Lo recordaréis. Del 2002 al 2015, no hubo en Madrid un restaurante chino más popular. En el Paseo de Extremadura, Nieves Ye había cumplido el sueño de su padre al abrir un comedor de comida china pensado para chinos. Y se llenó de chinos, pero también de occidentales fieles a la cocina cantonesa más auténtica que acudían por los laqueados al carbón o por su fastuosa lubina de una pieza. Fueron también famosas sus comidas de empresa. Aquello era el Asador Don Lay. Hoy ha vuelto, pero en el barrio de Salamanca.
El cambio está cantado. Nieves Ye ha querido dar un impulso nuevo a su restaurante al trasladarlo a una zona más noble donde la caja pueda engordar más si cabe. Ahora se alía con Álex Pérez Alburquerque, del Grupo El Escondite. Así son las nuevas y exigentes leyes de la restauración madrileña. Eso sí, Nieves sigue al frente de Wanrun, fábrica artesanal de comida cantonesa situada en Carabanchel, negocio que va como un tiro. Menudo ojo tiene la empresaria.
Imágenes superiores: pato laqueado y sala principal
El nuevo Don Lay de Castelló pasa de aferrarse a una esencia tradicional a sofisticarse con un ambiente más cuidado en la decoración y en el envoltorio actual. Pérdida de encanto, sin duda, para que la calidad no decaiga. El tiempo juzgará. Hoy luce local imponente de 300 metros cuadrados firmado por el estudio Cousi Interiorismo. Se nota en el rollo que se respira. Y en el precio, peaje obligado.
Imágenes superiores: declaración de principios y sala principal
“It’s not arroz 3 delicias área”. Declaración de principios al canto. La carta de Don Lay de Castelló, más directa que la de su anterior vida, se sigue ordenando a partir de sus especialidades bandera: laqueados, de pato, cochinillo y de cerdo (con posibilidad de encargar un cochinillo entero crujiente para grupos). El pato se sigue preparando al estilo imperial, en dos servicios, con carnes y sopa. Por unos 85 euros para 2-4 personas.
Imágenes superiores: cocina abierta y surtido de dimsums
Los dimsums son de obligado cumplimiento en Don Lay, tanto en su barra de cócteles como en la mesa. Estas empanadillas cantonesas al vapor se reparten entre canelones de char siu (carne de cerdo marinada en salsa dulce y laqueada al carbón) y hojaldres de nabo y jamón en forma de cisne (homenaje al Hotel Cisne Blanco de Cantón), los xialongbao rellenos de carne y sopa y los baozi de costilla de cerdo ibérico. También rollitos fritos y hakao de bogavante.
Imágenes superiores: rollitos en la barra, berenjena en salsa y arroz con charsiu
Muy refrescante la ensalada de espinacas y tofu. Y muy recomendable todo lo que se pasa al wok, desde el lomo bajo de Cárnicas Lyo al estilo cantonés con tres salsas, las cazuelas de Sichuán de ternera picante o de lubina, los abalones con salsa Don Lay, o el pescado enterito según mercado. Además del cerdo agridulce, las berenjenas en salsa y las verduras salteadas.
Imágenes superiores: mesa completa, dúo de laqueados y bogavante azul crujiente al wok
Llama la atención positivamente la estudiada carta de vinos. Abre con jereces por copas, un detalle de pureza que conquista a cualquier #sherrylover. Después, más de 20 vinos por copas en total. Espacio privilegiado para blancos y champanes. Y luego, cócteles en formato de trago largo para acompañar en barra a los dimsums. Todo encaja en este comeback del Don Lay: un espacio lujoso, gente encantada de conocerse, una cocina abierta de donde salen patos laqueados sin parar y un servicio cada vez más coordinado. Don Lay en la calle de Castelló ha dejado de ser un sitio especial pero es un sitio al que merece la pena ir al menos un rato para dejarse ver y atiborrarse a dimsums con un fino en rama en la mano.
Imágenes superiores: lubina rebozada en salsa agridulce, servicio de pato laqueado y cócteles
Restaurante Don Lay
Calle de Castelló, 117, Madrid
Tel. 910 91 63 19
donlayrestaurante.es
