La obra de Nicolás (Lima, 1980) es un museo siniestro de historia natural, un retrato del Antropoceno, de tí vaya, de lo que estás haciendo y del abismo ambivalente que esto significa. Es una enciclopedia de los vestigios de nuestro paso por la historia, lleno de nuestros putos restos, huesos, cables, vasijas, cascos de moto super tecno, en fin, de pelo, de estanterías de Ikea, lleno de nuestros objetos de consumo y de nuestras costumbres. Una mirada entre el arte y la ciencia de los estratos geológicos que hemos dejado y los que vamos a dejar, tanto huellas de pasos mal tomados, como las marcas bellas de los grandes avances. Nicolás y yo tenemos amiga/os en común pero vive en Bélgica así que nos conocemos hace poco en la exposición en la que participa comisariada João Laia para la Casa Encendida, Ahogarse en un mar de datos. Hablamos allí, nos sabe a poco y de ahí surge está entrevista:
El conjunto de tu trabajo tiene un carácter enciclopédico. Igual que encontré en la Exposición Internacional de la 55 Bienal de Venecia en 2013, Il Palazzo Enciclopedico (The Encyclopedic Palace), comisariada por Massimiliano Gioni, creo que en tu obra opera ese singular enfoque de la historia ¿es así? ¿Cuál es tu propósito al construir la identidad que tu obra está alcanzando?:
Nicolás Lamas: Cuando pienso en mi obra, no la veo como una construcción progresiva y ordenada de proyectos, sino como una red abierta donde se retoman, contaminan y circulan ideas bajo diferentes aproximaciones, mientras se redefinen a lo largo del tiempo. Para mi todo va rotando, fluctuando y moviéndose a través de distintos niveles de negociación donde tanto el error como el acierto son importantes dentro del proceso. Muchas veces vuelvo a ideas inconclusas de proyectos anteriores, reutilizo estrategias, materiales o incluso reciclo piezas incorporando otros agentes que permitan establecer otro tipo de aproximación a ciertos intereses. Mis proyectos se convierten así en archivos de una serie de ejercicios especulativos y herramientas conceptuales que me sirven para revisar y reconsiderar la dirección de lo que voy investigando. Me parece que la organización enciclopédica que mencionas tiene un carácter mucho más lineal y ortodoxo, pero entiendo que encuentres cierta analogía con mi trabajo porque he ido explorando varias disciplinas y áreas del conocimiento, tomándolas como referencia para ciertas piezas o proyectos. Me interesan los sistemas de clasificación y ordenamiento utilizados como métodos de investigación en ciertas áreas de estudio, pero creo que mi trabajo se acerca más a la figura de una contra-enciclopedia (si es que existe ese término), entendiéndola como una circulación fragmentada de ideas y materiales; un entrecruzamiento de saberes que establecen vínculos entre el mundo natural y cultural bajo procedimientos, metodologías y parámetros más ambiguos. Más allá de eso, creo que lo más importante dentro de todo mi proceso de trabajo, es activar un sistema de pensamiento a través de las piezas que produzco. Veo mi obra en general como diálogos continuos, como intercambios de energía e información en constante flujo, que operan bajo múltiples capas de referencia tanto a nivel epistemológico como ontológico, planteando una serie de problemas que van más allá del lenguaje. Piezas que derivan de acciones guiadas por la intuición, el razonamiento o el azar, relacionándose entre sí dentro de un espacio común; como fichas de un juego del cual no se saben las reglas pero se intuye cierta lógica dentro de su propias dinámicas.
Una de las estrategias artísticas que utilizas con frecuencia en el discurso de tu obra es la que se corresponde con la ecuación A+B=F (de ficción): La suma de dos elementos no pertenecientes a una misma categoría que asociados producen un relato nuevo. En tu trabajo hay un lenguaje cerca de la docu-ficción, asociaciones de objetos rigurosas con la historia al mismo tiempo que fantasiosas; prótesis dentales + minerales, operaciones oculares laser + arte tradicional africano, corales + placas solares, chasis + caparazones de tortuga, impresoras + esculturas griegas + conchas marinas e imágenes de cosmos. Los objetos son elementos dinámicos y tú los agrupas y tejes asociaciones simbióticas que contienen una nueva energía. Háblame de porqué utilizas éste método en tu trabajo y que crees que lo hace eficaz:
Nicolás Lamas: Me interesan los procesos de contaminación donde ciertos objetos, imágenes, sonidos, olores o cualquier otro estímulo, establecen vínculos con agentes externos afectándose mutuamente. Muchas veces genero confrontaciones o diálogos entre objetos heterogéneos que encuentran cierto balance a través del choque de fuerzas opuestas, activando relaciones simbióticas y de mutua dependencia como dices. Me parece fascinante el modo en que las cosas circulan por el mundo bajo diferentes parámetros, guiados por una serie de causalidades que desencadenan en encuentros efímeros y accidentales entre elementos con procedencias completamente aisladas. Dentro de esas dinámicas aleatorias, a veces algo interesante se activa en el modo en el que dialogan ciertos objetos, generando cuerpos híbridos o ensamblajes que redefinen su propia naturaleza y nuestra manera de percibirlos. La ecuación que ves en algunas de mis piezas creo que nace de la observación de esas relaciones desconcertantes entre objetos con los que me encuentro a veces por la calle u otros espacios públicos. Eso definitivamente ha influido directamente en la manera como trabajo y entiendo los vínculos que se generan entre las cosas. Sin embargo, yo no busco crear un relato, significado o que giren en torno a un concepto puntual. A pesar que algunas de mis piezas contengan relaciones más accesibles (en el sentido que sea mas fácil establecer un juicio de valor) y otras sean más herméticas o ambiguas, para mi las cosas operan en muchos otros niveles que hace que estas piezas no se conviertan en signos cerrados. Me interesa explorar la naturaleza de las cosas más allá del signo o el lenguaje. Lecturas ambiguas que estén por encima de una subjetividad racional que la observe y la califique al convertirla en lenguaje. Para mi es una manera de pensar a través de los objetos o de generar apuntes materiales en el que se catalizan una serie de ideas que no pueden ser del todo definidas. Cada pieza es un cuerpo contingente, es solo una posibilidad dentro de muchas otras variantes. Me interesa la potencialidad de las cosas, ese estado latente donde un objeto puede ser otra cosa y perder su esencia, su categoría, su significado o su valor a partir de un gesto o una acción aparentemente banal. Los objetos arrastran una historia de origen, desplazamiento e interacción con otros agentes materiales a lo largo de su existencia. No son solo lo que reconocemos y nombramos si no que también son entidades materiales, agentes con propiedades físicas como forma, peso, consistencia, temperatura, composición química, escala, resistencia, temporalidad, etc. Todo eso proporciona múltiples datos que entran en diálogo con su entorno y con otros objetos en frecuencias que muchas veces somos incapaces de percibir.
Te gusta la arqueología particularmente, dentro de esta disciplina, ¿qué es lo que más te seduce?:
Nicolás Lamas: Uno de los aspectos que me interesa de la arqueología es que sea una disciplina que se ocupa principalmente de los objetos afectados por el tiempo y como estos son susceptibles a lecturas con mucho margen de error y especulación cuando no se obtienen suficientes datos. Me parece fascinante la posibilidad de darle forma al pasado, al vacío, a aquello que falta y que puede ser completado a través de los vestigios y fragmentos que se resisten a su inminente desaparición. Me interesa la posibilidad de obtener información a través de diferentes tipos de procedimientos técnicos que nos ayudan a reescribir constantemente el pasado y tomar eso como base para imaginar posibles futuros. Otro aspecto que me interesa de la arqueología, es esa aproximación obsesiva por revelar, clasificar y organizar todo aquello que ha perdido estructura y simetría a través de procesos de desgaste, fragmentación y dispersión. Flujos materiales que tienden a estados caóticos a lo largo del tiempo. Ese enfrentamiento de fuerzas opuestas: una reguladora/contenedora y otra que se desborda, disgrega, fragmenta y expande es algo que definitivamente me interesa muchísimo e intento utilizar en cierta medida dentro de mis proyectos bajo diferentes tipos de estrategias. Suelo utilizar estructuras, estanterías, retículas, contenedores o elementos que construyan áreas de regulación, donde diferentes elementos y procesos entrópicos coexisten. Me interesa todo aquello que rompe con el equilibro dentro de un sistema, proponiendo lecturas alternas y que están más allá de una posición antropocéntrica. Todo aquello que replantea y reconfigura ciertas estructuras cognitivas que damos por sentadas dentro nuestra constante obsesión por encontrar certezas sobre todo aquello que desconocemos.
¿Cuál es el origen de tu amor por la ciencia y esa visión oscura y alambicada de los acontecimiento y la historia natural?:
Nicolás Lamas: Mi padre es entomólogo. Para ser más preciso, es lepidopterólogo (especialista en mariposas) y mi madre química forense y trabajaba en el departamento de criminalística de la policía. Mi padre fue en su momento el director de Museo de Historia Natural en Lima y durante mi infancia he tenido acceso espacios del museo cerrados al público y en horarios donde ya no había visitantes. Tengo muchos recuerdos paseando solo de noche por el museo viendo esqueletos y animales disecados. También solía visitar los laboratorios de entomología y paleontología. Me quedaba maravillado con los sistemas de clasificación de insectos, animales en frascos con formol, fragmentos de huesos y fósiles, cada uno con diferentes procedimientos de conservación. Tenía una buena relación con el taxidermista del museo así que me mostraba los depósitos donde guardan animales disecados que no formaban parte de las salas de exhibición. Era increíble visitar toda esa fauna entremezclada de animales en muy malas condiciones de conservación, acumulando polvo, mal envueltos en plástico, unos encimas de otros como objetos sin ningún tipo de valor. No había organización alguna en ese lugar, solo montículos de animales, pelos, huesos, plumas y paja de relleno saliendo del interior de cuerpos mutilados, algunos esperando su restauración y otros ser tirados a la basura junto a equipos electrónicos obsoletos. En ese backstage del museo, se podía ver la cara más siniestra de la ciencia, el coleccionismo y el conocimiento. Una ecología oscura que distaba mucho de la percepción romántica y edulcorada que un niño podría tener de la naturaleza. Es curioso porque cuando digo esto se me viene a la mente, las imágenes que circulaban en diarios y televisión en Perú en la década de los 80. Imágenes de cuerpos mutilados (esta vez de personas) en un país que se desangraba por atentados terroristas con coches bomba casi a diario. Las noches las pasábamos con velas porque las bombas derribaban las torres de alta tensión para que la ciudad se quedaba a oscuras. En esos momentos tan difíciles y violentos durante mi infancia, alternaba esas impresiones con una casa llena de libros de mi padre. Libros de biología, evolución, antropología, exploraciones, etc. todos en inglés así que no podía leerlos cuando era niño y lo que hacía era concentrarme en las imágenes y articularlas a mi manera. Esas asociaciones libres entre imágenes extrañas y fascinantes creo que fue algo que influyó muchísimo la manera como veo y me aproximo a las cosas hasta ahora. Creo que es a raíz de tu pregunta que recién puedo ser consiente de ello.
¿Has tenido alguna experiencia que te haya marcado/desmontado/roto/elevado y catalizara la forma en que entiendes la práctica artística?:
Nicolás Lamas: Bueno a parte de lo que te acabo de mencionar, que fue en una edad temprana, lo que me ha marcado en mi etapa adulta fue la muerte de mi madre hace unos años atrás. Creo que muchas cosas cambiaron a partir de ese momento. Todo tomó un carácter más precario, efímero y relativo. De alguna forma también siento que mi trabajo incorporo aspectos relacionados con la muerte, condiciones liminales o estados transitorios que operan sobre todas las cosas. A partir de ese incidente es que puedo identificar que mi trabajo empezó a incluir de un modo mas evidente materiales orgánicos y procesos de degradación o descomposición durante las exposiciones, todo dentro de ambientes donde lo aséptico y elementos contaminantes entraban en juego y conflicto dentro de ecosistemas que a pesar de estar muy bien iluminados se concentraba una densidad oscura en el ambiente. Me di cuenta que normalmente asociamos el movimiento, los procesos dinámicos y el calor a los organismos vivos y lo estático o inmóvil a lo inerte, todo aquello que ha perdido su capacidad de generar energía y adquiere la temperatura del ambiente, hasta que se fusiona eventualmente con él. A pesar de esto, los objetos inanimados adquieren una movilización a través de fuerzas externas. Tienen una “vitalidad” distinta. Los cuerpos inertes o la descomposición de las materias orgánicas también adquieren una serie de cambios y dinámicas a pesar de su aparente inactividad. La energía siempre se conduce y se libera mientras los cuerpos y las cosas cambian de forma y estado físico. Al final todo cambia y se mueve, todo está en transición hacia otro estado o nivel. En ese sentido, condiciones como lo vivo y lo inerte, lo único y lo masivo, lo orgánico y lo sintético, lo material y lo virtual, lo blando y lo duro, lo cálido y lo frio o lo humano y lo no humano, fue tomando mayor relevancia dentro de mi trabajo y formando parte de procesos y sistemas materiales más complejos. Animales, personas, plantas, insectos, bacterias, información digital y mercancías de todo tipo, están circulando constantemente por el mundo, atravesando fronteras y afectando todos los niveles de existencia en diferentes grados mientras dejan distintos tipos de rastros a su paso. A pesar de no ser capaces de percibir ciertos cambios y movimientos, todo está contenido en un gran flujo de energía en constante trasformación dentro de una gran sistema holístico donde todo parece estar interconectado en cierta medida. Todos los objetos tienen una historia de surgimiento, movilización, agrupación y grados de incidencia frente a otros seres a lo largo de su existencia. Esos patrones tienen temporalidades muy variadas, algunas muy largas, pero si lo pensamos en un sentido amplio, ciertos patrones y trayectorias podrían recordarnos las dinámicas que gobiernan la existencia de ciertos organismos vivos.
¿Qué estímulos literarios y de otra índole usas para la investigación de tu obra?:
Nicolás Lamas: Hace mucho que no leo literatura, pero cuando lo hacía disfrutaba mucho leyendo a Julio Cortázar. Definitivamente Rayuela y sobretodo sus cuentos me gustaban mucho. Me interesa mucho esa manera de articular mundos y situaciones donde lo real y lo ficticio se contaminan y coexisten casi sin diferenciarse. Es algo que me influyó mucho y me sigue pareciendo fascinante. Rayuela también fue clave para mi durante la adolescencia. El hecho que el autor proponga a sus lectores la posibilidad de leer una novela no solo en el orden convencional si no también animándolos a encontrar otra secuencia entre capítulos para obtener una historia alterna, es algo que marcó profundamente mi manera de ver las cosas hasta hoy. Esto coincidentemente me recuerda a un libro que también ha influido mucho en mi trabajo en un periodo mas reciente: Mil años de historia no lineal de Manuel De Landa. Tengo muchos libros de referencia, pero de los estoy leyendo actualmente, dejándolos y retomándolos de manera intercalada y sin prisa desde hace un tiempo, son Entangled de Ian Hodder, Maps of time de David Christian, Real spaces de David Summers, Assemblage thought and archaeology de Ben Jervis y Posthuman Ecology, que es una recopilación de textos súper interesantes editados por Rosi Braidotti y Simone Bignall. Mas allá de lecturas fragmentadas, las caminatas por la calle donde voy haciendo apuntes y tomando fotos, los mercadillos o internet son esencialmente importantes dentro de mi investigación.
Sacaste un libro hará un año ‘The Attraction of the Mountains’. Háblame de esta publicación. ¿qué te impulsó a hacerlo?:
Nicolás Lamas: Después de 5 años viviendo y trabajando en Bélgica me di cuenta que tenía material suficiente como para editar una publicación que reflejara ese periodo de investigación. En cierto sentido fue una buena excusa para poder darle una mirada general a lo que he venido haciendo y establecer conexiones entre mis proyectos con más detenimiento. Desde un principio tuve en claro que no quería hacer un libro donde separara mis trabajos en orden cronológico o por exposiciones. Eso no reflejaba la manera como yo entiendo mi trabajo en términos generales así que decidí partir de la idea del libro como espacio físico donde iría agrupando, seleccionando y estableciendo nuevas coordenadas entre imágenes de piezas, independientemente de que hayan sido parte de proyectos o años distintos. Invité a Alex Alonso a que me ayude a darle forma al proyecto y trabajamos muy bien juntos la verdad. Al final me escribió un texto que sintetizó brillantemente el espíritu de la publicación y articuló acertadamente algunas de las líneas que traza mi obra en general. Me quedé bastante contento con ese texto y la publicación al final. La publicación dio como resultado un sistema de relaciones entre una selección de imágenes de mis trabajos, referencias visuales encontradas en internet, libros, fotos tomadas con el móvil y fragmentos de textos que había leído durante esos años y me parecía relevante incluir en ciertas páginas. La idea principal era plantear una lectura integral de mi obra, desjerarquizando mi trabajo y ponerlo al mismo nivel que las referencias visuales y textos. Toda la información de créditos y fichas técnicas estaban en un anexo al final del libro, de modo que el flujo de imágenes no se viera interrumpido por información adicional y animando al lector a crear asociaciones libres entre ellas, sin distinguir muchas veces que era obra y que no. Fue un ejercicio verdaderamente interesante que me permitió mezclar, complejizar y expandir el alcance de trabajo. Una muy buena experiencia que me encantaría repetir más adelante.
Por la forma en que están conformadas, tus instalaciones transmiten un aire lúdico, mucho mas sutil pero no menos interesante que otros aspectos mas canónicos. Hace unos meses estuvimos hablándolo durante tu exposición en La Casa Encendida en Madrid. ¿Te acuerdas?. Creo que más allá de tu precisión formal, y toda vez toda vez el sustrato conceptual de la pieza que vas a montar está ya sólidamente armado, hay una espontaneidad en el proceso de instalar que enriquece el trabajo, con lo que se mezclan cuatro ingredientes: el control y la síntesis con un subtexto con humor negro y hedonismo. Cuéntame cual es tu proceso de trabajo. ¿Como es tu estudio?:
Nicolás Lamas: Creo que mi metodología de trabajo se volvió muy versátil cuando vine a Bélgica. Por necesidad, aprendí a trabajar con lo que tuviera a mano y adaptando mis ideas a las opciones que disponía. Mis proyectos van tomando forma como respuesta a la posibilidades que demanda cada contexto. He trabajado sin estudio por años así que fui poniendo más atención al espacio de exhibición, tomándolo como estudio temporal durante los días o semanas de montaje según el caso. Algo que empezó como carencia se transformó en una metodología de trabajo donde aprendí cosas que seguramente no hubiera hecho dentro de un estudio. Uno empieza a controlar los tiempos, los presupuestos, las decisiones, las características del proyecto y el manejo del espacio a otro ritmo, bajo otros parámetros y con otro tipo de presión. No hago dibujos, ni bocetos, ni maquetas. El espacio se convierte siempre en el punto de partida para cada proyecto. Es a partir de las características y potencialidad del espacio recién puedo pensar en el tipo de proyecto que podría desarrollar. Cada proyecto esta predefinido durante los días de montaje, pero también bastante abierto a posibles variaciones en caso de que las cosas no funcionen como estaban previstas. Sin embargo no hay improvisación. Hay una fluidez controlada durante todo el proceso. Muchos materiales y objetos circulan por el espacio durante el montaje. Todo termina ajustándose a una gramática dentro del espacio y solo algunas piezas van tomando posición dentro de un sistema en surgimiento. Claro que en muchos casos hay piezas que ya están producidas previamente y en cierta medida funcionan como ejes donde otras obras orbitan luego de ser producidas directamente en el espacio. Cada caso es distinto y uno se enfrenta a problemas nuevos, pero creo que eso lo hace mucho más interesante que saber exactamente que es lo que presentará y como estará situado todo en el espacio. Eso es algo que no me estimula mucho la verdad, nunca cierro del todo un proyecto antes de instalarlo. Ahora tengo un estudio pequeño pero lo utilizo más que nada como un deposito de objetos que voy encontrando o comprando ya sea en mercadillos o por internet. A diferencia de las instalaciones o proyectos que realizo, donde los objetos tienden a estar muy bien organizados en el espacio, ese estudio es un verdadero caos de objetos y materiales diversos que literalmente han tomado el lugar como un virus y es casi imposible caminar. Se me hace muy difícil controlar eso así que no pongo mucha resistencia la verdad. Estructuras metálicas, fotocopiadoras obsoletas, amasijo de cables, huesos animales y humanos, minerales, fósiles, módulos de IKEA, troncos, pantallas de ordenadores, animales disecados, autopartes, reproducciones de esculturas clásicas en yeso, herramientas inservibles y demás materiales orgánicos y sintéticos que son potencialmente útiles para futuros proyectos. Todo eso convive en un ecosistema oscuro más cercano a un escenario postapocalíptico que a un estudio donde puedas invitar a alguien a tomarte un café y hablar de tus procesos de trabajo. Creo que sería un reto interesante cambiar por completo mi metodología de trabajo y moverme en un terreno en el que ya no estoy acostumbrado. Un estudio limpio, ordenado y procesos de producción más tradicionales. Me parece interesante cambiar un método que me ha resultado cómodo hasta ahora para enfrentarme un modelo que traiga otro tipo de problemas y ver como puede afectar y redefinir los proyectos por venir. Es algo que creo que debería considerar seriamente.
Próximos proyectos ¿En que éstas trabajando?:
Nicolás Lamas: Decidí bajar la carga de trabajo este año. Los últimos tres han sido bastante agotadores y no me ha dado el tiempo que hubiera querido para evaluar y reconsiderar ciertas cosas. Así que después de mi última exposición en Meessen De Clercq me tomé unas semanas libres. Pero ya tengo que volver a ponerme con varias cosas pendientes. De momento viene la feria en Bruselas y la participación en una exposición colectiva en el CCCC de Valencia. Participaré con una instalación dentro de una colectiva comisariada por Diana Guijarro. Luego una muestra individual en La Borie, espacio de exposición bastante interesante dentro de un castillo en Limoges (Francia). De momento tengo algunas ideas en mente para ese espacio pero es muy pronto como para dar detalles porque quizás no sea la dirección que tome el proyecto al final. Así que ya veremos como fluye y se acomoda todo más adelante.
Imagenes Copyright y Cortesía del artista. © Nicolás Lamas.