Y cuando menos te lo esperas…
El indie, y su hijo predilecto, el britpop, fue un fraude. Además, ya no existe, es una mera pose para las fotos de portada de las revistas y webs mainstream. Ese es el gran hallazgo que algunos popes de la crítica musical patria hicieron hace unos meses, y no ahorraron palabras en artículos y libros para dejar clara su postura. Curiosamente, parece que el muerto goza de una salud de hierro. El disco de Blur o el de Charlatans están bien lejos de sonar a decadencia. Y el nuevo trabajo de Suede es sin duda otro clavo que salta de la tapa del ataúd. ‘Night Thoughts’ (Warner Music) ha dejado con el culo torcido a todos los que esperaban la escucha con el hacha levantada. Si ‘Bloodsports’ tenía cierto aire de ajuste de cuentas entre todos los integrantes de la banda después de una década de malos rollos, aunque Bernard Butler, escarmentando tras la cosa aquella llamada The Tears, se ha mantenido al margen.
Pero marujeo aparte, el disco toma muchas de las fortalezas de la banda. La chirriante pero pegadiza voz de Brett Anderson, que suena en forma y tan profunda como acostumbraba en “Outsiders”, el groove bailable que vuelve en “Like Kids” o el lirismo urbano que se recupera en “Learning to Be”. Pero ‘Night Thoughts’ hubiera sido lo que muchos esperaban si se hubiera quedado ahí. Pero la apuesta ha ido más allá. Empleando sin complejos los arreglos orquestales, que aunque ni mucho menos son nuevos, si añaden profundidad y madurez a un grupo que lo merecía. Como en el vibrante inicio del disco con “When You Are Young” o en forma de lluvia fina para “Pale Snow”, una canción tan Bowie. La ligereza de “What I’m Trying To Tell You”, sorprendente para un grupo con tantas pretensiones como Suede.
Anderson sabía a lo que se exponían. Un reto difícil que pasaba por “encontrar un equilibrio entre tu propio sonido y sonar como una autoparodia”. Es parte de ese conocimiento que ha cosechado en los últimos años en los que ya no vivía “cómo una estrella del rock”. Quizá esos gurús de los que hablábamos tienen razón, aunque el análisis sea un pelín distinto. Quizá no sea cuestión de fijarse en qué no funciona en la música alternativa británica a estas alturas. Si no pensar en qué sea ha convertido el pop y el rock en el siglo XXI para que grupos como Suede mantengan su status de referencia y de nexo entre lo viejo y lo nuevo. #absolutnights