ÚNICO
A mí los locos, a veces, me emocionan. Con la música de Scott Matthew me pasa lo mismo: en ella hay una especie de lucidez descarnada, de verdad imbatible, de incomprensión enigmática, de lamento antiguo y poderoso que me toca algo por dentro que no sé muy bien definir (y eso que se supone que soy escritor). Siempre he sido muy fan de aquello que no llego a comprender. Como con los locos, la música de este cantautor (¿por qué me chirría etiquetarle así?) va más allá de las palabras, se adentra en el terreno de las tripas y los deseos desesperados, se esparce por el aire en un lenguaje personal y único, de una sensibilidad arrebatadora. Es música de, por y para suicidas enamorados y devoradores de vida en grandes tragos. Su belleza es tal que provoca torrentes de alegría y tristeza desmesurados, una comunión alegre y envenenada, todo a la vez. La desprotección emocional alcanza nuevas cotas cuando te adentras en sus melodías. Parece reírse de ti (y contigo), tender el hombro para recibir tus lágrimas, fundirse en un abrazo y acariciarte el pelo, permitiéndote ser. Es generoso, brutal, magnánimo, optimista, empático y de una humildad envidiable. Su música es tu madre y tu amante, tu amiga y tu confesor, tu espejo y tu camino, tu desesperación y tu reencuentro. Su mundo es el del susurro, el lamento, la risa y su inseparable oukelele. Su música está hecha de tus secretos. De todo aquello que no atreves a sentir (y mucho menos compartir) salvo en la privacidad de tu habitación.
No le verás en grandes estadios, porque, como todos los momentos que cuentan y que dan sentido, lo suyo son los lugares pequeños, casi inexistentes. La grandeza de la pequeñez, en definitiva. Lo universal de lo más íntimo. Hay artistas que son únicos. Y con sólo dos discos a sus espaldas, estoy seguro de que Scott Matthew, ese bigfoot amanerado e hipersensible, pertenece a esa raza. No te sorprendas si en más de una ocasión te descubres emocionado al borde de las lágrimas. Antes de que una vida llena de desilusiones, obstáculos y rutina entumezca y elimine definitivamente tu visión, tu oído y tus sentidos… date el gusto.
Scott Matthew actúa en Barcelona el 30 de Septiembre en la Sala Luz de Gas y el 2 de Octubre en Madrid en la sala Boite.
16 de octubre de 2009 a las 20:50
El 4 tocó en Elche y fue de lo más emocionante que he visto nunca, y luego habló con todos, es justo como lo describes, un poco indescriptible.
1 de octubre de 2009 a las 11:04
Anoche vi a Scott Matthew en Barcelona. Fue mágico, impresionante… Uno de los conciertos más emocionantes que he visto.
30 de septiembre de 2009 a las 16:10
Hoy ya es 30 de Septiembre y voy al concierto de Scott. Estoy extrañamente nerviosa porque siento que de algún modo me va a hacer el amor, pues es lo que hace con su voz.
28 de septiembre de 2009 a las 21:35
Scott Matthew es increible en directo. Lo vi en Londres con Ebe Oke y luego me lo encontre en un bar en Bedford Avenue en Williamsburg Brooklyn.