Maria Grazia Chiuri presenta una retrospectiva de la historia de Dior a través de una óptica con influencias de los años 50 para su colección femenina Otoño-Invierno 23-24.
Chiuri continúa explorando el papel y la esencia misma de la vestimenta, así como su relación con el cuerpo de la mujer, con la nueva colección de prêt-à-porter Dior Otoño-Invierno 23-24. Esta colección reimagina los pilares fundamentales del armario de la mujer de los años 50 mientras que celebra la historia de la maison y la elegancia parisina a la vez que rinde homenaje a mujeres inspiradoras.
Dior Otoño-Invierno 23-24. Fotos: Brigitte Niedermair/Dior.
Cuando un estilo es atemporal, se mantiene vigente incluso 70 años después
Ambas colecciones de prêt-à-porter que nos presenta Dior apuestan por la revisión de la década de los 50. Kim Jones tomó como musa a Yves Saint Laurent y su tiempo como regente de la maison. Chiuri, por su parte, ha decidido hacerlo a través de la inspiración de tres mujeres verdaderamente inspiradoras. Catherine Dior, Edith Piaf y Juliette Gréco, pilares y referentes en cuanto a espíritu de independencia, audacia y libertad.
La colección marca un escalón más en la línea reflexiva que Chiuri está plasmando en sus colecciones. Se trata de un estudio sobre la esencia misma de la ropa que llevan las mujeres Dior y de cómo esta misma interactúa con la silueta del cuerpo.
Dior Otoño-Invierno 23-24 va mucho más allá de solo revisitar el archivo de la maison. Para esta temporada, Maria Grazia Chiuri nos propone una reinterpretación contemporánea y cargada del allure de la maison que recontextualiza estas piezas esenciales de aquel entonces. Cada look de esta colección simboliza un encuentro entre tradición, pasado, innovación y modernidad al más puro estilo chic parisino.
El new parisian chic de Dior Otoño-Invierno 23-24
Para esta entrega de Dior, Chiuri propone una reinvención contemporánea del armario de los años 50. La colección se rige por un duro sentido de la austeridad que el panorama posguerra marcó durante esa década. El resultado de esto es una propuesta extremadamente comedida y colores sobrios ideales para lookazos de otoño e invierno. Los vestidos fueron un gran protagonista, presentados como piezas de líneas y cortes rectos con aires muy comedidos que rebosan de un aire atemporal y extremadamente chic.
Contrastando con un aire generalizado de sobriedad, estampados icónicos de la maison tienen su momento de protagonismo también en Dior Otoño-Invierno 23-24. El print de leopardo y la pata de gallo se encargan de adornar los abrigos y las faldas largas de la colección. A su vez, tejidos aplastados con estructura metálica dan una dimensión más moderna a las prendas.
El military chic, la inspiración militar y las prendas apropiadas del armario masculino sirven como contrapunto más severo. Abrigos de sastre largos, chaquetas acolchadas, conjuntos de camisa y corbata… incluso chaquetas de piloto se recodifican para esta colección y dan un aire tan casual como elevado.