DE UN PALACETE NEOCLÁSICO A UN HOTEL DE 5 ESTRELLAS
En 1808, por obra de Jorge Durán y diseño de Juan de Villanueva, se construye un palacete donde vivirán los Condes de Montijo y Tepa. A su vez, éste ocupa el solar de la antigua Fonda de San Sebastian, donde tenían lugar en el siglo XVIII las tertulias literarias entre Cadalso, Jovellanos y Larra, entre otros. Pero ha sido el grupo NH el que ha reconverido este palacete en un hotel con todo lujo de detalles, y no era para menos, partiendo de una mansión nobiliaria. Remodelado, y diseñado por el estudio de Ramón Esteve, el resultado es un ambiente sereno, donde la luz cobra gran protagonismo. Diferentes tipos de habitaciones, con distintos interiores, ofrecen una estancia relajada dentro del bullicio bohemio del Barrio de Las Letras. Podremos comer también de lujo en el segundo Estado Puro de Paco Roncero, galardonado con dos estrellas Michelin. Y para rematar la estancia el sevicio de mimos nos cuidará con masajes, tratamientos de belleza, diferentes tipos de almohada, transfer privado con chófer, limousine… y hasta vip desk, donde te pueden asesorar sobre rutas turísticas o puedes disponer del servicio de un personal shopper.
30 de noviembre de 2010 a las 12:17
Ojalá NH hubiese recreado el Café de San Sebastián en la esquina de la calle de San Sebastián y la plaza del Angel. Allí fundó Moratín su tertulia en el siglo XVIII a la que asistían entre otros Jovellanos e Iriarte. Allí situó Moratín la acción de su famosa obra “La Comedia Nueva o El Café”, en la que un escritor novel y su familia esperan el estreno de su primera obra en el cercano Teatro del Príncipe (actual Teatro Español) en la Plaza de Santa Ana. Pues bien, el café del título era el de San Sebastián.
En el siglo XIX continuaron las tertulias en este café al que iban esporádicamente Larra, Espronceda, Zorrilla y Mesonero Romanos que una noche de 1834 se sintió indispuesto allí, pero afortunadamente se recuperó aunque llegó a estar muy grave.
Madrid ha perdido los cafés que le daban personalidad en el siglo XIX y el XX hasta la Guerra Civil. Ojalá contásemos con un gran café de categoría como los de Viena.