Philip Vermeulen presenta en el Rijksmuseum Twenthe de Países Bajos su primera gran exposición “Chasing the Dot”.
Entrevistamos al artista holandés Philip Vermeulen con motivo de su primera gran exposición en Enschede, Países Bajos. Con un enfoque experimental, el artista invita al espectador a reflexionar sobre nuestra relación con la tecnología y las realidades intangibles que construimos.
Imagen superior: Chasing the Dot. Foto: Lotte Stekelenburg
10 Meters of Sound (colección permanente de Rijksmuseum Twnethe)
Primera individual de Philip Vermeulen en Países Bajos
El Rijksmuseum Twenthe de Enschede acoge hasta el 5 de enero de 2025 la primera gran exposición individual de Philip Vermeulen, “Chasing The Dot”. Conocido por su enfoque experimental y su habilidad para desafiar los límites de la percepción, el artista holandés nos sumerge en una experiencia única a través de sus hiperesculturas cinéticas. La muestra abarca seis instalaciones de gran escala, incluyendo tres obras nuevas y un video-ensayo, todas creadas específicamente para esta ocasión. Luz, sonido, movimiento y vibración son los protagonistas de estas piezas que exploran la etimología de las emociones como movimientos.
Philip Vermeulen propone así una inmersión total en el mundo sensorial, donde las emociones, imposibles de describir completamente, se convierten en experiencias tangibles que disuelven las barreras entre mente y materia. Sus obras, tan innovadoras como provocativas, emplean la experimentación como un motor creativo, transformando los espacios en verdaderas odiseas perceptivas.
Chasing the Dot. Foto: Lotte Stekelenburg
Charlamos con Philip Vermeulen
¿Cómo empezó tu interés por explorar los límites de la percepción humana a través del arte?
Philip Vermeulen: Desde niño me fascinaban los fenómenos físicos, pero sobre todo ese momento justo antes de dormir, cuando sentía caer en mi propio cuerpo. Exploraba el estado hipnagógico, ese espacio entre vigilia y sueño, y presionaba mis ojos para ver escenas abstractas, como una odisea espacial. Siempre experimentaba con la percepción. Además, como portero de hockey, observaba cómo los patrones de la cuadrícula del casco y la red de la portería creaban un universo de moiré. Todo era una exploración de ese espacio entre mirar y ver, de ir más allá de lo inmediato.
Philip Vermeulen. Foto: Lemmie van der Berg
La exposición de Philip Vermeulen incluye seis instalaciones de gran escala, que incluyen tres obras nuevas y un video-ensayo, todas creadas específicamente para la ocasión.
FanFanFan. Foto: Julia Schmitz
Tres nuevas obras y un video-ensayo fueron creados específicamente para esta exposición. ¿Podrías explicarnos el proceso creativo detrás de estas piezas y cómo encajan en la narrativa general de “Chasing The Dot”?
P. Vermeulen: El título “Chasing The Dot” evoca la expresión “perseguir al dragón,” una metáfora de la búsqueda de euforia y trascendencia, una experiencia que nos disuelve momentáneamente del “yo”. La obra explora esta inclinación humana hacia lo inalcanzable, reflejando cómo nuestros sentidos están en constante búsqueda, recordándonos que, a veces, el sentido está en el propio acto de perseguir. El videoensayo unifica estos elementos, mostrando la evolución de mi trabajo y creando un espacio de contemplación y reflexión. Entre las nuevas piezas, he creado mi primera escultura como un intento de materializar una alucinación: una forma que captura esas fugaces sensaciones de lucidez, similares a la experiencia de presionar los dedos contra los ojos y ver escenas abstractas. Es un esfuerzo por dar forma a lo indefinible, por concretar lo efímero y sumergir al espectador en ese espacio de percepción alterada.
FanFanFan (2021-ongoing), Chasing the Dot. Foto: Lotte Stekelenburg
Trabajo con diversas tecnologías y materiales, siempre buscando capturar ese punto óptimo donde los límites se desdibujan y el éxtasis y la vulnerabilidad coexisten.
Chasing the Dot. Foto: Lotte Stekelenburg
¿Dónde encuentras la inspiración?
P. Vermeulen: Encuentro inspiración tanto en lo inesperado como en lo cotidiano; a veces, simplemente al observar unas persianas, descubro algo nuevo. Mi proceso es una síntesis de materiales, tecnología y diversas influencias, desde la pintura y la música hasta la ciencia y la filosofía. Disfruto experimentando en el estudio, donde el proceso de prueba me lleva a descubrir ideas que no planeaba. También me inspiro al leer, visitar exposiciones y asistir a festivales con mi novia, Stef. Como dice John Cage en “Diez consejos para estudiantes de arte”, crear y analizar son procesos distintos; en ese constante ir y venir entre experimentación y reflexión, surgen hallazgos inesperados que me impulsan a seguir explorando. Es un proceso de crecimiento que siempre me sorprende.
Tu trabajo a menudo combina elementos lúdicos y provocativos. ¿Cómo equilibras estos aspectos para comunicar tu mensaje de manera efectiva?
P. Vermeulen: En el estudio, la casualidad y la experimentación revelan fenómenos inesperados, explorando los límites entre lo físico y lo perceptible. Mi proceso creativo pasa por etapas: jugar, escuchar, observar y, finalmente, dejar que la obra hable por sí misma. Una vez que el trabajo se cristaliza, sigo la “regla ArtScience”: dedicar tanto tiempo a dominar la obra como a construirla, afinándola como a un instrumento. Exploro detalles como la mínima luz necesaria para ver algo y los efectos de distintas intensidades, buscando ofrecer al espectador un equilibrio entre exploración y asombro, llevándolo a un punto donde no solo piense, sino también sienta profundamente.
Mi proceso es una síntesis de materiales, tecnología y diversas influencias, desde la pintura y la música hasta la ciencia y la filosofía.
Chasing the Dot. Foto: Julia Schmitz
“Chasing the Dot” es tu primera exposición individual a gran escala. ¿Qué desafíos supusieron estas instalaciones inmersivas?
P. Vermeulen: Es increíble que Josien Beltman, la curadora del Rijksmuseum Twenthe, confiara en mí para llevar adelante este proyecto tan ambicioso en la Galería de Honor. Me honra profundamente haber tenido la libertad de imaginar cómo las piezas cobrarían vida en un espacio tan prestigioso. Cada obra es nueva o transformada, adaptada en composición, sonido o configuración técnica para destacar en este entorno.
Chasing the Dot, Artist Essay Still0. Foto: Julia Schmitz
Contar con seis meses de preparación nos permitió concentrarnos en los detalles, aunque el proceso fue todo un desafío. Las galerías del museo no están diseñadas para instalaciones de esta escala, así que estudiamos cada rincón, asegurándonos de que las obras funcionaran. Algunas piezas, como “Pulse”, nos plantearon verdaderos rompecabezas: montar vigas de ocho metros y ajustar la iluminación fue todo un reto, pero el esfuerzo valió la pena. Las piezas se fueron convirtiendo en algo hiperdimensional, casi como si se introdujeran en tu mente y transformaran la percepción del espacio. A pesar de los obstáculos, el resultado final superó nuestras expectativas.
Boem Boem (2017). Foto: Touchy Studios, Julia_Schmitz
Gran parte de mi trabajo consiste en explorar los límites de los sentidos y la percepción, y quiero seguir investigando y profundizando en esta dirección.
Chasing the Dot. Foto: Lotte Stekelenburg
La interacción entre el público y la obra de arte es un componente clave en tus instalaciones. ¿Cómo imaginas esta interacción al diseñar una nueva pieza?
P. Vermeulen: Durante mucho tiempo soy mi propia audiencia, junto con cualquiera en el estudio o cerca a quien pueda pedir opinión. En ese proceso, me enfoco más en si la luz y los patrones en “Chasing the Dot” están funcionando óptimamente, sin pensar tanto en la audiencia final. Mi objetivo es que cada visitante tenga la mejor experiencia visual posible, aunque eso depende de cada pieza y de su ubicación. A veces es bueno dejar que las personas elijan libremente su posición. Yo tengo mis lugares favoritos para experimentar el trabajo, pero es esencial que el público tenga la libertad de explorar y descubrir sus propios puntos de vista y experiencias.
You Are Here (2024), Chasing The Dot Foto: Lotte Stekelenburg
Contar con seis meses de preparación nos permitió concentrarnos en los detalles, aunque el proceso fue todo un desafío. Las galerías del museo no están diseñadas para instalaciones de esta escala.
El concepto de “emociones como movimientos” es central en esta exposición. ¿Puedes explicar cómo traduces emociones abstractas en formas cinéticas tangibles en tus hiperesculturas?
P. Vermeulen: Es, más bien, al revés: el movimiento es lo que da lugar a la emoción. Al igual que debes brindar espacio para que las personas exploren, también es esencial permitir que cada una viva sus propias emociones y experiencias. Trabajo a partir del movimiento, que puede sugerir una emoción sin imponerle un significado específico. Para mí, es cuestión de lo que experimenta el espectador, más que de dictar una respuesta concreta. Busco provocar reacciones estimulando los sentidos y diseñando cuidadosamente el movimiento en la instalación. Por ejemplo, “Pulse” puede moverse lentamente, con telas ondulantes, luz tenue y sombras, creando una atmósfera inquietante. A medida que el ritmo crece, esa inquietud se vuelve majestuosa, como un velero alzando sus velas al viento.
You Are Here (2024), Chasing The Dot Foto: Lotte Stekelenburg
La exposición se describe como un experimento de velocidad y precisión. ¿Cómo crees que estos conceptos reflejan la experiencia humana en un mundo cada vez más acelerado y digitalizado?
P. Vermeulen: Tuve una conversación interesante con Roland Schimmel sobre las imágenes residuales, un tema que también conecta con “Chasing the Dot” y su efecto Ganzfeld. Sus entornos pintados requieren tiempo para entrar en un estado meditativo donde ocurre la “magia”. Hoy, eso es cada vez más difícil, ya que estamos rodeados de dispositivos que fragmentan nuestra atención. En “Chasing the Dot”, esta tensión se intensifica; la obra envuelve al espectador y descompone su percepción, generando alucinaciones visuales. Siempre me ha fascinado cómo la aceleración impulsada por la tecnología acorta nuestra concentración. En este contexto, prácticas como la meditación y la atención plena se vuelven más necesarias que nunca.
Chasing the Dot. Foto: Lotte Stekelenburg
En “Chasing the Dot”, esta tensión se intensifica; la obra envuelve al espectador y descompone su percepción, generando alucinaciones visuales.
Philip Vermeulen. Foto: Lemmie van der Berg
Al mirar hacia el futuro, ¿cómo ves la evolución de tu trabajo? ¿Hay temas o tecnologías específicas que te gustarían explorar más a fondo en tus proyectos futuros?
P. Vermeulen: Como mencioné anteriormente, mi interés en la percepción es profundo. Gran parte de mi trabajo consiste en explorar los límites de los sentidos y la percepción, y quiero seguir investigando y profundizando en esta dirección. Recientemente, me he enfocado en la investigación cinética y en el uso de la luz, pero ahora siento la necesidad de crear obras más físicas y dinámicas. Paralelamente, estamos desarrollando una investigación exhaustiva sobre las alucinaciones, explorando cómo capturar su naturaleza lúcida y efímera a través de expresiones materiales.
You Are Here (2024), Chasing The Dot Foto: Lotte Stekelenburg
“Chasing the Dot” podrá visitarse hasta el 5 de enero en el Rijksmuseum Twenthe de Enschede, Países Bajos. Más información aquí.