Manual para ser place to be. El restaurante Her lo tiene todo para seguir siendo uno de los locales de moda de Madrid. Una cocina sin complicaciones, apetitosa y fresca. La aportación visual inconfundible de Plantea Studio. El rollo cosmopolita que se lleva. La sensación de comer dentro de una foto de Instagram.
Al menos, la del restaurante Her no es una foto indeseable. Al contrario, explica la estetización de la gastronomía en la que nos movemos ahora. Apuesta por sabores reconocibles, de influencia mediterránea con reflejos latinos. Y por un diseño al que también reconocemos, digamos que de inspiración nórdica aunque cálida.
Todo bonito y jugoso, aspiracional (puaj, pensarán algunos). Que pueda ser Londres, Buenos Aires, Ciudad de México o Copenhague. Lo de Plantea Studio: suelos de madera, paredes limpias de tacto rugoso, cromatismo suave, arbolitos naturales, techos altísimos, tuberías al aire y máximo aprovechamiento espacial con mesas que incluso ocupan la zona de barra de servicio para integrar la experiencia.
Imágenes superiores: Vista de una de las barras y colección de platos
Her no es muy grande pero lo disimula con unas enormes cristaleras: así pueden verte desde la calle… o tú puedes soñar con verte dentro. El ambiente, ya se sabe, atrae a mucho guiri lector de guías y a una juventud que puede y sabe moverse por el barrio de Salamanca. La zona se hace notar.
Imagen superior: Detalles desde las mesas y cartas de Her
Restaurante Her y su cocina viajera en la que no faltan pizzas
El restaurante Her aplica tres ideas fundamentales del nuevo sustrato gastro-cool internacional: artesano, fresco y orgánico. Moderno, al fin y al cabo. Aunque haya pizzas. La propuesta del chef Mauro Ciccarelli —quien aprendió con Sergi Arola— pasa por Italia y, de la mano de Alberto Ituarte, uno de los socios, por México. Cocina viajera, en definitiva, impulsada también por Marco Carboni (Alkimia, Gordon Ramsay…), otro socio, para diseñar una carta de platos sencillos pero vistosos, eficaces y sabrosos, con elaboraciones cuidadas a partir de ingredientes de pequeños productores.
Imagen superior: Rincón desde una de las barras de Her
Su comida luce y no debería pedir perdón por ello
Her sabe presentar su comida, no diría que desde el efectismo ni mucho menos desde la horterada. Su comida luce y no debería pedir perdón por ello. Para este otoño que ya es invierno el restaurante Her ofrece aperitivos como el hummus de remolacha, trigo sarraceno y dukkah de marcona, además de sus solicitadas almohadillas con paletilla de ibérico, parmigiano y balsámico, o sus recomendables tacos de lechón con salsa tatemada y guacamole ahumado, bien cargados y equilibrados en matices y texturas.
Imágenes superiores: Mesa, panes en el horno. / Ceviche de corvina, hummus de remolacha y salmón noruego
A lo fresco le prosigue el apartado de crudos
Este picoteo permite las medias raciones. Al igual que los pases de verdura, como las milhojas de berenjena con espuma de búfala y salsa de tomate (para mojar el pan esponjoso que hacen ellos mismos), o la coliflor quemada en pasta de chiles y crema de nuez de macadamia. Amén de alguna ensalada, prosigue lo fresco con el apartado de crudos en el que destaca el ceviche ligero de corvina o, casi más, el lucido carpaccio de pulpo, aguacate y vinagreta de soja y jengibre.
Imágenes superiores: Pizza de pesto de alcachofa, provolone y pancetta. / Milhojas de berenjena bufala, migas crujientes
Del Josper sale ls costilla de ternera para taquear
Queda lo más fuerte y contundente. Lo que sale del horno de leña a la vista, desde pizzas napolitanas a flat breads y otros panes de masa madre. Y del josper, como la costilla de ternera para taquear en hoja de lechuga, o la pesca zarandeada, con puré de piña y pico de gallo, ciertamente escasa para los hábitos mexicanos y los 25 euros de rigor. Las pastas también son frescas, y a buen seguro que los pappardelle de ragú a la antigua con jugo de ternera carbohidratan de rechupete.
Imagen superior: Tacos de lechón
Si en el restaurante Her hay que elegir alguno de los postres, que no bajan de 9 euros, entre el crumble de manzana. el tiramisú o el lemon pie, nos quedamos con el pedacito de tarta de zanahoria, fragante y deliciosa.
Imágenes superiores: Salmón noruego sobre emulsión de coliflor, ensaladita de hinojo, menta y albahaca. / Pappardelle de ragú a la antigua con jugo de ternera
La bebida se articulo en torno a vinos indies
La bebida termina de definir la idiosincrasia Her. Se articula en torno a vinos indies y de poca intervención que merecerían ser mejor explicados, y que por copa son 5 euros sí o sí. Sea el frizzante Matilda, el rosado provenzal Zutanita, el naranja madrileño Transición, el blanco ecológico And The Winner Is… o el tokaji loco Hoppa!. Por si la moda no quedara ahí, hay vermuts (el catalán Muz y el imprescindible italiano Antica Formula) y hasta cócteles (versiones de negroni, margarita, mule, spritz o carajillo) que por escrito tienen buena pinta.
Imágenes superiores: Tacos del lechón. / Cremoso de yogurt griego, merengue crujiente, fresa, miel cruda, aceite de oliva virgen extra
La fórmula Her cunde en Madrid y otras capitales del mundo. Lo difícil es hacer que parezca simple.
Ticket medio: 40-45 euros.
Carta (aproximada) aquí.
Restaurante Her
Hermosilla, 4, Madrid
Tel. 914 92 41 22
hermosillamadrid.es
