Los directores de BeAr Architects, Ane Arce e Iñigo Berasategui, han inaugurado su nuevo estudio en Bilbao en un antiguo almacén y zona de talleres, que han reformado tras llevar más de 35 años abandonados.
Uno de los desafíos a los que se enfrentan los arquitectos cuando proyectan su propio estudio, es que el espacio refleje su filosofía de trabajo. Por eso no es de extrañar, que las decisiones tomadas durante el proceso de diseño estén ligadas al convencimiento de que el resultado final revela el potencial creativo de la firma. Durante décadas, una de las constantes más populares ha sido la predilección de los arquitectos por los espacios versátiles y abiertos, como Rabe.
El nuevo estudio de BeAr Architects se encuentra en uno de los distritos más revitalizados de Bilbao en los últimos años. Estratégicamente situado “cerca del ayuntamiento, en el barrio de Uribarri, donde la ciudad de Bilbao empieza a trepar hacia los montes”, cuenta Berasategui. El espacio elegido por el equipo para afincar su práctica ocupa “un bajo y una entreplanta de una serie de bloques, que se proyectaron como viviendas para trabajadores de una gran fábrica ya desaparecida, Echevarría. Y en el bajo están los locales, que antes eran pequeños talleres de empresas que trabajaban para la fábrica”, detalla Berasategui.
Desde la calle, el color azul señala la puerta de entrada de Rabe. Para BeAr Architects: “La verja de la fachada es uno de los elementos más especiales del proyecto. La hemos diseñado y producido junto con el artista salmantino Adrián Castañeda y sirve de cierre al espacio exterior de la planta baja”. Una especie de pequeña antesala, que contrasta con la amplia profundidad de la zona de trabajo a la que da acceso, donde tienen cabida múltiples usos.
Una superficie de 17 metros de largo usada como zona de trabajo y escenario
Como si de una pasarela de desfiles de moda se tratara, una descomunal mesa preside la planta baja convirtiéndola en la sala principal de reuniones y trabajo colectivo. Su dimensión alcanza los “17 metros de largo. Articula el espacio y puede ser usada para trabajar, pero también como escenario para charlas. Está fabricada con metal zaponado y se apoya sobre peanas, muretes y escaleras de bloques de hormigón. El diseño invita a operar sobre ella e incluso a subir por encima y recorrerla”, explica Berasategui.
Al mismo tiempo, la frondosa vegetación de las nuevas jardineras interiores y la Kitchenette acomodada en el hueco de la escalera convierten la estancia en el lugar idóneo para el descanso y las actividades ligadas al ocio. Los arquitectos ya han organizado su primera exposición artística en este espacio, en la que han mostrado una selección de obras del escultor guipuzcoano Iñaki Garmendia.
BeAr Architects: Poner en valor mediante una cuidadosa aplicación del color
Las estrechas escaleras que conducen a la planta superior están construidas con bloques de hormigón. Al igual que las jardineras, las patas de la mesa y los soportes verticales que configuran las estanterías. A diferencia de la planta baja, donde predominan los tonos crudos y grisáceos propios de la estética industrial, la planta de arriba se caracteriza por los vivos colores. “Abajo, solo hemos introducido el naranja en los refuerzos metálicos del forjado de la entreplanta y un poco de verde en el frente de la escalera. Mientras que, en el primer piso, hemos incorporado una gama nueva de colores rojos-rosas-verdes-salmón, que dan un nuevo aire al espacio existente”.
Un intenso color rojizo inunda la moqueta del suelo añadida en la reforma, mientras que los tonos pastel se apropian de la estética de las mamparas y los aparadores restaurados en la sala de maquetas. Los arquitectos también han recuperado el empapelado efecto madera de la estancia anexa. “Su hallazgo fue una sorpresa porque era una sala oculta. Según hemos podido conocer, se usaba para reuniones clandestinas, guateques y otros actos no permitidos por la dictadura franquista”, revela Berasategui. 35 años después ha sido reconvertida por BeAr Architects para crear uno de los rincones más singulares de su estudio, que conciben como: “un espacio de exposición, debate y disfrute alrededor de la arquitectura”.
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Créditos Rabe
Arquitectura: BeAr (Ane Arce, Iñigo Berasategui)
Equipo: Julene Larrea, Arthur Debelle
Lugar: Travesía Tiboli, 17, Bilbao
Fecha de finalización: 2023
Cliente: BeAr
Mobiliario: Weird objects
Fotografía: Luis Díaz Díaz