¡Judi Dench, Steve Coogan y Stephen Frears! ¿Se puede pedir más? Sí y No. Por un lado el esfuerzo actoral del dúo protagonista supera las expectativas con creces, la química entre ellos es inmejorable, intensa, tierna… traspasa la pantalla y ayuda a creer en la veracidad de la tragedia que se nos está contando. El guión, basado en una historia real, está nominado al Oscar al mejor guión adaptado, y hay que reconocer que es como el engranaje de un reloj suizo. La reconstrucción de los hechos resulta matemática, fidedigna y fluida. Pero en cierto modo uno echa de menos un poco de riesgo, un poco de chicha y una narración menos lineal. El balance de la película sigue resultando más que positivo, pero no tiene el sello característico de Frears, aunque para algunos (servidor) esto pueda ser un elemento a tener en cuenta para bien.
No debemos dejar que el trauma profundo que sufrimos todos los telespectadores que, sin saber a lo que nos enfrentábamos, nos tragamos sin remisión la Tv Movie sobre el caso de los niños robados interpretada por Blanca Portillo y producida por Mediaset, nos deje llevarnos por los prejuicios a la hora de enfrentarnos a esta película de idéntica temática, ni que nos impida disfrutar de sus múltiples puntos a favor. Philomena es la cara A del mismo horror, pero tratado de manera admirable y elegante, con unas interpretaciones superlativas y sin caer en tópicos de vergüenza ajena. La interpretación de Judi Dench dignifica todo, y el tema a tratar cobra más fuerza y veracidad de la mano de Frears. Aunque sólo sea para olvidarnos de Sor María, merece la pena ver Philomena.
Philomena se estrena en cines el próximo 28 de febrero