Se llama Sydney Sweeney, protagoniza el videoclip “Angry” del nuevo disco de los Stones, y podría matar al octogenario Mick Jagger de paro cardíaco. Pero ella es mucho, mucho más que una cara bonita.
Hay dos cosas que brillan en “Angry”: el “riff” de Keith Richards, y la melena al viento de Sydney Sweeney. Bailando encaramada a un descapotable mientras suena la canción, con su generosa anatomía embutida en cuero negro, Sydney está logrando que medio mundo se pregunte “¿de dónde ha salido esta chica?”. El otro medio ya lo sabía: de “Euphoria”, de “The White Lotus”… y de una familia conservadora, tradicional y religiosa hasta la médula. De Jesucristo a sus Satánicas Majestades, ésta es Sydney Sweeney.
Dónde has visto a Sydney Sweeney
Sydney Sweeney tiene 2 nominaciones a los Emmy: los Oscar de la televisión. Una de ellas es por “Euphoria”, donde encarna al jugoso personaje de Cassie Howard: voluptuosa, sensual, sufridora y maltratada, la imagen del éxito y el espíritu del fracaso. Un caramelo para cualquier actriz con talento… y Sydney lo es. Por eso en “The White Lotus” (su otra nominación) brilla también, con un personaje totalmente distinto: la hija universitaria de una familia de ricos, izquierda-exquisita de manual, con amiga afroamericana porque queda “cool” en las fotos. ¡Y eso no es todo!
Chica Tarantino y musa de John Carpenter
Sydney Sweeney también aparece en “Érase una vez en Hollywood”: ella es una de las chicas que viven en el rancho Spahn, a la sombra de Charles Manson (la que comenta desde una ventana la llegada de Brad Pitt). También intervino en la temporada 2 de “El cuento de la criada”, con un papel corto pero agradecido (la esposa devota de Max Minghella). Y en su currículum de infancia tiene hasta una película de John Carpenter, “Encerrada”, en la que Sydney encarna a la versión (más) joven de Amber Heard. Pero nada de esto impresiona a su, ejem, ortodoxa familia.
Sydney Sweeney: Una buena chica de Idaho
Sydney Bernice Sweeney nació hace 26 años en el pueblo de Spokane, en el estado de Washington, casi en la frontera con Canadá. Pero creció en el vecino estado de Idaho, en la bella y boscosa región de Panhandle, en una gran casa junto a un lago en la que ha vivido la familia Sweeney durante 5 generaciones. Allí celebraron el año pasado el 60 cumpleaños de la madre de Sydney… y se desató el escándalo: varios invitados lucieron camisetas de “Blue Lives Matter” (de apoyo a la policía, en respuesta al “Black Lives Matter”) y de inmediato se dio por supuesto que todos los Sweeney son pro-Trump. Ella ni confirma ni desmiente.
La familia unida ve la tele unida
Trumpistas o no, la familia Sweeney siempre ha respaldado a Sydney en su carrera. De hecho, su abuela materna la acompaña a casi todos sus rodajes (y aprovecha para hacer de figurante y salir un poquito en pantalla). Pero tanta entrega tiene sus pegas: cuando “Euphoria” se estrenó en HBO, toda la familia se reunió ante el televisor para ver juntos el capítulo 1. Pero Sydney no se atrevió a decirles que iba a ser una serie llena de sexo… y lo descubrieron in situ. Cuando llegó su primera escena de cama, el padre y el abuelo de Sydney Sweeney se levantaron y se fueron, envueltos todos en un silencio que permitía oír los grillos. Dice la actriz que, desde entonces, nunca jamás ha vuelto a hablar con su padre acerca de su carrera.
Coches, kárate y cine, por ese orden
¿Puede haber algo más americano que restaurar coches? Emulando a los protagonistas de “American Graffitti”, la bella Sydney Sweeney tiene su propia colección de coches restaurados por ella misma, encabezada por un estupendo Ford Bronco de 1969. La propia Sydney grabó y colgó un vídeo en YouTube, manos a la obra remozando su coche. Y todo ello, sin perder su campechano atractivo de ojos azules, pelo rubio y metro 61 de estatura. Sydney es, pues, la viva encarnación del icono americano: la mecánica-cañón, que te habla de bujías mientras la llevas al baile de graduación. Su actual videoclip es de los Stones, pero bien podría haber sido de Aerosmith.
¿Pero qué pasa con el kárate?
Ah, sí, el kárate. La pequeña Sydney Sweeney era una niña tan hiperactiva que sus padres no sabían qué hacer con ella. Para ver si la cansaban, la apuntaron a clases de tae-kwon-do con 5 años de edad… y le encantaron. Tanto que de ahí pasó al kárate, ¡y luego a las Artes Marciales Mixtas! En ese durísimo deporte, Sydney Sweeney ha llegado a participar en combates oficiales. Y sus fotos entrenando (ver abajo) aparece junto al mítico Benny Urquídez: de origen vasco, antigua estrella del kickboxing y actor ocasional (enfrentado al mismísimo Jackie Chan en “Los supercamorristas”). ¡Así que ojito con Sydney!
Y el cine llegó a la vida de Sydney Sweeney
Sydney Sweeney tenía 10 años cuando una “troupe” de cineastas llegó a su pueblo para rodar una película. No era una gran producción de Hollywood ni cine de arte y ensayo: era una película de zombis de serie B (o Z) titulada “Zombies de destrucción masiva”. La niña consiguió un breve papel: la rescata la protagonista, dice dos frases y al momento la atropella y mata una Ranchera. Pero bastó para que la magia del cine la hiptonizara. Y poniendo en marcha todas sus dotes de persuasión, convenció a sus padres de que se mudaran a Los Ángeles. ¿Sabéis cómo lo hizo?
Un plan de trabajo en Power Point
Sydney era una niña de sobresalientes en todo. Con buenísimas notas en cualquier examen y estrella de todos los deportes escolares (fútbol, béisbol, esquí), no había tarea en la que no se aplicara al máximo. Por eso es tan buena con los coches… y por eso, cuando decidió ser actriz, preparó concienzudamente una presentación en Power Point, exponiendo a sus padres un plan de 5 años con el que esperaba alcanzar el estrellato. Y si no, siempre podrían volver a Idaho. Los padres de la niña no pudieron resistirse, y se mudaron todos juntos a la Meca del Cine. Pero allí los comienzos no fueron fáciles.
Un casting de cada 10
La propia Sydney Sweeney ha contado que, al principio, vivió el clásico infierno de toda aspirante: presentarte a un casting tras otro, y que no te cogieran para ninguno. Es duro cuando eres adulta, pero todavía más si eres niña y sientes el rechazo día tras día, a veces tras 4 castings diarios. Fueron dos años de travesía en el desierto, logrando sólo papelitos en anuncios y series de TV. Hasta que, ya con 12 años de edad, obtuvo un papel con frase en el capítulo 5×08 de “Mentes criminales”. Su rol era el de “inocente rehén de malvado asesino en serie”, pero le bastó para abrir veta y colarse en episodios de “Anatomía de Grey”, “Héroes”… “Sensación de vivir”… y finalmente, “Euphoria”.
Sydney Sweeney: Actriz y productora
En esos años de lucha sin fruto, antes de que llegara al fin su oportunidad, otras personas se habrían cruzado de brazos, desesperadas. Ella no: la mecánica aficionada, karateka vocacional y reina de la belleza Sydney Sweeney se matriculó en la Escuela de Negocios Universidad de California y compaginó sus estudios con su (incipiente) carrera interpretativa. Hoy, además de actriz, Sydney es productora de varios de sus trabajos. Y puede discutir sus términos contractuales con las “Majors” con la misma soltura (o más) que cualquier agente o representante. ¡Tiembla, Ari Gold!
Mente para los negocios, corazón para el amor
Esta actriz y productora, sex-symbol del nuevo milenio y calificada ya por algunos como “La nueva Scarlett Johansson”, lleva comprometida desde 2018 con el que es ya, a efectos prácticos, su “novio de toda la vida”. Se llama Jonathan Davino, es restaurador en la zona de Chicago, y mantiene un perfil bajo que contrasta con el exponencial salvo a la fama de Sydney Sweeney. Apenas comparte alfombras rojas con ella y se mantiene en un discreto segundo plano. La estrella es ella, y ellos lo saben. Una estrella que promete brillar cada día más.
Sydney Sweeney, el cielo es el límite
Ahora mismo, la chica del videoclip de los Rolling Stones tiene 4 películas pendientes de estreno. La más potente, en términos comerciales, es “Madame Web”: nueva entrega de la franquicia Spider-Man de Sony, centrada en personajes secundarios del Universo Arácnido. Primero fueron “Venom” y “Morbius”; ahora llega “Madame Web”, con Dakota Johnson al frente del reparto (y del póster) pero con Sydney Sweeney en un papel que promete transformarla en la flamante Spider-Woman. Algunos, los puristas, dirán que eso es vender su talento al capital. Pero tranquilos, que Sydney Sweeney ya tendrá tiempo para el cine de calidad.
O como dirían los Stones, “don’t be angry”…