Taberna Vesta: un casual bistró de pueblo en El Escorial

Lo bien que sienta el buen comer inesperado. A Taberna Vesta fuimos de casualidad y salimos para empadronarnos cerca de El Escorial. Quien busque coronar el monte Abantos, que haga parada aquí. Y luego ya que se olvide de seguir subiendo.

Vale que la crítica le había echado pronto la zarpa desde que Manuel Melcón abriera en diciembre de 2017. Pero nunca se sabe y la sacerdotisa del fuego y el hogar acabó portándose como la diosa que promete. Heterodoxia, sabor, contundencia y valores comprometidos con lo contemporáneo parecen santo y seña.

Mucho producto local y mucho interés en lo naturis. Taberna Vesta se rinde al campo con una oferta de temporada que funciona sin darse mucha importancia.

Taberna Vesta: un casual bistró de pueblo en El Escorial

Imágenes superiores: Vista de la cocina de Manuel Melcón y trucha arcoíris del Pirineo

Lo dicho, salir de la plaza de la Constitución de San Lorenzo de El Escorial, donde se come más bien regular, implica escalar las primeras rampas hacia Abantos. En seguida, la terracita soleada de la Taberna Vesta es un triunfo, para qué tirar más.

Taberna Vesta: un casual bistró de pueblo en El Escorial

Imagen superior: Las patatas bravísimas de Taberna Vesta

Vale para una cerveza fría o un vermut con una tapa de chorizo rico o unas bravas crujientes. Vermut Les Cousins Donzell de Joan Carbó, a partir de un rosado de cariñena y garnacha, o el tradicional rojo La Villa, un proyecto del pueblo con base de Albillo Real pero endulzado con PX.

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Imagen superior: La ensalada de mizuna, higos y feta. Sí, pedimos ensalada

Pero vale para mucho más. Un vistazo a carta y bodega delata las inquietudes de Melcón, un treintañero oriundo de estos lares en cuya mochila como chef aprendiz cabe México, Canadá, Copenhague (¿os suena Noma?) o París (con un tal Stéphane Jégo). ¡Cómo no iba a emprender con platos atrevidos, mezclas viajeras y alma de bistró!

A las croquetas de setas y a los mejillones a la marinera contrapone una ostra con granizado de maracuyá o algunas ensaladas apetitosas como la de mizuna, brevas y feta. El shitake en escabeche con cecina dice mucho de Taberna Vesta. O la panceta teriyaki. O el picantón pibil. Todo en cantidades generosas.

Taberna Vesta: un casual bistró de pueblo en El Escorial

Imagen superior: El imponente picantón pibil

Pero nuestra elección se centró más en la cercanía y se cebó con unos judiones con merluza bastante colosales y un conejo con morcilla picante y lombarda que puedo prometer y prometo que lo incluyo entre mis más recientes platazos. Ya otro día le pondré cara a su entrecot de Ávila.

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Imagen superior: Los judiones con merluza y el conejo con morcilla picante, cocina de fundamento

Los postres de Taberna Vesta van a lo bonito y refrescante, lo mismo unos higos con chantilly, un yogur de quesos de La Cabezuela, frambuesas eco de La Huerta de Pep, moras de Abantos y tierra de chocolate, que una mouse ligera de chocolate.

Taberna Vesta: un casual bistró de pueblo en El Escorial

Imagen superior: Postre muy campestre de yogur, frambuesas y moras 

Ya que Manuel incide tanto en lo natural y en lo local, abrimos su bodega de par de en par y, además de sus vermuts, encontramos opciones interesantes de nueva tendencia. Hasta sakes y algún jerez. Entre su oferta más personal de la zona, nos dio a probar la garnacha de Cebreros Sobre Vivir, distribuido por Ismael Reoyo de Acirate Vinos, pero nos quedamos sin duda con Plenilunio 2019, un graciano de Madrid mucho más redondo.

Taberna Vesta: un casual bistró de pueblo en El Escorial

Imagen superior: Más postres y, sobre todo, más vinos

Taberna Vesta
Xavier Cabello Lapiedra, 2, San Lorenzo de El Escorial (Madrid)
Tel. 91 546 63 52
vestataberna.com
Precio medio: 45 euros