Voy a contarlo así, sin titulares, por que sea lo que sea Suspiria de Luca Guadagnino, la lección importante de la presentación de su película en el Festival de Sitges nos la dio Tilda Swinton, actriz y protagonista de esta deformada película.
El vestíbulo de un festival. Nada más llegar nos han cancelado rueda de prensa y el mítico posado en el mirador con Tilda. Primer suspiro. Era todo lo que venía a hacer, eso y ver la peli, claro. No tengo nada que hacer hasta las 19.00h. Teniendo en cuenta que son las 11.00h, eso me hace pensar en todos mis recursos. El gabinete de prensa del festival es espectacularmente acogedor y amable y me compensa la tragedia de la cancelación viendo Climax. Se reducen los vacíos hasta la 13.00h. Mientras, todo un vestíbulo de un Meliá Sitges sin alfombra roja a mis pies. Es una mezcla muy bonita porque en esta época, este vestíbulo lo acoge todo, desde el guiri chancletero, imprescindible en un Sitges soleado como el de hoy, prensa, staff del festival, y, ahora viene cuando la matan, estrellas del mundo del cine. No pasan desapercibidos, brillan un poquito más por encima de la media, con su paso pausado, su andar siempre acompañados, y, en sus gafas de sol. Yo también las llevo, me acabo de dar cuenta, sí, pero mi ropa negra no es tan negra. Por momentos el vestíbulo se queda sospechosamente vacío, los que pasan, van y vienen sin pena ni gloria, cada vez con más dificultad, además, porque poco a poco va creciendo la parafernalia de las cámaras, los atrezzos y la publicidad. Un compañero comenta como Georgia y Miami son las mejoras bases de producción ahora mismo de los EEUU, de cine supongo, esa parte no la he escuchado, he llegado tarde porque estaba distraída con un señor indio al que han recibido con ciertos honores, modestos, pero honores, al fin y al cabo. Y con estas las 13.00h. Climax. Un poquito de vogue, un poquito más…las 17.00h empezamos a tomar posiciones en el photocall.
Segunda fila, no está mal, estoy bastante orgullosa ¡La voy a ver! Bueno harán falta un par de horas todavía, pero va a pasar. Esto es una ceremonia inaugural y la alfombra tiene sus protocolos. Antes vimos a ¿la guardia urbana?, el director del festival Angel Sala que ejerció de anfitrión de todos sus invitados Asumpta Serna, J. Bayona, Palm Grier y algunos más que me perdonáis, pero, pues que no los conocía. Y bueno, mi segunda fila, muy sutilmente se va convirtiendo en una tercera, pero lo doy por bueno, haya paz. Y, bueno, van a dar las 19.00h ¿esto va siempre así? La impaciencia no para de hacernos suspirar. La organización nos informa de que Tilda va a hacer la alfombra roja, pero que va a ser corta que estemos atentos. Suspiros generalizados, suspiros y más suspiros. Suspira profundo. Oye lo que sea, pero yo no sé cuánto más aguanto el brazo. Y llegó, y valió la pena. Está bellísima, de rojo “rosso profundo”, sonriente, radiante, nacarada. Sonrió y sonrió y todo pasó en un suspiro.
La concentración del photocall se dispersa en un segundo y vamos rápido a tomar posiciones dentro de la sala donde Tilda va a recibir en esta 51 edición del Festival de Sitges, el Gran Premio Honorífico. Suspirábamos por ver una vez más a esa mujer. Apareció desde el fondo del teatro, lo atravesó, fuerte, rápida, y, sonreía, y, sonreía. No recuerdo verla perder la calma, no la recuerdo dejar de sonreír con dulzura mientras se acercaba a dedicarnos unas palabras. Lloró. Y entre lágrimas contó lo mucho que nos agradecía el cariño en un día como ese, en el que esa misma mañana, su padre había fallecido. Suspira profundo. Y nos dio, a todos los que pensábamos en sus ausencias como algo que un ibuprofeno podía resolver, una lección de generosidad y de belleza. Contó que obviamente había dudado de venir a recoger el premio, pero en las últimas semanas junto a su padre, ya durmiendo, ella solía pensar mucho en cuáles serían sus fantasías de ese momento. Recibir ese premio era un homenaje a las fantasías de su padre, después de su último suspiro, y por eso venía.
Nos sobrecogió la belleza y la pena, quisimos acompañarla aplaudiendo hasta el final, suspiramos profundo, y, Suspiria.
Véanla, no es Suspiria, pero, es Suspiria y está Tilda. El director, Luca Guadagnino ha revisado el clásico de Dario Argento siendo muy respetuoso con el espacio y el tiempo, Berlin 1977, sin embargo, coloca el contexto político del momento como un protagonista más de la historia. Este hecho arraiga la película a la realidad y podamos entender la brujería como metáfora de la violencia a lo largo de la historia de la humanidad. Es una película, armoniosamente deforme, con derivas y objetivos claros, contada desde los detalles intrascentes y lo doméstico y todo, sobre el hilo narrativo de los textos de Suspiria Profundis de Thomas De Quincey que ayudan a construir o deconstruir, según se mire, la mitología de las Tres Madres (Mater Lacrimarum, Mater Suspiriorum y Mater Tenebarum). El personaje del psicoanalista, interpretado también por Tilda Swinton, será quien trate de seguir las pistas que construyan este mito a través de los testimonios de las bailarinas de la escuela de danza, sede de una oscura organización sectaria que pugna en ese momento por el poder supremo. En este marco, el de una escuela de danza sumamente jerarquizada y con un proceso de liderazgo abierto, aparece Dakota Johnson, como personaje de una extraordinaria sensibilidad y tenacidad quien dando prueba de sus dotes como bailarinas se erige como improvisada primera bailarina, con las consecuencias y ramificaciones que esto tiene en el lado oscuro de la academia, sin ella ser consciente de nada. Tal es poder que ella ejerce sobre la dinámica de la academia y la organización, que el personaje de maestra, interpretado por Tilda Swinton, acabaré totalmente seducido por su presencia.
Como decía al principio, se va deformando, por diferentes lugares a cuál de todos más tenue, más húmedo y más rojo. Y llegará la catarsis final, la última gran lucha, donde el tiempo colocará a cada uno en su sitio, las conexiones parciales empastaran a través de una única figura que canalizará y liderará una nueva era, enmendando todas las injusticias y el sufrimiento ajeno.
Dirección: Luca Guadagnino
Reparto: Tilda Swinton, Dakota Johnson, Chloë Grace Moretz, Mia Goth, Jessica Harper, Sylvie Testud, Angela Winkler, Magorzata Bela, Renée Soutendijk, Ingrid Caven, Lutz Ebersdorf, Vanda Capriolo, Toby Ashraf, Fabrizia Sacchi, Elena Fokina, Christine Leboutte, Olivia Ancona
Nacionalidad: Italia
Año: 2018
Género: Terror/Fantástico