Samantha Hudson es el último gran icono de la cultura pop española más underground. Y lo es se ponga como se ponga: rubia, morena o pelirroja.
Samantha Hudson es una leonesa del 99 hecha a sí misma como uno de los referentes de la nueva cultura pop española. Le basto un sencillo para saltar a la fama: aquel “maricón” que revolucionó las redes cuando tenía 15 años, y eso que solo era un trabajo para una asignatura del instituto mallorquín donde recibía educación desde la adolescencia.
En portada, Samantha Hudson con vestido negro con capucha de DESIGUAL x NATHY PELUSO
Samantha Hudson con top y shorts de SANDRO PARIS y top negro de tul de AURELIA GIL
Ella es un icono, y no solo para la Gen Z, su discurso es válido para todas las generaciones. Por eso, y aunque su arte, su música y sus canciones den para mil entrevistas y bailes, en esta ocasión hemos decidido compartir la faceta más lúcida, racional e intelectual de esta cantante, compositora, performer, activista, presentadora, celebridad y no sé cuántas cosas más.
Samantha Hudson con total look de MORFIUM y chocker dorado de BAROKAH JEWELS
Pensamos que sus reflexiones sobre el éxito y el fracaso pueden ayudar a más de una persona. Ella, Samantha Hudson, lo aprendió a base de golpes. Concretamente de uno muy gordo cuando, en plena performance suya, salto desde un balcón de Barcelona cuando tenía 18 años. Tras meditar en la cama de un hospital sobre los peajes que impone la sociedad del triunfo y “del malestar”, se concienció de que había que poner límites, y que no merece la pena el reconocimiento y la fama a cualquier precio. Y con este sentimiento de paz y equilibrio ha seguido trabajando, y moviendo mentes y cuerpos durante estos 6 últimos años.
Nuestra diva del año con vestido blanco de DESIGUAL x NATHY PELUSO y sandalias de GUESS
Samantha Hudson cuenta en su haber cuenta con: un documental, “Samantha Hudson, una historia de fe, sexo y electroqueer”; un primer álbum del 2019 titulado “Los Grandes Éxitos de Samantha”; tours como “Gira Liquidación Total” (2021-23); papeles de cine como el de Ingrid en “Rainbow” de Paco León; un montón de singles; colaboraciones con La Prohibida y La Dani; premios como el “Reconocimiento Arco Iris”… Y lo último “AVOE”, su disco de 2023. Una trayectoria que demuestra lo que ya sabíamos, que la Hudson tiene mucho coco y lo hace todo bien. Lo podrás comprobar en vivo y en directo con su gira AOVE Black Label.
La artista del disco AOVE con body blanco, escote drapeado y minifalda riñonera de DESIGUAL x NATHY PELUSO
SAMANTHA HUDSON
Fotógrafo: BERNARDO DORAL
Realización: DANIELA GUTIÉRREZ
Entrevista: NADIA LEAL
Maquillaje: HUGO TRIX
Peluquería: LAUREN VOICCECI
Vídeo: THE FEELMS
Producción + Editor: RAMÓN FANO
Asistente Fotografía: RAÚL LORENZO CANO
Asistente Estilismo: CATERINA PASCUAL
Asistente Vídeo: LUCÍA TORRAL para THE FEELMS
Estudio: MASTERPRO STUDIO
Samantha Hudson con total look de terciopelo de EÑAUT
“Si me quejo es en petit comité y por gusto, por puro vicio porque creo que es un privilegio dedicarte a lo que te gusta y sobre todo que te vaya bien”
Hace poco citabas a Lady Gaga por un vídeo en el que habla de la dura rutina de girar: coger aviones, dormir poco, del club al avión y del avión al club. ¿Cómo llevas estar cada día en un aeropuerto?
Lo gestiono mucho mejor, es cierto que los dos años pasados, en general desde que salí del confinamiento, empecé a notar un aumento del nivel del trabajo, vivía más una etapa disociativa. La mayoría de cosas las hacía por inercia, no terminaba de habitar el momento, llegaba un fin de semana y no recordaba nada de lo que había hecho a lo largo de aquellos siete días, y, este año, la diferencia que noto es que quizás, porque estoy más acostumbrada ya a ese nivel de trabajo, lo disfruto más y estoy más presente, me noto más emocional. Quizá menos pragmática, menos mental, me hacen ilusión los proyectos para los que me llaman y, en definitiva, lo llevo mucho mejor, es muy agotador pero bueno. Tengo en perspectiva cuando trabajaba en la cafetería o en la pizzería, encima para ganar una miseria y, la verdad, es que me siento muy afortunada. Si me quejo es en petit comité y por gusto, por puro vicio porque creo que es un privilegio dedicarte a lo que te gusta y sobre todo que te vaya bien.
Samantha Hudson con look completo de AREA x MY THERESA
“Sé que soy una privilegiada”
Eres humana y estás en tu derecho de quejarte.
Sí, pero no me gusta pecar tampoco de quejarme en exceso. Sé de dónde vengo, sé el panorama que ha vivido mi familia, que está viviendo, sé cómo está la gente de mi alrededor, cuál es la juventud, cuáles son las expectativas de futuro para la mayoría de personas en España. Entiendo mucho el contexto y sé que soy una privilegiada.
Samantha Hudson con top de SANDRO PARIS y top negro de tul de AURELIA GIL
“Creo que soy el ejemplo físico de la narrativa de la meritocracia que nos intenta meter el capitalismo en la cabeza, y eso me horroriza.”
Cuando tuviste la epifanía tras el accidente del balcón, ¿te tomaste las cosas en serio?
Sí, fue un momento de reflexionar mucho acerca del éxito, de qué es lo que quería, más bien de qué pasaría si todo lo que quiero nunca llega a cumplirse, si nunca llegase a conseguir esos sueños que tanto perseguía. ¿Qué sucedería si las cosas que más ilusión me pueden hacer en el mundo de repente se desvanecen, o se quedan una mera fantasía? Me ayudó mucho abrazar el fracaso e interiorizar que, a veces, las cosas no suceden como queremos y que eso no es necesariamente nuestra culpa.
Por lo tanto, no debería martirizarme si, en esencia, la situación no se desenvuelve como había esperado. A día de hoy, creo que soy el ejemplo físico de la narrativa de la meritocracia que nos intenta meter el capitalismo en la cabeza, y eso me horroriza. Pero, de pronto, veo que todo lo que quería se está haciendo realidad. Puedo vivir de los shows, de la música… La gente viene a verme, hago sesiones de fotos, que es una cosa que desde pequeña me hacía mucha ilusión. Supongo que también porque no me gustaba nada mi físico, entonces yo fantaseaba con que alguna vez sería Lady Gaga y haría portadas de revista. Y aquí estamos. No me dejo embriagar por todas esas sensaciones.
Este año lo habito con más ilusión, soy consciente de lo que tengo y me enorgullezco de ello, pero al mismo tiempo, tengo muy claro que no voy a depender de lo que estoy viviendo ahora mismo. Mi estado anímico no depende de lo bien que me esté yendo en la vida o de cuán cerca esté de alcanzar ese concepto de éxito que nos inculcan desde pequeñas.
Samantha Hudson con vestido negro con capucha de DESIGUAL x NATHY PELUSO
“Tengo la suerte de que, en cierta manera, mi trabajo es ser yo misma, y compartir mi filosofía, mi estética, lo que me gusta y lo que me hace feliz”
Sí, esa idea que tenemos en la cabeza, valemos lo que vale nuestro trabajo, si lo pierdes, ya no eres tú.
Hoy en día el trabajo es una gran parte de la vida de la gente, por desgracia. Porque no queda más remedio y, al final, en eso es lo que inviertes la mayoría de tu tiempo y el resto son anécdotas. Eso me desagrada muchísimo. Creo que tengo la suerte de que, en cierta manera, mi trabajo es ser yo misma, y compartir mi filosofía, mi estética, lo que me gusta y lo que me hace feliz. También te puede jugar una mala pasada, porque las cosas que te ponían contenta te empiezan a agobiar y tienes el síndrome del impostor, te ves fuera de sitio, descolocada. Pero bueno, no me puedo quejar de nada. Y como ya te digo, yo creo que lo gestiono bastante bien.
Samantha Hudson con look de GIVENCHY y sandalias de MANGO
“Me escriben para decirme que en un mal día encuentran un remanso de paz cuando abren Instagram y ven que Samantha Hudson ha subido historias”
Eres un icono de la Gen Z, ¿es un amor recíproco?
Me escribe mucha gente para decirme que les gusta lo que hago, las cosas que digo. Cuando de repente hago stories, aunque sea del humor más absurdo, me escriben para decirme que en un mal día encuentran un remanso de paz cuando abren Instagram y ven que Samantha Hudson ha subido historias. Lo agradezco, me da mucha vergüenza recibir elogios y tampoco quiero que exista esa posición jerárquica, como de la superestrella o la persona elevada en un pedestal y su público. Creo que mi público tampoco lo percibe así. Noto una energía como de parentesco-familiar, como que soy la mamá y ellos son mis hijes. Incluso también un poco de amigas. Me sienten como la típica chica que te da un buen consejo cuando estás llorando en el baño de la discoteca.
Me gusta mucho esa energía, la verdad. Pero siempre digo lo mismo, por mucho que siembre, si la tierra es yerma, no crece nada. Si alguien entiende mi mensaje, eso significa que mi mensaje también está en ellas. Si alguien es capaz de valorar algo bonito de lo que ven en mí, en cierta manera, ese es un reflejo de algo bonito que también está en ellas. Quizá (para ellos) sea una superestrella, pero solo tengo sentido en esa gran constelación que es toda la gente que me sigue, porque de verdad son tan monas y les noto tan especiales… Tampoco voy a refutar al gran público, porque es mucha gente e imagínate tener que contradecir a todas esas personas y que se me rebelen y vengan un día, en plan masa con fuego y antorchas. Claro, soy un ícono, tenéis razón. Ya está, sí. Nada más que discutir (risas).
Samantha Hudson con body en denim y leggins de MUGLER x MY THERESA y zapatos de tacón con tira cristales de KURT GEIGER
“Es muy revolucionario hacerle entender a la gente que tiene derecho a ser sencilla, a ser mediocre, a no tener ningún talento que le haga destacar por encima del resto”
También reivindicas el orgullo a no ser una persona de éxito.
Trabajo mucho con la reivindicación de símbolos, palabras o elementos que alguna vez se han considerado peyorativos. Al principio de mi carrera tenía esa pose de esperpento, de monstruo, con el maquillaje y tal… No es que yo me sintiera un monstruo, es que para mucha gente lo era, entonces yo no voy a llevarles la contraria. Si soy un monstruo no es porque sea una verdad objetiva, es porque ha habido un consenso acerca de ello, y no voy a hacer otra cosa más que reivindicar que no tiene nada de malo ser un monstruo dentro de los parámetros de lo que está bien y lo que está mal en esta sociedad, en este contexto y dentro de este marco cultural. Y con el fracaso ocurre lo mismo.
Al final, el concepto de fracasar, de triunfar, el éxito, son constructos y están sujetos a una serie de factores muy determinados que tienes que cumplir y que en función de cuantos cumplas, eres más o menos exitosa o más o menos fracasada. En cierto modo, también es una especie de consenso social, es algo en lo que la gente ha decidido estar de acuerdo. Si haces esto eres una persona triunfadora, si consigues estar eres una persona con éxito. Yo siempre intento reivindicar el fracaso en todas mis entrevistas porque me parece una posición muy liberadora y muy emancipadora de una misma, porque creo que estamos muy influenciados por esa cultura del éxito, con muchas expectativas, mucha presión social por siempre alcanzar la perfección, la excelencia, la pulcritud. Todo elevado a la enésima potencia y creo que, en los tiempos que corren, es muy revolucionario hacerle entender a la gente que tiene derecho a ser sencilla, a ser mediocre, a no tener ningún talento que le haga destacar por encima del resto.
Samantha Hudson con top y corsé en denim de RGV, más falda plisada en denim de KEPEREZAXIKO y sandalias tiras plateadas de MANGO
“Si eres una minoría, todo en tu vida va a ser mucho más complicado, a menos que seas una persona millonaria, y, aun así, vas a sufrir violencias explícitas por pertenecer a X colectivo vulnerable”
¿Se libra alguien de la carga del éxito y el fracaso?
Todas estamos bajo el mismo yugo de la cultura del éxito y todas, de alguna manera, estamos educadas para perseguir esa excelencia. Quizá los códigos o las categorías que deciden si eres excelente o si tu producto encaja dentro de esos estándares de perfección, varían en función de tu género, de tu orientación sexual, de tu expresión de género, tu clase y por supuesto, de tu posición económica, tu color de tu piel… Entonces son muchos factores.
Si eres una minoría, todo en tu vida va a ser mucho más complicado, a menos que seas una persona millonaria, y, aun así, vas a sufrir violencias explícitas por pertenecer a X colectivo vulnerable. También creo que tiene mucho que ver con el sistema, con este capitalismo infame que lo devora todo a su paso, esa vorágine de hiperconsumo, hiperproducción, esa sobrecarga de estímulos de las redes sociales, los timings que manejamos, la partición del tiempo que ha hecho la jornada laboral. Necesitamos todo en cantidades enormes y de manera tan inmediata que no tenemos margen de error. Siento que a la gente se le ha arrebatado el derecho a errar, a equivocarse, a fallar y a fracasar, que me parecen partes indispensables en el correcto desarrollo tanto artístico como profesional y como personal de cualquier ser humano.
Samantha Hudson con camisa y falda de RVG
“No he decidido ser una travesti, ni he decidido ser una persona no binaria, ni he decidido ser una persona más o menos atractiva”
¿Incomodar o provocar son claves de tu arte?
La incomodidad, la irreverencia no es algo que me saque de la manga, ya tengo esa materia prima. No he decidido ser una travesti, ni he decidido ser una persona no binaria, ni he decidido ser una persona más o menos atractiva. A mí me dan unos esquemas y me tengo que apañar para encajar en esos esquemas. A mí me dan un sistema binario del género y me dicen que tengo que ser hombre o mujer, y apáñate tú si quieres que la gente te trate con respeto, creo que hay que acabar ya con la concepción de que nosotras, voluntariamente, decidimos sufrir todas las violencias que ejercen contra nosotras.
A mí me encantaría estar tranquila y no tener problemas todo el rato y ser una persona que pasa desapercibida, pero no es así y nunca lo va a ser. Entonces, ya con ese material que vas intuyendo desde muy pequeña, tienes dos opciones, o intentar esconderlo debajo de la alfombra o convertir esa basura que arrojan contra ti en tus tesoros particulares. Y la segunda opción es por la que yo me decanté hace mucho tiempo. Me gusta la provocación, pero me gusta porque creo que exagerando la cara dejas en evidencia la cruz de la moneda y, al final, me gusta esta posición tan polarizada. Y a lo mejor Samantha Hudson incomoda a la sociedad. Pero en vez de preguntarme a mí qué tengo para incomodar a la sociedad, preguntemos a la sociedad qué tiene para sentirse incomoda con Samantha Hudson.
Samantha Hudson con total look de EKCENTRIK y collares a modo de cinturón BAROKAH JEWELS
“AVOVE es un EP de cuatro canciones para mover el esqueleto, que también puede ser algo muy reivindicativo”
Pero, háblame de tu disco, AOVE, que a eso hemos venido también.
El nombre es un acrónimo. Cada letra corresponde con la inicial de cada uno de los títulos de las canciones. Es un EP de cuatro canciones para mover el esqueleto, que también puede ser algo muy reivindicativo y un statement para decir “ya estoy harta de dar justificaciones, de dar explicaciones, de hablar continuamente de quién soy yo, de por qué existo, de por qué hago las cosas” y ahora lo que quiero es bailar, y punto, ya está. Es una etapa más ravera, con referencias al techno, a la ruta del bacalao y a la escena electrónica de Madrid. Y, por supuesto, al nacimiento de las raves en los años 90, que eran ilegales e incluso cambiaron las leyes en Reino Unido. Todo eso lo tuve presente.
Y a la hora de componer, quizá tengo en la cabeza una estructura muy organizada de introducción, nudo y desenlace al uso, y supongo que tener eso me ayuda, de alguna manera, a organizar las palabras y el mensaje que quiero comunicar y poder verbalizarlo de una forma concisa y clara. El EP lo empiezo en agosto del año pasado, nació como una canción que salió mal y que, de repente, tomó otra forma, se convirtió en una propuesta nueva que realicé con La Diega, productora de “Perra”, uno de los singles de mi antiguo álbum “Liquidación Total”. Quería volver a colaborar con ella porque me gustaba su sonido y sentía que había buena sinergia y al final me gustó mucho el resultado. Hicimos una maqueta que estaba bien y, a raíz de eso, le propuse hacer tres temas más y creo que desde septiembre hasta enero fue el proceso creativo. Yo tenía una melodía en la cabeza y escribía la letra. Le mandaba un audio muy guarrindongo, en plan cero presupuesto, con el teléfono hacía como que tenía un metrónomo para fingir que tengo nociones básicas de música, y que así ella pudiera ajustar el BPM de una forma decente. Con ese material ella hacía la producción musical, que es algo que me gustaría aprender pero que, desgraciadamente a día de hoy, no controlo. Gracias a esa carencia puedo tener el gusto de colaborar con productores musicales como La Diega que entienden lo que yo quiero transmitir.
Estoy muy contenta, creo que es mi proyecto más ambicioso hasta la fecha, el mejor producido y define mucho mi estética. Siento que estoy en un punto más serio, menos satírico… Mis letras ya no tienen esa reivindicación, ya nadie podría categorizarlas de canción protesta, como ocurría antes. A día de hoy estoy feliz de poder afirmar que no soy ninguna de las cosas que no quiero ser, estoy en una etapa quizá menos reivindicativa. Siento que estoy en un punto más serio.
Samantha Hudson con vestido negro con capucha de DESIGUAL x NATHY PELUSO
AVOE, la gira de Samantha Hudson, próximos conciertos
18 de noviembre en La Riviera (Madrid),
25 de noviembre en Razzmatazz (Barcelona),
9 de febrero de 2024 en Palau Alameda (Valencia)