primero quiso ser director de cine y un día descubrió que sus pinturas podían estar habitadas por criaturas que todo el mundo adoraba. Aún recuerdo la sensación al descubrir detrás de un cuadro suyo el listado de colaboradores: parecían los títulos de un film. La fábrica laboriosa de ensueños Murakami no se detiene.
Hasta el 31 de mayo, Guggenheim Bilbao
29 de abril de 2009 a las 5:33
genial.!!!! me enamore de Murakami..! ya somos dos personas que lo querermos en Argentina, aunq yo quiero que venga al norte..!
6 de marzo de 2009 a las 15:42
Murakami, es genial, que bueno seria poder traer su obra para estos lados!… (sur de Argentina).
Excelente blog! ….visita obligada todos los dias.
Gracias!
26 de febrero de 2009 a las 23:14
Que buen rollo me da Murakami