Recientemente tuve ocasión de asistir invitada a la presentación de los proyectos finales del Título Superior de Diseño de Producto y Diseño de Interiores del IED de Barcelona. En este curso el Institut Barcelona Esports (IBE) retó a los estudiantes a convertir la ciudad en una pista de entrenamiento bajo el siguiente enunciado: Barcelona: La ciudad como playground. Deporte y Bienestar. Os vengo a hablar del proyecto de Paula Chacártegui que fue el que más me llamó la atención.
Imagen superior: Joya 10 kcal/partner (negro). Colgante contenedor de perfume, aceites o lubricantes. Un diseño de Paula Chacártegui
Imagen superior: Joya 40 kcal/partner en uso. Colgante corto como aro estimulante. Un diseño de Paula Chacártegui
Bajo el pensamiento del diseño, se plantearon escenarios en los que el deporte, entendido como un factor de innovación, cohesión social y medio para mejorar el bienestar de las personas, toma el protagonismo.
Los estudiantes debían analizar las necesidades reales de los ciudadanos y ver de qué manera el deporte y el diseño se podía unir para mejorar el bienestar físico y psíquico de los barceloneses. Se proponía desarrollar productos, complementos, accesorios o espacios, contextos urbanos y/o servicios.
Hasta aquí el enunciado. Debo confesar que mi interés por escribir unas letras sobre el tema surge porque en ese momento, en paralelo, yo andaba enfrascada en La Vida Líquida de Zygmunt Bauman por otros motivos, y fui plenamente consciente de lo afilado que es todo esto del diseño y de la transparente carga ideológica que hay en cada proyecto que hacemos. Hago una cita textual de un párrafo del libro en el que se habla del fitness y de lo cómo articula una ciudad como objeto de consumo: “¿En qué lugar deja todo esto al cuerpo? El cuerpo se halla actualmente tan “socialmente regulado” como antes. Lo único que ha cambiado han sido las agencias y organismos que presidían su regulación (…)” “El fitness es para un consumidor de la sociedad de consumidores lo que la salud era para el productor de la sociedad de productores. Constituye un certificado de estancia, de pertenencia, de inclusión, de derecho de residencia”.
Imagen superior: brazalete masturbador. Un diseño de Paula Chacártegui
Habiendo leído esto era difícil ver la exposición de proyectos sin una perspectiva de trascendencia, de estar operando sobre algo importante, que casi nos definía como especie en este momento y contexto actual. Enhorabuena a todos los estudiantes, que, en sus análisis supieron entender lo elevado del asunto y entendieron la ciudad como algo lo suficientemente complejo como para que todos los discursos sean posibles. El deporte en la ciudad dio para hablar, ni más ni menos que, de patrimonio, discriminación por género en el espacio público, de la conciliación familiar, de las manifestaciones colectivas como oportunidades de intercambio, de arte urbano, de paisaje y de sexo.
Imagen superior: Contenedor para perfume, lubricante o aceite.
Aquí aparece el personaje que me quiero presentar hoy. Paula Chacártegui, Sagitario, 23 años. Su proeza en este contexto, fue la de presentar el sexo como una actividad equivalente al deporte, y, una colección de joyas como un elemento cosmopolita que exhibir en la ciudad. Si entendemos el deporte como una actividad física y mental sometida a unas reglas, que puede mejorar la condición física de quien lo practica, y ahora, cambiamos la palabra deporte por sexo, parece que todo queda dentro del mismo enunciado ¿no?
Imagen superior: Joya 50 kcal/partner. Pulsera de bolas de vidrio macizo
Una vez que la tesis cumple con todas las premisas, Paula presenta su proyecto como una colección de joyas basada en todo tipo de juguetes eróticos como los dildos y los anillos. Kama, una colección que coloca el sexo en la posición de actividad física vital para la salud y bienestar de las personas.
La serie se materializa en 5 piezas para 5 niveles de intensidad según su uso en pareja, y que se traduce en el gasto calórico que implica su ejercicio. Fabricada en vidrio soplado y siliconas quirúrgicas en un proceso totalmente artesanal, de la mano de artesanos locales. El proyecto reivindica la importancia del sexo en la vida del ser humano y apuesta por salir fuera del dormitorio e invadir de manera analógica la ciudad.
Imagen superior: Manuales para las joyas de la colección Kama
Todas las piezas de Kama son de vidrio y silicona, utilizando procesos artesanales reivindicando la figura de los artesanos locales y su condición de objetos joya queda en un plano más anónimo, dando todo el protagonismo al objeto en sí mismo.
Lo que Paula nos cuenta…
Proyectos que aún no has hecho:
Entre los proyectos que aún no he hecho, tengo en mente la realización de productos artesanales y proyectos de diseño de servicios de carácter social. El diseño debería plantearse como solución a un problema y mientras el mundo siga así, yo seguiré proponiendo posibles soluciones y mejoras en la medida que pueda.
Proyectos/Diseñadores/Arquitectos referencia:
Como diseñadores de referencia mencionaría a Oki Sato, Marije Volgelzang, Yohji Yamamoto y estudiantes ya graduados como Roxanne Brennen y Ryan Mario que desarrollan diseños con un trasfondo social y cultural, rompiendo patrones de conducta y resolviendo problemáticas a nivel mundial.
Por otro lado Frank Lloyd Wright y Zaha Hadid son mis referentes en la arquitectura. Él creía en el diseño de estructuras que armonizaban humanidad y medio ambiente, una filosofía de vida de “Arquitectura orgánica” mientras que ella se caracterizaba por la fragmentación, el proceso de diseño no lineal…el deconstructivismo. A ambos los considero muy inspiradores, desde perspectivas diferentes.
Fotografías de Paula Chacartegui