Hace unos días, la diseñadora visual y artista madrileña Silvia Fernández Palomar recibió una llamada de Pedro Duque. El ministro le comunicaba que había sido galardonada con el Premio Nacional de Diseño en la modalidad de jóvenes diseñadores. Una gran noticia para una gran diseñadora.
Silvia estudió Bellas Artes en la Complutense, más tarde se especializó en diseño gráfico y poco a poco ha ido creando su propio estilo en el une las dos disciplinas. A la hora de diseñar le gusta jugar con distintas disciplinas y como cuenta ella “mancharse las manos”. El diseño es como un juego visual para ella. A nivel personal se dedica a explorar la influencia de la formación y la docencia en el diseño. El trabajo de Silvia va más allá del diseño.
Silvia Fernández Palomar, nacida en Madrid el 6 de Enero de 1990, estudió Bellas Artes en la Complutense de Madrid. De ahí viajó a Bélgica con una beca Erasmus donde se pudo especializar en diseño gráfico en una facultad de diseño, lo que a ella siempre la ha gustado. Ha trabajado como diseñadora en Designit Madrid y Nueva York, y acaba de volver de Roma donde recibió el Premio de la Academia de España de Roma. Ahora está retomando su carrera profesional en Madrid. Empezó su trayectoria profesional como diseñadora, y ahí se dio cuenta de que el arte también podía hacerse un hueco en el mundo del diseño. Su trabajo es una fusión de estas dos disciplinas. Ahora trabaja y vive del diseño como freelance, siempre fiel a su estilo colorista, minimalista y casi conceptual en el que se funden las fronteras del arte y el diseño.
Además, Silvia trabaja de docente en el IED, un mundo que le apasiona. De hecho, sus últimos trabajos se centran en cómo influyen la formación y sus herramientas en la creación, y como al modificarlos se puede cambiar el punto de vista del diseño y sus resultados. Su trabajo explora la filosofía del diseño. Para Silvia, diseñar es una responsabilidad, ya que considera que lo más importante del diseño es quién va a ser su receptor. En estos momentos trabaja como freelance y está inmersa en varios proyectos a la vez.
Os presentamos a Silvia Fernández Palomar.
Cua, cuadernos experimentales, Silvia Fernández Palomar, Premio Nacional de Diseño.
¿Dónde trabajas y cómo es tu espacio de trabajo? ¿De qué te rodeas para trabajar?
Ahora mismo trabajo desde casa. Estoy trabajando en distintos proyectos de diseño, ilustración y diferentes disciplinas, que compagino con la docencia dando clases de diseño gráfico en el IED, talleres de creatividad y dibujo. Aunque hasta hace poco trabajaba en un espacio de trabajo compartido en el centro de Madrid.
¿Cómo empezaste?
Estudié Bellas Artes en la Complutense de Madrid. Entonces no había grado de Diseño Gráfico pero en cuanto salió me especializé en diseño, cursando el grado de diseño y compaginándolo con de la carrera Bellas Artes. De ahí me fui a Bélgica donde me pude especializar en diseño gráfico en una universidad que sí estaba especializada diseño. Trabajé en distintas agencias, como Ogilvy y de ahí pasé a trabajar en una consultora de diseño estratégica, Designit. Empezé en su sede de Madrid y luego me mandaron a Nueva York, donde pude desarrollarme como diseñadora visual. De ahí recibí una beca del ministerio de exteriores de la Real Academia de Roma para irme a Roma de dónde acabo de volver. En Roma he estado desarrollando un proyecto de diseño durante un año.
¿Cómo ha influido y te ha ayudado vivir fuera en tu visión del diseño?
Vivir en Nueva York me ha enseñado otras perspectivas del diseño, sobre todo a nivel personal. La forma de abordar un proyecto es totalmente diferente. Ahí todo cambia, sobre todo las gafas que te tienes que poner para ver las cosas. En Roma igual. También influyen mucho los recursos y la limitación que tienes en cuanto a las herramientas dependiendo de donde estés viviendo en cada momento.
¿Se puede vivir del diseño?
Te estoy hablando desde una posición privilegiada, ya que por suerte no me falta trabajo, pero sí, claro que se puede vivir del diseño, hoy hay mucha demanda de diseño.
Processi 146, Silvia Fernández Palomar, Premio Nacional de Diseño.
¿De todos los campos que tocas: ilustración, cerámica, diseño, tipografía.., ¿con cúal te quedas?
Precisamente he dado el salto de hacerme freelance para poder combinar todos los campos de manera profesional y dedicarme a ellos. Trabajando en una empresa me veía limitada a trabajar en proyectos sólo de producto digital, pero echaba mucho de menos aplicar la creatividad en otros campos. Aunque tengo que decir que los dos me encantan. Empezé en el mundo del arte, de dónde vengo, y al pasarme al diseño me di cuenta de que había cosas que podría recuperar para aplicar en el diseño. La cerámica por ejemplo si que es para mi un hobby [Silvia ha realizado una colección de vajilla y joyería en cerámica], pero todo lo demás para mi es uno e intento combinarlo en todos mis proyectos.
¿En qué te inspiras en tus proyectos?
No sabría decir algo concreto. Para mi cada proyecto tiene unas necesidades diferentes, pero sí que en cuanto a proyectos personales me interesa bastante entender que papel tiene el diseñador tiene dentro de la educación, es decir, las herramientas que nosotros generamos para que otras personas aprendan. Me parece que los diseñadores tenemos un papel muy importante en esto, y a nivel personal este aspecto me interesa mucho. Me interesa como generar nuevos ejercicios y sobre todo las propias herramientas. Mi proyecto Processi se basa precisamente en esto, en como un cuaderno puede limitar las ideas por como está diseñado, como puede llegar a limitar la creatividad.
¿Cuál es tu proceso de trabajo? ¿Qué herramientas de trabajo utilizas?
Al gustarme tantos campos, cada uno tiene un proceso diferente. Pero siempre tengo en cuenta el papel de la investigación en un proyecto, y como se involucran las personas que van a usar ese diseño que voy a hacer. Si es algo digital, como lo van a entender, si es un objeto, como se va a usar… Involucrar al usuario siempre me parece muy importante. También intento crearme mis propias herramientras de trabajo para estirar la creatividad todo lo que puedo.
De tus últimos trabajos, ¿cuál ha sido el más especial para ti?
Mi último proyecto, Processi. Es un proyecto más personal que he realizado en Roma. En él pude investigar de manera más libre lo que quise, se podría decir que es 100% Silvia. Se basa en el diseñador italiano Bruno Munari, que repensó el papel de la educación creando herramientas para que los niños, en su caso, su hijo, aprendieran de manera diferente. Retomando esta corriente, yo pensé en cómo podemos modificar las herramientras para que el aprendizaje fuese más creativo y no tan limitante. Por ejemplo, que los niños no tengan que escribir en unas líneas pautadas y que no salgan de ella, o colorear dentro de las lineas de unos dibujos ya pintados son unas reglas que se imponen y que yo quería romper en este proyecto, para que se pueda aprender de manera más libre. A partir de ahí generé una colección de objetos de papelería, cuadernos, libros y lápices que rompían con estas reglas. Al final consigues que el aprendizaje se base mucho en fijarse en la herramienta y en recuperar la manualidad de las cosas. Hoy en día está todo hecho con ordenador y por defecto está bien hecho, a mi me gusta recuperar esa manualidad, ese detalle y atención en cómo se hacen las cosas.
Mn5, Silvia Fernández Palomar, Premio Nacional de Diseño.
También te gusta coleccionar objetos vintage…, ¿de dónde te viene esto?
Sí, sobre todo papelería, es parte del proceso de la educación. En Roma estuve visitando distintos locales antiguos, papelerías para ver que tipos de herramientas se utilizaban para crear y que ya no existen, y de cada sitio me llevaba una goma, y así hice un diario de campo de investigación que se ha convertido en una colección. Todo eso lo utilizo luego en mis proyectos.
¿Cómo recibiste la noticia de que había sido Premio Nacional de Diseño y que ha supuesto para ti?
Estaba dando una clase y tenía varias llamadas de un número larguísimo. Cuando por fin pude cogerlo era Pedro Duque, que me dió la noticia de que había sido la ganadora del premio. Me hizo muchísima ilusión. Para mi es un gran paso, y un premio con un gran impacto, ya que es un reconomiento muy importante. El Premio Nacional de Diseño es un premio con mucho nombre y cualquier persona aunque no esté dentro del mundo del diseño lo puede valorar. Es digamos, un sello de calidad al que estoy muy agradecida. Otros premios son más de nicho, pero este es más universal.
¿En qué estas trabajando ahora?
Ahora mismo estoy en varios proyectos a la vez. Por un lado estoy ilustrando una colección de libros para Santillana, por otro trabajando como profesora en el IED y en paralelo desarrollando la gráfica para un festival de teatro en Roma. Luego tengo muchos otros trabajos más pequeños.
Ferpal Sans II, una tipografía diseñada para Madrid, Silvia Fernández Palomar, Premio Nacional de Diseño.
Diseñadores de referencia:
Un diseñador francés que también se mueve entre el arte y la ilustración, Paul Cox. El podría ser mi diseñador favorito.
Un bar, cafetería o espacio cercano a tu estudio que te encanta o al que vas para inspirarte:
Una cafetería que me gusta mucho y a la que voy a trabajar frecuentemente es la cafetería Los Tiernos, en La Latina.
Un grupo de música:
El cantautor Ricardo Vicente.. ¡Para la música soy muy bohemia…!
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www.silviaferpal.com
IG: @silviaferpal
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Letraset Font, tipografía gratuita y experimental, Silvia Fernández Palomar, Premio Nacional de Diseño.
21 de noviembre de 2019 a las 6:35
Felicitaciones Silvia por tu nuevo logro. Éxitos siempre y muchas bendiciones un fuerte abrazo