Con mortero y píxeles, esos son los materiales con los que Space Popular, el estudio de dirigido por la española Lara Lesmes y el sueco Fredrik Hellberg, construyen su arquitectura. Desde su estudio en Londres, donde también enseñan en la prestigiosa Architectural Association, exploran un futuro próximo en el que la arquitectura se generará a través de experiencias en el espacio físico y virtual.
¿Por qué decidisteis mudaros a Londres?
Lara Lesmes: Antes de venirme a Londres estudié arquitectura durante cuatro años en Madrid. Fueron mis propios profesores los que me animaron a estudiar en la Architectural Association (AA). Era muy joven y me apetecía mucho mudarme a una ciudad como Londres. En España el sistema docente es muy diferente. Aquí aprendes maneras de aprender, métodos, que desde mi punto de vista es lo más importante para la formación del arquitecto.
Fredrik V. Hellberg: En mi caso, antes de mudarme a Londres tuve varios trabajos en Estocolmo, desde una papelería, una casa de subastas, una mensajería y finalmente en la Swedish Society of Crafts and Design, donde organizábamos exposiciones de artesanía y diseño. Desde allí comencé una asociación para diseñadores emergentes y empecé a interesarme en el diseño de mobiliario e interiores. Me inscribí en la AA para poder explorar esos intereses desde la arquitectura, en una escuela que ofrece una formación amplia y tangencial.
¿En qué momento os conocéis?
Lara Lesmes: Nos conocimos cuando estábamos estudiando en la AA, aunque no nos conocimos hasta el último año cuando coincidimos en el curso que dirigían Cristina Díaz y Efrén García (también arquitectos españoles que dirigen el estudio amid.cero9). Antes nos habíamos visto por la escuela y estábamos interesados en el trabajo del otro, pero no fue hasta ese último año que empezamos como pareja personal y profesional.
Imagen superior: Diseño interior y mobiliario para Ínfinity Spa´(2016) en Bangkok
Imagen superior: Diseño interior y mobiliario para Ínfinity Spa´(2016) en Bangkok. © Space Popular
¿Cómo llegáis a Bangkok?
Lara Lesmes: Estuvimos en Bangkok durante cinco años. Nos mudamos allí a las pocas semanas de acabar la carrera tras recibir una oferta para trabajar como profesores en una nueva escuela. El primer año nos centramos completamente en el trabajo con los alumnos y no desarrollamos ningún proyecto independiente. Al principio fue complicado. Por un lado, la sociedad es super amable, pero por otro lado, al igual que otros países asiáticos, son muy proteccionistas.
Fredrik V. Hellberg: Allí tuvimos mucha libertad, no existen estigmas estéticos o tipológicos en cuanto a lo que está bien o mal. Las generaciones más jóvenes trabajan sin prejuicios y eso nos generó un marco de trabajo muy positivo para desarrollar nuestros proyectos. Además, el hecho de ser extranjeros también nos ayudó, allí valoran tus ideas y nadie crítica lo que haces. Posiblemente, si nos hubiéramos quedado en Londres, nuestro trabajo ahora sería muy diferente…
Imagen superior: Lara Lesmes y Fredrik Hellberg, directores de Space Popular
¿Cuándo nace Space Popular?
F.H.: Un año después de llegar a Bangkok comenzamos a desarrollar proyectos y tras dos años, en 2013 fundamos Space Popular. Como el resto de estudios jóvenes, empezamos haciendo concursos, montamos nuestra web y subimos nuestros proyectos. Después empezó el boca a boca y llegaron los primeros proyectos. Lo primero que construimos fue una pequeña escuela en Valencia y un escenario para un festival de música en Tailandia. Más tarde en 2016 llegó Infinity Spa, un proyecto donde aprendimos muchísimo y pudimos diseñar absolutamente todo, desde la grifería hasta cada pieza de mobiliario.
¿Cuáles son vuestras principales referencias visuales?
L.L.: En cuanto a moda, nos interesan diseñadores como Issey Miyake o Sybilla. Sus diseños se podrían entender como extensiones arquitecturas del propio cuerpo. Uno de nuestros últimos encargos fue un kimono para el festival Burning Man inspirado en las experiencias e intereses de nuestro cliente. También nos interesa mucho la ilustración, desde los artistas clásicos de caprichos que pintaban fantasías arquitectónicas, a ilustradores contemporáneos como Kilian Eng, que trabajan en los límites de la ciencia ficción, el cine y los videojuegos.
F.H.: Vemos mucho cine, no vemos series, pero sí que vemos como cinco películas a la semana. Nos gusta parar, rebobinar y analizar las escenas, para ver como se usa la arquitectura en la coreografía de historias. Enter the Void (Gaspar Noé, 2009) es un gran ejemplo donde construyen narrativas entorno a la ciudad a través de una mirada completamente transgresora.
Imagen superior ‘Träbågen’ (2016) propuesta para un centro cultural en Skellefteå. © Space Popular
¿Qué estáis leyendo ahora?
L.L.: Yo estoy leyendo Welcome to your world de Sarah Williams Goldhagen sobre como nuestros entornos construidos dan forma a nuestras vidas y nuestra forma de pensar. Frederik acaba de terminar un libro que todo el mundo está leyendo ahora, Sapiens: A Brief History of Humankind de Yuval Noah Harari. Otro libro que tenemos en la mesilla de noche es Chromaphobia de David Batchelor, un libro fabuloso sobre los estigmas del uso del color.
Imagen superior: Instalación ´The Glass Chain´ (2017) para Sto Werkstatt en Londres. © Space Popular
El uso del color es claramente uno de los aspectos más reconocibles del trabajo de Space Popular ¿de dónde viene ese interés?
F.H.: En mi caso, nunca me he sentido atraído por la típica estética aséptica y neutral que impera en los países nórdicos. Siempre me ha interesado más la estética de los videojuegos, el uso radical del color en los interiores de los sesenta y setenta de Joe Colombo o Verner Panton, o la estética plástica de los ochenta y noventa de los primeros trabajos de Philippe Starck o Karim Rashid. Ellos crearon a través del color, los materiales y las formas, una forma de conectar a las personas con los objetos y generar una atracción a través de lo visual.
L.L.: En nuestros proyectos usamos colores muy llamativos, porque entendemos que el color es parte de nuestras vidas y nuestras experiencias, y obviarlo sería un error. Por eso tratamos de explorarlo como una capa más de información, una respuesta inclusiva y no dogmática a condiciones culturales o sociales específicas. En nuestra arquitectura e interiores, el uso del color es algo que va más allá de las tendencias o modas, es una forma de responder al contexto.
¿Cómo pueden la arquitectura y los interiores transformar nuestras experiencias?
L.L.: Actualmente existe una separación drástica entre arquitectura e interiores. Antes los arquitectos diseñaban integralmente tanto los interiores como los exteriores. Ahora vamos a IKEA e intentamos traducir, a través de sus patrones ya establecidos, una personalidad y carácter ready-made a nuestros propios espacios domésticos.
F.H.: Estamos en un momento de transición en cuanto a la forma de entender nuestra arquitectura e interiores. En los últimos años nuestro trabajo se ha centrado principalmente en diseñar experiencias. Es nuestra forma de prepararnos para el futuro. En la actualidad, los proyectos arquitectónicos están tan condicionados por factores económicos, políticos y sociales, y la libertad creativa está completamente limitada. En un futuro próximo, las experiencias serán posiblemente lo único que los arquitectos podremos diseñar, ya sean a través de materiales físicos o virtuales.
Imágenes superiores. Izquierda: Propuesta para el Museo de Hilma af Klint (2017) en Estocolmo. Derecha: Kimono para James Taylor Foster y su viaje a Burning Man (2017). © Space Popular
Uno de los últimos proyectos de Space Popular es la instalación The Glass Chain en Londres que explora precisamente la experiencia arquitectónica en un espacio virtual ¿qué conclusiones habéis sacado?
L.L.: Este proyecto ha reforzado nuestra idea de que como arquitectos tenemos que diseñar tanto la realidad física como la virtual, así como la interacción y referencia entre ambas. En los últimos 30 años la arquitectura física se ha diseñado en entornos virtuales y es ahora con el avance y accesibilidad de las tecnologías virtuales, que ambas realidades se están superponiendo. Los arquitectos deben estar preparados para este cambio radical. La realidad virtual y aumentada va a suponer un cambio revolucionario a la hora de conceptualizar y experimentar arquitectura.
F.H.: En un futuro no muy lejano, los promotores podrán contratar a arquitectos para rediseñar los interiores de edificios existentes a través de realidad aumentada. La arquitectura se presentará entonces como una interfaz virtual que transformará y aumentará la materialidad física, generando experiencias completamente nuevas para los usuarios.
Diseño interior y mobiliario para Infinity Spa (2016) en Bangkok. © Space Popular
¿En qué proyectos estáis trabajando ahora Space Popular?
L.L.: Estamos diseñando una casa en Valencia, un prototipo de vivienda familiar para un promotor, parte de un proyecto más amplio con al menos otras cinco casas. El proyecto parte de una retícula en la que los diferentes espacios se van ensamblando. A través de esa retícula básica que forman una estructura metálica mínima y bóvedas de ladrillo, buscamos experimentar con materiales, técnicas y colores, para maximizar el espacio y crear nuevas e inesperadas experiencias. ¿Cómo veis vuestro futuro?
L.L.: Somos adictos a mudarnos, pero por ahora nos vemos en Londres. El tipo de conversaciones, debates y acceso a información que ofrece esta ciudad es incomparable. Desde aquí podemos operar internacionalmente y movernos según el proyecto. Queremos seguir combinando por un lado proyectos más tradicionales de construcción con otros más especulativos o experimentales. En el futuro nos gustaría poder combinar ambos, y poder construir realidades en mortero y píxeles.