Hemos asistido a la primera edición del festival Pure & Crafted en Berlín para conocer de primera mano este nuevo gran festival.
Las motos, motocicletas y toda la (sub)cultura que existe alrededor de ellas siempre ha estado de moda. A lo largo de las décadas la pasión por este medio de transporte ha roto barreras para abrirse paso ante otras formas de vida mucho más encorsetadas. Las motocicletas son sinónimo de libertad, optimismo, fueza y energía, y muchos amantes de este vehículo tienen una forma muy concreta de ver y vivir la vida. De un tiempo a esta parte, Alemania está viviendo un resurgir de la cultura que promueve la pasión por las motos antiguas de colección. Muchos amantes de las motos han comenzado a comprar motocicletas antiguas que restauran ellos mismos. En contraposición a esta era tecnológica en la que estamos inmersos, muchas personas buscan lo artesanal, lo manual, lo realizado con mimo y cuidado… Con esta idea en la cabeza, BMW Motorrad ha creado el primer festival de música que aúna lo mejor del rock y la pasión por las motos antiguas. Pero que no te confunda el hecho de que detrás de Pure & Crafted haya una gran firma como BMW porque no tiene nada que ver con el típico festival patrocinado por una marca. BMW cuenta con distintas áeras: BMW coches, especializado en los automóviles; MINI, dedicado a sus míticos coches; y BMW Motorrad, que es la división más macarra y fresca de la compañía, la que a través de este festival ha querido dar a conocer al gran público este nuevo resurgir de las motocicletas antiguas. Con toda esta pasión por recuperar la herencia del pasado, acompañado de un buen cartel musical, fuimos invitados a esta primera edición de Pure & Crafted en Berlín que se celebró el pasado fin de semana.
Para entender mejor la idea del festival, ya que es la primera vez en el mundo que las motocicletas antiguas y la música más de moda se fusionan en un único espacio, hablamos con Ralph Rodepeter y Tim Diehl-Thiele, que forman parte del equipo de BMW Motorrad: “La idea de libertad, pasión, frescura y emociones que provoca el conducir una motocicleta es la misma que provoca la música. Por eso hemos querido combinar estos dos elementos”. También nos explicaron que El Solitario, uno de los customizadores de motos más conocidos a nivel internacional, es español, y que en realidad esta tendencia por customizar y la pasión por lo vintage siempre ha estado de moda, sólo que ahora ha dado el salto de lo underground a lo mainstream.
El festival se celebró en la antigua estación de tren Postbanhof y Ostbahnof, entre los barrios de Kreuzberg y Friedrichshain, desde el cuál se puede ver, incluso, la mítica discoteca Berghain. De dos días de duración, el festival contaba con cuatro grandes espacios. El primero de ellos era una nave industrial en la que podías comprar chaquetas de cuero vintage y customizarlas con parches, dejar que te cortara el pelo un barbero profesional o comprar un traje vintage perteneciente a los motociclistas que hacían acrobacias. Un gran mercadillo enfocado únicamente a la estética de los apasionados de la moto. El segundo espacio era, quizá, el mejor, al aire libre había un circo donde se hacían espectáculos con motos, y diferentes stands en los que se podían ver motocicletas de hace más de 80 años. Un stand de BMW Motorrad, dedicado únicamente a los que llegan nuevos a este mundo moto te introducía, paso a paso, al mundo del motociclismo. Un espacio muy bien pensado para los dummies de la moto que no tenían mucha idea. Además, distintos expertos en la matería daban charlas y te explicaban cómo llegaron a ese mundo, trucos para las motos, etc. El resto de los espacios consistían en los escenarios, uno exterior y otro interior.
Mientras en una parte del festival todo el mundo podía disfrutar del mercadillo vintage o las motos antiguas, dignas de colección de museo, en otra área pudimos ver los directos de grupos como The Hives o Refused. El primer día de festival comenzó con Friska Viljor, Mighty Oaks o Allah-Las, que ofrecieron grandes directos. El sábado era el día más esperado por todos los asistentes. A lo largo de todo el festival cualquier persona podía entrar en el sorteo de una motocicleta antigua y, lo más gracioso es que el ganador fue uno de los barberos que tenían stand en el mercadillo, quien además confesó que no sabía conducir, pero que le hacía mucha ilusión. El último día, Kitty, Daisy & Lewis, los hermanos londinenses conocidos por su pasión por el rock más clásico, presentaron en directo las canciones de su disco The Third, con el que han contado por primera vez con un productor. La tarde continuó con los esperados y ya míticos Refused. La banda sueca de hardcore ofreció un gran directo en el que se mostraron emocionados por tocar en Berlín y ver que tenían tantos fans.
El último gran concierto de la noche estuvo a cargo de los icónicos The Hives. No necesitan presentación pero sí es importante apuntar el por qué de tan importante acontecimiento. Desde la publicación de Lex Hive en el 2012, la banda de Suecia no había tocado en Alemania, por lo que era un directo muy esperado por todos sus fans. Su concierto dejó a todos los asistentes con muy buen sabor de boca, ya que tocaron canciones míticas como Hate To Say I Told You So o Tick Tick Boom. En definitiva, fue un breve pero intenso festival. Si te interesa este mundillo echa un vistazo a revistas como la alemana CRAFTRAD, especializada en el motociclismo. ¡No podemos esperar para disfrutar de la próxima edición de Pure & Crafted!