Barcelona tiene una especie Far West en el Poblenou. No hablo del barrio con mercado y un tejido vecinal sólido y envidiable. Me refiero a todas aquellas calles dentro del cerco imaginario entre la Plaça de les Glòries, la larga Marina, la Rambla del Poblenou y la Avinguda d’Icària. Hay fábricas, demasiados hoteles, algunos descampados y cada vez más oficinas. Aquello es prácticamente un desierto alimentario. Claro que estoy siendo muy injusta. Pero cuando llegué hace dos años a trabajar en la zona, me preguntaba: ¿Dónde podré picar algo cuando salga tarde de la oficina? ¿Y a mediodía? ¿Habrá algún lugar donde tomarse un vino delicioso? Ahora las cosas han cambiado, la oferta ha crecido un poco y he podido conocer mejor sus contadas joyas gastronómicas. Una de ellas es la Osteria Discret.
Allí paré por primera vez un viernes al mediodía con un hambre voraz. Iba a ver qué ofrecía aquella semana el Van Van Var pero de pronto vi un rincón maravilloso: una terraza soleada, pequeña, cerrada a la derecha por un puente y por un muro detrás. Qué acogedor. Un menú con entrantes ligeros y pastas contundentes fue el último empujón para que me sentara. Rápidamente me sentí como en el patio de unos amigos.
Restaurante Discret: una ensalada con jamón, rábano daikon, calabacín y pecorino del menú de mediodía
Ese día comí una ensalada simple pero apetitosa: mezcla de lechugas, láminas de calabacín, virutas de parmesano y unas aceitunas sardas negras (de esas arrugadas que tanta gente odia sin razón) que sabían a orégano, tomillo, romero, todo aliñado con un aceite de oliva exquisito y vinagre de módena. A veces se nos olvida que las ensaladas sin complicaciones siguen siendo un gran entrante para un mediodía cualquiera.
Restaurante Discret: fusilli con pecorino madurado y aceite de trufa
De segundo, terminé pidiendo un plato fuera de carta porque sí: bigoli con botarga. Explico para el no iniciado en esta delicia que bigoli es un tipo de pasta hermana de los espaguetis, porque tiene exactamente la misma forma cilíndrica, pero más gruesa. Tienen más textura porque, digamos, ese grosor extra permite que los dientes se claven más profundamente en la pasta. Ñam-ñam. ¿Y la botarga? ¡Uy, la botarga! Entra dentro de aquello que en inglés se llama ‘delicacy’ y que suelen ser cosas un poco gore: embriones medio formados de pato (balut), huevos de hormigas (escamoles), tiburón podrido (hákarl) o huevas de mújol saladas y secadas y ralladas sobre la pasta, fundiéndose levemente. Eso fue mi plato de bigoli con bottarga.
Restaurante Discret: tagliatelle al ragú veronés
Al mediodía hay distintas fórmulas por 9,50€ o 11,50€ donde encontrarás platos de pasta maravillosos como los tagliatelle con ragú veronés, una exquisitez cocinada durante 17 horas por la que pagarías tu peso en oro por un tupper, o los bigoli a la carbonara; la polenta con seta y queso Monte Veronesse o con soppressa, que no es una sorpresa (o sí) si no un salami curado típico de Verona. Y en la carta todavía más: el fundente bacalà a la mantecata, servido sobre pane carasau, el pan sardo que hace música con su crujir; la lengua salmistrata, el cotechino con col o los risottos: con tastasal, un embutido veronés, o queso y vino Valpolicella.
Restaurante Discret: tagliatelle al ragú veronés
A veces opto por el café en lugar del postre porque las raciones son muy generosas, pero otras me he coronado con un tiramisú muy bueno, con un mascarpone de calidad como los hay pocos en esta ciudad. Pero, de lo dulce, hay más: struffoli (una suerte de buñuelos napolitanos) o crema fritta rematan la carta de postres. Tú pregúntale a Martina, que es la cocinera, dueña de la Osteria y orgullosa veronesa, y que ella te recomiende.
Restaurante Discret: tiramisú
Y si dudas de si te gustarán o no estos ingredientes desconocidos de la cocina italiana, escúchala: “En algunos casos, la cocina véneta se parece mucho a la cocina catalana y estaba segura que aquí podríais apreciar los platos típicos del Noroeste de Italia. Mi cocina está inspirada en la tradición de la osteria italiana véneta, que en el pasado era la locanda donde los viajeros se detenían a comer y a reposar. Los platos que recomiendo son los primeros de pasta fresca y rissotos con el exclusivo arroz Vialone Nano, el autóctono de Verona Isola della Scala. Su particularidad es el almidón que ofrece una cremosidad única en esta variante. También recomiendo la polenta y el tiramisú. Todo es casero y fresco”.
Ostería Discret
Carrer de Pujades, 33,
08018 Barcelona
Tel.: 617 25 32 01