Roostiq Bar, en Madrid, se constata como un espacio multidisciplinar, donde su excelsa bodega y su oferta de coctelería se integran a la perfección con una carta de comida que va más allá de un simple pretexto.
Aunque en la capital estamos acostumbrados a que todas las grandes aperturas se hagan en septiembre, Roostiq Bar Madrid, abierto este mes de diciembre, es una de las incorporaciones más fuertes. En este espacio no falta nada, un buen diseño de interiores, una bodega con 700 referencias, una carta perfectamente equilibrada y buena música. Si a todo esto sumamos que la cocina está abierta durante todo el día, Roostiq Bar tiene todos los mimbres para convertirse en el local de moda de 2025.
Imagen superior: Coctelería de Roostiq
El cine de los años 50 nos ayudó a hacernos un constructo sobre los restaurantes elitistas, donde más allá de la comida o el ambiente, el anfitrión era su piedra angular. Casablanca y Bogart fueron ejemplo de estos dos elementos indisociables. En Madrid, dejando de lado la ficción, encontramos binomios reales como el de Perico Chicote y su coctelería o el de Lucio y sus famosos huevos. En Barcelona sería Paco Solé Parellada y sus 7 portes. Si nos llevamos este concepto a la historia más reciente, nos encontramos con un carismático Juli Soler y su restaurante El Bulli. En Roostiq Bar, su anfitrión y creador, Zoilo Álvarez tira de experiencias personales creando un espacio afín a lo que él entiende como un bar.
“Queremos un bar de los de siempre, de toda la vida: lo que nosotros entendemos como concepto de bar. Un espacio para todos, donde comer y beber en cualquier momento del día. Un sitio donde disfrutar de la materia prima de calidad de nuestras fincas, manteniendo la forma de hacer que nos caracteriza en Roostiq Bar Madrid pero centrado en la parte líquida – vinos como los de Borgoña, amplia variedad de champanes, y coctelería centrada en nuestros whiskies y tequilas” comenta Álvarez.
Imagen superior: Ensaladilla con gamba de Huelva.
Ubicado en el número 40 de la calle Barquillo, en pleno barrio de Justicia, Roostiq Bar Madrid nos trae un interiorismo firmado por Astet. En este espacio, alejado del minimalismo de otros restaurantes, prima ante todo la elegancia y el ambiente cosmopolita. Sus mesas bajas, colores oscuros y una iluminación tenue, sumados a su imponente barra repleta de las mejores botellas, nos llevan a un local que va a caballo entre un restaurante y un bar americano.
Los vinos en Roostiq Bar son la piedra angular
En Roostiq Bar, haciendo honor a su nombre, la bodega es el leitmotiv de toda la experiencia. Una carta de vinos diseñada entre Zoilo Álvarez y su responsable de sumillería, Pablo Sánchez, cuenta con más de 700 referencias de vinos, donde destacan, entre otros, su selección de los mejores champanes de Francia, como el Dom Pérignon, Krug o el Moët & Chandon. En los vinos también trae lo mejor del país galo. Disponen de una selección de vinos de Borgoña, en la que no faltan algunos de los mejores premier cru. También disponen de vinos por copas desde cinco euros.
Imagen superior: Bloody Mary con tomates de su huerta.
Si por algo es interesante este nuevo espacio, es por su oferta multidisciplinar, siendo estas independientes a las otras. Por lo que en Roostiq Bar Madrid se puede disfrutar de la mejor mixología, sin tener que reservar mesa en el restaurante. Los cócteles creados por Gabriel González constan de más de 100 creaciones, dando valor a los tequilas, mezcales y whiskies con un precio medio de 15 euros.
En Roostiq, la huerta se la llevan a la mixología
Entre sus creaciones destacan la Oveja Negra compuesta por Brandy y chocolate. González también juega a destilar productos de la huerta, dando como resultado un Boletus Old Fashioned o el Bloody Mary, donde utiliza tomates de la huerta que abastecen directamente al restaurante. Sin duda, todo un ejercicio bien resuelto de cómo se puede introducir las verduras en el amplio mundo de la mixología.
Imagen superior: Aguacate y salmón.
La carta de Roostiq Bar Madrid, creada por David Blanco, no es sólo un pretexto para su buen oferta de bodega. Por si sola goza de un gran protagonismo y aunque no sea el actor principal de la función, dispone de una calidad de producto y técnica extraordinaria.
Roostiq Bar se abastece de su propia huerta y ganadería, en Ávila.
Casi todos los insumos de esta vienen de su huerta y propia ganadería de Ávila. Su plato estrella de los torreznos (17€), presentados como un sashimi, son el entrante castizo perfecto. También destacan sus cogollos a la brasa, salseados con una excelente salsa césar y acompañados de dos huevos fritos y pan brioche (19€).
Imagen superior: Sando
Con las croquetas de jamón y pollo, probablemente de las mejores de Madrid, prescinden del panco, yéndose al rebozado clásico (15€). Con la ensaladilla, culminada con gambas blancas de Huelva, llevan este clásico a otro nivel (14€).
Imagen superior: Croquetas de pollo y jamón.
También dispone de una carta denominada Bar Classic en la que juegan con elaboraciones más informales como el Sando Bar de solomillo de vaca al fuego. En los postres, elaborados por Raquel Álvarez, tiran de clásicos destacando su tarta de chocolate con avellana y crema inglesa a 10€.
Imagen superior: Chicken bar
Sin duda Roostiq Bar Madrid ha llevado el concepto de bar a otro concepto más elitista. Tanto su impresionante bodega para todos los bolsillos, sus cócteles de autor o su selección de tapas llevadas al fine dinning, hacen de este neobar un sitio imprescindible al que hay que ir sí o sí.
Imagen superior: Helado de pistacho
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Roostiq Bar Madrid
Calle Barquillo, 40 , Madrid.
Tel.: 919 49 67 10
Precio medio por persona: 50€
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