Viajamos a El Aaiún junto a Nicolás Montenegro. Descubre la historia oculta tras los diseños de la primera colección del diseñador sevillano que se ha convertido en la nueva gran promesa de la moda española
A pesar de que acaba de debutar en la pasarela EGO con su primera colección de pret-a-porter, el joven diseñador sevillano Nicolás Montenegro ya cuenta con un brillante recorrido a sus espaldas… Comenzó su camino estudiando Historia del Arte pero pronto se dio cuenta de que lo suyo era la moda, por eso decidió coger su petate y marcharse al prestigioso Istituto Marangoni de Milán para perseguir su gran sueño. Después de “laurearse” fueron llegando las oportunidades… Grandes casas de la moda como Max Mara o Yolancris contaron con su savoir faire, pero fue en Dolce & Gabbana donde el creador encontró realmente su sitio, teniendo incluso a Domenico Dolce como mentor y protector. Gracias a su paso por la firma italiana, Nicolás Montenegro llegó a firmar vestidos para personalidades como Melania Trump, Beyoncé o Monica Belucci, pero en una búsqueda por desarrollar su propia identidad y por cumplir uno de los últimos deseos de su padre recientemente fallecido, decidió fundar su propia firma, Montenegro, de la que ya pudimos catar contenido durante la Semana de la Moda más importante de nuestro país.
Charlamos con el lantejolense mientras disfrutáis de una selección exclusiva de fotografías de la campaña de “L’Aaiún” con nada más y nada menos que Rossy de Palma, Cuentos Rosales y Minerva Portillo como protagonistas.
Viaje a “L’Aaiún”
Entrevista: Ángel Taranilla
Fotografía: Mario Chavarría
Diseños: @montenegro.official
Diseñador: @nicolas__montenegro
Agradecimientos: José Luis Coloma
Haz una pequeña presentación de Nicolás Montenegro para nuestros lectores. Nicolás Montenegro nace en Lantejuela, una pequeña localidad de Sevilla, de apenas 3000 habitantes. Aún así nunca se ha frenado ni le han frenado a conquistar mundo y hacer realidad sus proyectos.
¿De dónde viene tu pasión por la moda? Creo que, sin ser muy consciente, la moda siempre me ha interesado. Puede que el origen se lo deba a mi hermana Isa en sus noches de largo en Nochevieja, a jugar con las Barbie de mi hermana Ana y a lo presumida que es mi madre.
¿Fue siempre tu camino a seguir? En realidad, estoy Licenciado en Historia del Arte. Pero, cuando empecé a dedicarme a ello, me di cuenta de que no era lo mío. A mí, lo que realmente me gustaba era la moda.
¿Cuál fue el momento en el que decidiste cambiar de rumbo e irte a Milán a estudiar moda? En un viaje de Interrail. Llegué a Milán, donde un periodista me paró por la calle y me preguntó si yo era diseñador. Puede que fuera en aquel momento, cuando se me encendió la bombilla y sentí que mi punto de partida como diseñador iba a ser esa ciudad.
¿Dónde tiene Nicolás Montenegro su residencia habitual actualmente? Actualmente me muevo entre tres ubicaciones: Lantejuela, donde tengo el taller y estudio; Sevilla, donde imparto clases diariamente en la Universidad; y por último Madrid, donde suelo ir para reuniones, proyectos y demás trabajos a nivel nacional.
¿Tienes pensado quedarte en España para consolidar Montenegro aquí o estas pensando en volver a marcharte? De momento he vivido muchos años en el extranjero y la verdad es que, por ahora, prefiero seguir en España. De hecho, Montenegro se está vendiendo a nivel internacional y no veo impedimento en llegar hasta esos puntos.
Tras más de diez años de experiencia en el sector de la moda y la alta costura, ¿qué es lo que te hizo lanzarte a crear tu propia firma? Trabajar para firmas de reconocimiento internacional ha sido importante a lo largo de mi carrera, pero creo –de verdad– que era el momento de lanzarme a la piscina, o mejor dicho, a la pasarela. Los sueños están para cumplirlos y quiero que así sea.
¿Por qué ahora y no antes? Por mi padre. Él siempre quiso que mi sueño de lanzar mi propia línea de RTW se hiciese realidad. Falleció hace unos meses de Covid-19 y, estando en la UCI, me llamó y me hizo prometer que haría este proyecto por él. Así que L’Aaiún está totalmente dedicada a mi padre.
“Era el momento de lanzarme a la piscina, o mejor dicho, a la pasarela. Los sueños están para cumplirlos y quiero que así sea.” Nicolás Montenegro
¿Cómo fue tu experiencia en el Istituto Marangoni de Milán? Tanto a nivel personal como profesional, han sido –sin duda alguna– los mejores años de mi vida. Muchas de las amistades que hice allí siguen formando parte de mi círculo íntimo. Y, por supuesto, algún que otro profesor sigue dándome –de vez en cuando– algunos consejos.
¿Qué es lo mejor de estudiar en Milán como una de las capitales de la moda? Creo que tener la oportunidad de estudiar en una ciudad como Milán, donde han nacido grandes casas de moda solo es comparable a hacerlo en París, Londres o Nueva York. Quizá lo mejor haya sido el poder vivir la moda –de verdad– en primera persona.
Has trabajado para grandes firmas como Max Mara, Francesco Scognamiglio Couture o Yolancris entre otras… ¿Cuál fue tu papel en cada una de estas casas? Para Max Mara y Scognamiglio Couture, fueron proyectos universitarios, pero bastante duros y en los que aprendí muchísimo de los directores creativos de ambas firmas. Trabajar mano a mano con ellos te enriquece mucho. Con Yolancris entré para ayudar a Yolanda en su proyecto de Alta Costura en París. La verdad es que fue una buena experiencia. Aprendí mucho sobre cómo se llevaba una empresa de moda.
¿Cómo surgieron esas oportunidades? Pues las oportunidades, cómo bien dices surgen. Sin planificarlas están ahí. He sido un afortunado en ese sentido, nunca tuve que mandar un C.V. o hacer una llamada. Me llegaron directamente sin buscarlas.
Y una de las piezas más importantes de tu CV, ¿Cómo llegó la oportunidad de trabajar en Dolce & Gabbana? Llegó a través de un mail. Contactaron conmigo porque habían visto mi trabajo y querían hacerme una entrevista. Casi me desmayo al leerlo. Tras la entrevista, me propusieron empezar al día siguiente y me contrataron.
¿Cómo fue tu experiencia trabajando con Domenico Dolce y Stefano Gabbana? Siempre positiva. Le tengo un cariño especial a Domenico Dolce. Desde el primer minuto me ha tratado, enseñado y protegido. Ha sido un mentor excepcional en mi carrera. Con Stefano nos reíamos mucho, la verdad. Tenía la parte divertida del trabajo.
¿Cuál era el puesto de Nicolás Montenegro en la firma italiana? Yo estaba contratado como Artworker, donde desarrollaba principalmente los proyectos especiales. Pero sinceramente era ‘multitasking’, como nos hacíamos llamar en el equipo. En él hacía research, fitting, diseño, desfiles y campañas. He hecho muchas cosas dentro de esta casa de moda.
“Le tengo un cariño especial a Domenico Dolce. Desde el primer minuto me ha tratado, enseñado y protegido. Ha sido un mentor excepcional en mi carrera.”
Has firmado diseños bajo el nombre de Dolce & Gabanna para artistas como Beyoncé, Kylie Minogue, Melania Trump o Mónica Bellucci ¿Cuándo lo estabas diseñando sabías que eran para ellas? Respecto a los proyectos especiales, sí. Sabíamos quienes eran, qué querían y para qué lo necesitaban. Otra cosa era cuando llegaban las prendas de colección, ellas pedían las que les gustaban cuando veían el desfile.
¿Trataste con alguna de ellas para saber qué es lo que querían exactamente o cómo funciona el proceso de crear un diseño exclusivo para una ‘top’ como ellas? Cuéntanos algún cotilleo… Sí, he tratado con más de una de ellas. Y, sinceramente, son personas normales, como tú y como yo. Una anécdota muy curiosa que te puedo contar fue con Ana Wintour. Todos la idealizamos como en el “El diablo viste de Prada”. Pues llegó allí y fue súper simpática. De hecho, en la entrada del baño me tropecé con ella y, evidentemente, me aparté para cederle el paso. Pues pasó al contrario, me lo cedió ella a mí y entré antes que ella… Jajaja.
¿Fue una decisión difícil dejar un puesto tan prestigioso en Dolce & Gabbana para comenzar de cero con tu propia marca? Lo fue, pero más doloroso fue el volverme a España para estar más cerca de mi padre por tema de salud. Ese fue el motivo real de volver a España. Cosa de la que hoy día no me arrepiento.
Antes de L’Aaiún lanzaste “Abril”, tu primera colección de vestidos de novia, ¿Tiene que ver este anterior proyecto con esta colección de pret-a-porter? Todo tiene que ver conmigo. puedo llegar a ser muy versátil a la hora de diseñar, tal cual te diseño una colección bridal, como una colección RTW como L’Aaiún, eso bien lo aprendí en mis años de experiencia en otras firmas. Las cuales siempre tienen el apartado bridal, aunque no se le de un potencial en el sentido social-marketing.
¿Era la primera vez que diseñabas vestidos de este tipo? No, ya lo hice para Max Mara, Dolce Gabbana y Yolancris, todas las grandes casas de moda hacen sus pinitos en los diseños de novia. Como Versace vistiendo a Angelina Jolie o YSL con Zoe Kravitz…
¿Seguirá habiendo futuras entregas de colecciones de vestidos de novia de Nicolás Montenegro o fue algo puntual? Sí, seguiré haciendo anualmente mi colección bridal, ya que el mercado español es el mayor consumista de BBC (Bodas-Bautizos-Comuniones). Es un tema curioso, pero todas las grandes firmas tienen su sección de novias y creo que es un nicho de mercado bastante interesante y exigente.
Ahora háblanos de la nueva colección L’Aaiún que presentaste en la pasarela EGO de la Semana de la Moda de Madrid. ¿Por qué escogiste ese nombre para la colección? El nombre es un homenaje a mi padre. Para su creación me he basado en sus experiencias en la ciudad militar del sur de Marruecos (El Aaiún).
¿Qué conexión tienes con esa ciudad del Sahara Occidental? Mi padre realizó durante dos años el servicio militar en El Aaiún en la década de los 70. Siempre nos ha contado sus experiencias en el sur de Marruecos, incluso conservamos muchos de los objetos que traía. Como, por ejemplo, algún que otro tapiz.
¿Te encargas tú de confeccionar todo o cuentas con ayuda? Tengo un mini taller compuesto por varias personas, la patronista, la cortadora, la costurera y Minerva Portillo, mi mano derecha. Ella viaja una vez al mes hasta Lantejuela y me da el empujón y el ánimo que –a veces– necesito. Aunque no te lo creas, soy un poco tímido.
¿Hay alguna referencia a tu Lantejuela natal en L’Aaiún? Todo. La esencia es Lantejuela. Creamos allí, bocetamos allí, los representantes vienen hasta allí… todo lo que es posible hacer en Lantejuela, se hace en Lantejuela.
¿Cómo ha sido en general tu primera experiencia en la pasarela EGO de jóvenes talentos en Madrid Fashion Week? ¿Ha superado tus expectativas? ¿Hay algo que mejorarías? No tengo palabras para agradecer todo lo que han hecho por mí. Ha sido maravilloso, la verdad. Un buen equipo, que me han acogido y mimado muchísimo. ¿Mejorar? Todo es mejorable en esta vida, pero tal como están las cosas es de agradecer el resultado final. Creo que hay que valorar todo el esfuerzo que se hace para poder conseguir un poco de normalidad.
¿Qué opinas de las propuestas de los otros participantes de la pasarela EGO? Siempre digo que el sol sale cada mañana para todos. Mis compañeros son bastante buenos y profesionales. Lógicamente algunos encajan más con mi estilo que otros. Pero, para gustos los colores ¿no?
¿Qué opinión/visión tienes sobre la moda española habiendo trabajado fuera? La moda española en el extranjero está vista como moda muy teatral. Desde mi punto de vista, falta esa cultura ready to wear, el comprar prendas con diseño, con calidad… Es decir, comprar menos y mejor. España tiene una cultura muy fast fashion, en el que se valora más la cantidad que la calidad. Algo curioso teniendo en cuenta que las grandes firmas de lujo producen mucho en España.
“España tiene una cultura muy fast fashion, en el que se valora más la cantidad que la calidad. Algo curioso teniendo en cuenta que las grandes firmas de lujo producen mucho en España.”
Ahora nos presentas en exclusiva una serie de fotografías junto a grandes iconos como Rossy de Palma, Cuentos Rosales y Minerva Portillo como imagen de la campaña de tu colección L’Aaiún ¿Cómo ha surgido esta colaboración? ¿Qué conexión tienes con las protagonistas? Somos una familia, amigos desde hace muchos años. A Rossy la conocí por la calle en Milán y nos hicimos súper amigos. A Minerva la descubrí estudiando en el Istituto Marangoni. En la biblioteca de moda había una revista de los años 2000, en la que la portada del L’officiel París era ella. Me llamó la atención, investigué sobre ella, colgué la foto en Instagram y ahí empezaron los likes, los comentarios y la amistad. Cuentos Rosales es mi gran descubrimiento, la verdad. Ella es puro amor. Trabajamos juntos y hubo tal conexión que ahora somos como hermanos. Quería que la campaña de mi primera colección ready to wear fuera especial. Por eso he querido reunir a tres iconos de la moda de diferentes décadas en nuestro país.
Hablando del mundo de la moda en general, tanto como industria como gran espacio artístico de expresión, ¿qué es lo que más te gusta? La creatividad no deja de impresionarme. La moda como arte es bastante difícil de trabajar, pero los diseñadores, fotógrafos, etc. tienen una capacidad inmensa de reinventarse y eso es algo que me fascina.
¿Y lo que menos? La competitividad que existe entre diseñadores. Siempre pongo el mismo ejemplo. En el mundo de la música los artistas se fusionan para crear. Sin embargo, a excepción de la última joint venture entre Gucci y Balenciaga, en el mundo de la moda es muy difícil fusionar dos diseñadores o firmas. Ahí empieza el problema del ego de cada diseñador y eso debería cambiar.
¿Cómo ha sido el proceso de creación de las nuevas prendas de tu colección L’Aaiún? Ha sido muy rápido todo. En apenas mes y medio hemos realizado prendas, complementos, botas y demás accesorios. Estresante, pero un sueño. Siendo sincero sí que te tengo que admitir que ha habido momentos complicados a nivel personal. Después de fallecer mi padre, caí un poco en depresión y no tenía motivación alguna para seguir adelante con el proyecto. Minerva se cogió un avión hasta Sevilla, nos encerramos en el estudio y salió la colección en una noche. Me puse a diseñar como loco y ella a mi lado apoyándome en todo momento. Fue muy guay, después de todo.
¿Por qué es el pavo real el símbolo de tus creaciones? Representa mi infancia, el recuerdo de mi padre, el tapiz colgado en la casa de mi madrina… ¡Muchas cosas! Además, es un animal aristocrático. Y no hay cosa que más me guste que la aristocracia rebelde.
¿Solo diseñas prendas dirigidas a las mujeres por algún motivo en concreto? ¿Veremos en un futuro prendas de Montenegro para hombre? Nunca diré nunca. Nada más salir a la luz la colección recibí encargos masculinos con el estampado. Una camisa, una chaqueta… Y mira que dije que solo haría mujer. Ahora mismo estoy realizando encargos para hombre. Curioso, pero real.
¿Qué crees que tiene Nicolás Montenegro que aportar a la moda española? Devolver a la mujer el empoderamiento y ese glamour de los años 90 y que tanto ha olvidado la moda española. No por vestir minifalda es un objeto sexual. Ahora es el momento de que ellas elijan lo que quieren y que controlen su vida. Es hora de dejar que sean ellas las que elijan lo que quieren vestir y que controlen su vida… Y sí, sin necesidad de un hombre a su lado si así lo consideran. Mi equipo está formado por mujeres. La Dj del desfile era una mujer, me gusta la mujer fotógrafa, la mujer maquilladora… Aquellos trabajos que la moda ha delegado a los hombres los delego yo en las mujeres. Sin ellas no hay nada.
Si pudieras volver a nacer y escoger una década para volver a ser diseñador ¿cuál sería y por qué? Los años 90. El auge del prêt à porter como lo conocemos hoy en día, la década de Tom Ford para Gucci, el Karl Lagerfeld para Chanel,.. ¡Todo era locura y diversión!
“Aquellos trabajos que la moda ha delegado a los hombres los delego yo en las mujeres. Sin ellas no hay nada.”
¿Qué va a ser lo próximo de Nicolás Montenegro? ¿Puedes hablarnos de tus proyectos más a corto plazo? ¿Hay algo escrito ya sobre tu próxima colección? Algo hay. Ya tenemos el título de la próxima colección: ADRENALINA. Se llamará así porque estoy viviendo en un sinfín de emociones que solo me llevan a ese concepto. En cuanto a L’Aaiún, me gustaría hacer performance. Quiero algo que conecte aún mas el arte con la moda. Y es que, como te decía al inicio de la entrevista, soy Licenciado en Historia del Arte. Y un buen friki de los museos.