En apenas un mes, los NFTs han trastocado el mundo del coleccionismo y del arte digital hasta tal punto que muchos de estos creadores ya no conciben su trabajo sin ellos, sin el autógrafo que puede aumentar considerablemente el propio valor de su obra. Pero ¿son todo ventajas?
Fue el pasado 11 de marzo cuando los NFTs (Non Fungible Tokens) pasaron de ser un nicho entre los aficionados a las criptomonedas a saltar a la fama. Cuando el artista digital Mike Winkelmann, conocido como Beeple, vendió en Christie’s su obra de arte Everydays: The First 5000 Days por 70 millones de dólares, un hecho histórico que batió todos los récords. Beeple se convirtió, junto a Jeff Koons y David Hockney, en uno de los artistas vivos más valiosos. Y el trabajo se vendió 15 millones de dólares más caro que, por ejemplo, los Nenúfares de Monet, en la misma Christie’s. ¿Son los NFTs el catalizador de una nueva burbuja económica?
¿Qué son los NFTs?
Las siglas hacen referencia a Non Fungible Tokens, una tecnología que recurre a las criptomonedas y al blockchain para garantizar que una obra es única, inmutable y original. Es decir, los NFTs son una manera de trasladar al mundo digital la autenticidad de las obras del mundo analógico, una especie de autógrafo o de certificado de propiedad intelectual aplicado a Internet, donde habitualmente la rápida y masiva difusión del contenido provoca que se pierda la autoría o el valor de este.
Más aún, los NFTs forman una cadena de bloques en la que cada uno de ellos contiene información codificada de una transacción en la red. Todos los nodos están entrelazados entre sí –de ahí el término cadena-, pero cada uno de ellos contiene la misma información, que está descentralizada y no tiene intermediarios.
Los NFTs serían, en otras palabras, un gran libro de cuentas en el que se recogen todas las transacciones pero que, además, garantiza la privacidad y la seguridad ya que no puede ser fácilmente hackeado; de hecho, si alguien quisiera realizar un ciberataque, tendría que atacar a todos los bloques, a diferencia de lo que ocurre en los servidores de una institución pública o un banco, donde la información está centralizada y es, por tanto, un blanco más fácil.
¿Qué se puede comprar con NFT?
Prácticamente todo es susceptible de comprarse y venderse con NFT; de hecho, muchos artistas digitales, acostumbrados a que en Internet sus obras se vendan a bajo precio o gratis, ven en esta tecnología una manera de ganar más por su trabajo.
Sin embargo, no solo se venden obras de arte. La banda indie Kings of Leon, por ejemplo, se ha convertido en el primer grupo en vender su nuevo álbum en forma de NFT. O Gorillaz que, con motivo del 20 aniversario de la publicación de su primer disco, lanzarán música y elementos de merchandising en NFT.
El New York Times también puso a la venta una columna sobre esta tecnología y terminó vendiéndose por más de medio millón de dólares en una puja en línea. El periódico donó después las ganancias a causas solidarias.
Se pueden vender hasta tuits, como hizo el propio fundador de Twitter, Jack Dorsey, con el primer mensaje publicado en esta red social. El ya mítico “just setting up my twttr”, de 2006, se ha adjudicado por 2,9 millones de dólares, suma que se donará a una ONG de ayuda a África.
La gran cuestión que surge con estas ventas es qué tiene de especial “tener” este tuit, cuando cualquiera puede acceder a él y compartirlo. El principal factor de diferenciación es que el actual “propietario” del mensaje, el usuario @sinaEstevi, puede defender que el tuit es suyo. Es una forma de autógrafo.
Como explica Valuable de Cent, plataforma que permite comprar tuits, “poseer cualquier contenido digital puede ser una inversión financiera, tener un valor sentimental y crear una relación entre el coleccionista y el creador. Como un autógrafo en una tarjeta de béisbol, el NFT en sí mismo es el autógrafo del creador en el contenido, lo que lo hace escaso, único y valioso”.
Pero, por el contrario, hay quien señala que los NFTs son una herramienta basada en la confianza con el vendedor y el artista original. Siendo esta relación un límite a su valor y pudiendo venirse abajo en caso de que el artista no sea quien dice ser o decida gestionar su obra de una manera no esperada.
¿Los NFTs van a reemplazar las obras de arte tradicionales?
Sarah Zucker, artista de Los Ángeles conocida por su VHS Video Art y ser la primera en presentar imágenes .gif como arte en el Museo de Brooklyn, explica que “los NFTs son una tecnología interesante porque con ellos ahora el arte digital puede poseer las mismas cualidades que le dan valor a una obra de arte física – escasez y singularidad – al mismo tiempo que mantiene su cualidad única de accesibilidad visual infinita en su formato nativo”.
En opinión de Zucker, los NFTs no reemplazarán las obras de arte tradicionales pero sí harán posible que un mercado se desarrolle en torno a una nueva generación de artistas. Es decir, en la visión de la artista norteamericana, los NFTs son un catalizador del arte digital.
Es más, el optimismo de los artistas digitales respecto a los NFTs es máximo, principalmente porque muchos de ellos han visto cómo sus ganancias se han disparado. Para Balaji S. Srinivasan, ex-CTO de Coinbase, “aunque los NFTs están en una fase inicial, pueden convertirse en una tecnología revolucionaria por ser pseudoanónima, internacional, monetizable y permitir arte libre de censura”.
¿Han llegado a España los NFTs ?
La dinámica comercial, por el momento, tiene gran parte de su mercado en Estados Unidos y el mundo anglosajón. Pero concretamente, en España, la llegada de los NFTs ha estado cargada de polémica y protagonizada por Willyrex. El popular youtuber, con millones de seguidores, anunció que vendería una edición limitada de sus propios NFT con un precio de hasta 2.000 euros.
Este anuncio provocó una oleada de críticas por ofrecer un producto poco seguro, que al venderse en criptomonedas -un activo muy fluctuante-, podía llevar a los compradores a perder dinero. Además, en las redes sociales se denunció que el público mayoritario de Willyrex son menores de edad, quienes podían arriesgar su dinero o el de sus padres en este tipo de bienes sobre los que todavía no hay mucho conocimiento.
¿Por qué los NFTs se relacionan con ventas de millones de dólares?
¿Cómo es que una obra de arte digital, fácilmente replicable en Internet, se puede vender a precios astronómicos? Porque los NFTs, teóricamente, garantizan que ese trabajo creativo es verdaderamente auténtico, reconocido por su creador y propiedad de la persona que lo haya comprado.
¿Es polémico el impacto ambiental de los NFTs?
Igual que el Bitcoin y el resto de monedas que recurren al blockchain, los NFT han estado en el punto de mira del ecologismo por el nivel de emisiones de dióxido de carbono en cada transacción. En otras palabras, para verificar los elementos en venta, las principales plataformas de comercio de NFT recurren al minado, una estrategia que supone tener muchos ordenadores solucionando complejas operaciones matemáticas para determinar qué operaciones son las más válidas.
No obstante, los NFTs no se comercian en Bitcoin, sino en Ethereum, una moneda que toma el 70% de su consumo de fuentes de energía renovable, aunque este porcentaje fluctúa a lo largo del tiempo; con todo, y al ser un fenómeno tan reciente, todavía no se conocen los datos concretos de emisiones que se producen con los NFTs.
Casos de éxito a través de NFTs
Andrés Reisinger, premiado director de Reisinger Studio, diseñador 3D de interiorismo para marcas como Patricia Urquiola, Ikea o Nike, mantiene algunas de sus colecciones en marketplaces como SuperRare y NiftyGateway, donde vende arte digital y asocia sus correspondientes NFTs.
En el caso de Reisinger, el artista vende sus muebles junto a NFTs. Con ellos, un comprador puede crear una galería digital y colocar su mueble dentro aunque también podría venderlo para obtener ganancias: pero de manera adicional, el artista abre la puerta a enviar el mueble físico. El NFT en este caso es un respaldo digital adicional al simple hecho de tener el mueble. Y el comprador también adquiere los derechos de crear una galería con ese mueble o revender el diseño para que otros puedan fabricarlos.
“Uno de los principales beneficios de poseer un objeto coleccionable digital frente a un objeto coleccionable físico es que cada NFT contiene información distintiva que lo hace diferente de cualquier otro NFT y fácilmente verificable. Esto hace que la creación y circulación de artículos de colección falsos sea inútil, porque cada artículo se puede rastrear hasta el emisor original”, explica Reisinger.
Por su parte, Javier Arrés, uno de los pioneros del criptoarte en España, ganador de la Bienal de Arte de Londres en 2019 y primer español en vender tuits a través de NFTs, explica cómo el paso al arte digital y los NFTs le ha permitido multiplicar por 10 sus ganancias anuales. “Yo ya me ganaba bien la vida, pero ha sido brutal. A estas alturas ya llevo más de 300.000 euros en ventas”.
Según Arrés, “los royalties y los NFTs lo cambian todo”. Al estar basado en blockchain, es muy fácil hacer una trazabilidad de las ventas. Esto permite programar y hacer de manera transparente las ventas progresivas. Un aspecto relevante ya que estos artistas pueden cobrar un porcentaje con cada venta posterior.
¿Aguantarán los NFTs el tirón inicial?
Los expertos reconocen que se trata de un mercado todavía en ciernes, con cifras muy abultadas, pero pocos artistas digitales conciben ya la venta de contenido digital sin su correspondiente NFT.
El entusiasmo es generalizado entre un gran número de artistas, aunque también afirman que nos encontramos en una etapa temprana; de manera equivalente a como las criptomonedas han generado toda una serie de desafíos propios, la implementación de los NFTs también abrirá múltiples vías.
De cualquier modo, Arrés añade que “creo que el segmento NFT va a ser mucho más popular. Pensemos en la NBA y top shots. ¿Acaso no va a entrar La Liga o la Champions? Estas organizaciones están en búsqueda constante de nuevos modelos de negocio. O el mercado del lujo. O coleccionables para Fortnite o Pokémon. Incluso Amazon. Hay mucho movimiento y muchos van a querer entrar”.
Voces críticas
No faltan tampoco voces críticas con estos tokens que opinan que se está generando una burbuja mantenida únicamente por el interés de los propios participantes en ver cómo sus activos siguen alcanzando valoraciones más altas.
“Los artistas digitales defienden los NFTs por sus ventajas con los royalties y por ayudar a dar valor a sus creaciones, pero no queda claro que estos NFTs puedan sustentarse sin las plataformas de terceros que todavía son necesarias para mantener activos muchos de estos tokens”, argumentan algunos de sus detractores.
“Al adquirir un NFT no estamos comprando la propia obra, sino un certificado. Un “ticket” que nos ofrece el autor para asegurarnos que tenemos algo “único e indivisible”, pero cuyo valor puede cambiar de la noche a la mañana en caso de que se rompa esta confianza, sea porque el vendedor no es el autor original, porque el creador ha decidido cambiar los términos y hacer algún movimiento que disminuya la singularidad del token o, simplemente, porque el mercado ya no les encuentre utilidad”, añaden.
A modo de conclusión, los mismos críticos aseguran que “habrá que esperar, por tanto, para ver qué ocurre con el tiempo y si estos NFTs o certificados del artista son suficientes para sustentar el valor las obras y el cada vez más alto nivel de precios alcanzado en las transacciones”.