Llama Inn es la nueva sensación madrileña tras ser la gran sensación neoyorquina. Así se las gasta Madrid como plaza estratégica de lo gastronómico. Icono de la fusión hipster, el restaurante de cocina “peruyorquina” rueda en el barrio de Salesas esta “versión castiza” de su mestizaje sabroso y apetecible.
A la fusión parece que le queda alguna vuelta cuando ya creímos habérnosla comido enterita. El restaurante Llama Inn de Madrid tiene gancho, es uno de esos locales globales que funcionan porque sabe tocar las teclas adecuadas.
Esa mezcla exitosa se fraguó en, dónde si no, Williamsburg, el barrio de Brooklyn que sirvió de lanzadera urbana a tantos inventos comerciales. El chef de Nueva Jersey Erik Ramírez había viajado a Perú, tierra natal de sus padres, donde descubrió un camino ancestral para explorar a su vuelta, y junto a su socio Juan Correa, un recetario de adaptaciones criollas, andinas, bachiches, nikkeis o norteñas. Y lo hizo en 2015 en ese primer Llama Inn y también después en el Llama San de Manhattan. Tras forjar aquel concepto toca ahora exportar a España un clon vigoroso que no deja de gustar.
Imágenes superiores: Comedor de planta superior y brunch con pollito a la brasa, arroz chaufa, tortilla vaga, ají, lentejitas de lunes, huevo frito, salsa criolla, tostadas…
Para el Llama Inn de Madrid, Conde de Xiquena esquina con Prim, Erik confía en Luis Cornejo como jefe de cocina, y en Camille Sirault, directora de orquesta. La barra de cócteles es de Natasha Bermúdez y de la jovencísima Valeria Naranjo, todo desparpajo.
Imagen superior: Los chefs Luis Cornejo y Erik Ramirez de Llama Inn Madrid
El interiorismo en Llama Inn Madrid
Este es además un local de revista con revistas de diseño en las estanterías. El look lo firma Plantea Estudio (Gota, León The Baker…) y en las dos plantas se nota el gusto por lo orgánico en textiles, maderas y cerámicas. Para triunfar en tendencias lo mismo hay que cuidar la estética que la carta de vinos, sensible a movimientos actuales en forma de espumosos ancestrales, uvas canarias o tierras sureñas. Sin descuidar el pisco y otros destilados.
De un primer vistazo, una rotavap junto al botellero
El rollo cosmopolita ya empieza a definir el ambiente en un espacio que evoluciona del día a la noche. A Llama Inn Madrid Se accede cara a la barra de bebidas, en una planta baja luminosa pero no tan caldeada como la planta superior de comedor y cocina vista. De un primer vistazo, una rotavap junto al botellero, uniformes informales, piezas de Hoji y Pols Ceramics.
Imágenes superiores: La carta, los textiles decorativos de Betil Dagdelen y anticucho de col con chancaca, saikyo miso y quinoa furikake en Llama Inn Madrid
Espontaneidad callejera y toda la frescura peruana
Preámbulos para un surtido de anticuchos, obligatorios para emprender viaje entre cierta espontaneidad callejera y toda la frescura peruana. El de corazón de vaca, ají panca y rocoto carretillero, poderoso; el de caballa, tártara de papa y alcaparras, delicado. Cabe acompañarse a modo de aperitivo del cóctel Veintiuno, con Aperol, sake, un amontillado que no pesa y ratafía por aquello de contar con licores patrios.
Imágenes superiores: Detalle de planta baja, anticuchos y Valeria Naranjo acabando cócteles en la barra
Ojo a los amantes de este tipo de tragos…
Ya con el paladar acostumbrado, podría recomendarse el crudo de vieira, con yuzu kosho, pitahaya y nori, un platazo preciosista que equilibra lo carnoso y lo cítrico con una leche de tigre adictiva. Para el Yakimeshi de mejillones -la influencia japonesa no deja de sobrevolar-, con shiso, dashi, soja y huevo, Valeria prepara un cóctel llamado Susuwatari: un old fashioned con un whisky japo y un fat washed de palomitas con el miso como bíter. Ojo a los amantes de este tipo de tragos…
Imágenes superiores: La barra desde la entrada, escaleras y crudo de vieira
No hay ya apertura en España sin este pollo
Como principal, cierra con creces un jugoso coquelet -no hay ya apertura en España sin este pollo picantón en carta- bañado en ají amarillo y relleno de arroz con aceitunas. La próxima vez no se nos pasará la presa ibérica tonkatsu. Para seguir mezclando, el Huma Rojo, un negroni con gin de Kioto y hoja de higuera con recuerdos de coco.
Imágenes superiores: Cóctel Nikkei Martini no 3, ceviche de atún, coquelet y ceviche de pulpo
Suelen ser los postres latinos subidones dulces poco aventurados en contrastes. Sirva aquí la lúcuma en texturas, que bien tira a frutos secos o a galleta María. Habrá quien prefiera pasar directamente al café templado en Chemex o incluso seguir con la ronda de cócteles (muchos de ellos embotellados ya y enfriados en nevera).
Imagen superior: Postre de lúcuma en tres texturas
A elegir entre el Llama del Rey (homenaje a la diva musical de Manhattan), hit líquido que fuera compuesto por la gran coctelera Lynnette Marrero con pisco quebranta, ron añejo, vino tinto, chicha morada y piña. O alguna de las nuevas creaciones de la inquieta y sonriente Valeria, tal vez un brebaje elegante de agua concentrada de chicha con ron agrícola y sansho, ideal para despedir la visita. Hasta la siguiente, que no tardará.
Brunch de domingo: causa limeña, picante de camarones y tortilla vaga, lomo saltado, gallineta entera, tres leches de nutella…
Imagen superior: Platillos del brunch
Fotos: Llama Inn y Miguel Á. Palomo
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Llama Inn Madrid
Calle del Conde de Xiquena, 2, Madrid
Tel. 915561548
www.llamainnmadrid.com
Precio medio: 50-60 euros por persona
Cócteles: 12-13 euros
Carta de Llama Inn Madrid
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