Nano Abia regresa con una exposición individual en Delimbo Gallery titulada “Fantasmas otra vez”
El trabajo de Nano Abia (también conocido como Nano 4814) es de factura intuitiva y multidisciplinar (pintura, escultura, instalación o pintura mural) a veces incluso combina varias técnicas en una misma obra.
Algo que se repite es porque existió con anterioridad, aunque en nuestro caso quizá no dejó de hacerlo nunca.
Pronunciar una palabra es hacerla verdad, al igual que existir espectral es hacerlo de todos modos. Lo fantasmal es algo que no podemos clasificar fácilmente: un ente sin cuerpo entre la presencia y la ausencia. Como una sombra, el fantasma vive bebiéndose nuestro sistema linfático, esperando el momento oportuno para desligarse y ser libre para redescubrir el universo como un ectoplasma curioso.
El estudio de Nano Abia está en La Elipa, barrio Madrileño que entre otras cosas alberga el cementerio de la Almudena, cuando voy a verle suelo hacer una parada allí. Que el cementerio sea un lugar que inspira temor en vez de una tipología de parque donde hacer picnics metafísicos me apena. Cuánto se han pervertido estas multitudes de almas en nombre del cristianismo, si pudiéramos preguntarles seguro que querrían bailar con nosotrxs.
Al entrar en su estudio, me encuentro varios lienzos y tablas colgadas de las paredes en disposición circular, parecen fijas, pero están flotando, son estables a la par que pueden ser trasladados con facilidad. Me acorralan fondos abocetados, dientes huecos, ojos sin brillo, palabras que rechinan antes de ser dichas, es como una danza ritual sagrada donde las imágenes luchan por aparecer.
Si estuviera sola en la penumbra estaría aterrorizada, pero Nano Abia no tiene miedo a la muerte y te lo contagia con guasa.
La palabra ‘fantasma’ deriva del griego φάντασμα (phántasma), significando ‘aparición’ o ‘imagen’. Este término griego se relaciona con el verbo φαίνειν (phaínein), que significa “brillar” “mostrar” o ‘aparecer’. Preparar una exposición es exactamente esto: hacer aparecer algo ante otras personas, abrir una puerta entre nuestro sueño y el sueño de lxs demás.
A veces no me atrevo a hablar de fantasía como lo opuesto a realidad, esa percepción supuestamente tangible. Lo no aparente y lo sobrenatural también nos afecta, entonces ¿cómo no pensar que lo real y tangible son en realidad una quimera? Nano Abia inocula una confusión jocosa con su obra, los globos parecen blandos pero son duros, es todo una broma de buen gusto a manos de un fantasma revoltoso.
En el estudio de Nano Abia, para poder trabajar en la zona de pintura con aerosol, hay que atravesar un laberinto de varias estancias a oscuras hasta llegar al cuadro de luces. A la llegada me guío con la linterna del teléfono, sin embargo, cuando termina la jornada, suelo olvidarlo en la entrada, así que tengo que volver a tientas.
Esto contrasta con las horas que he pasado teniendo mucho cuidado de no estropear nada.
Tan tiquismiquis con la mota de polvo y ahora regreso sorteando los globos que, ensartados en varillas metálicas sobre el suelo, esperan a estar secos para poder abrazarse en un equilibrio perfecto a la par que tensionado. Otros serán atravesados por flechas, atados con cuerdas o apoyados en palos, pero todos tienen marcas de humanidad. Basta con escuchar el sonido huesudo que emiten cuando se tocan entre sí o mirar sus nudos, una suerte de cordón umbilical de neonato.
Las semanas en las que ayudo a Nano Abia me olvido de mi obra y me entrego a las cosas duras que parecen blandas, opuestas a las mías, que parecen duras, pero son blandas.
Las lijas con las que perfeccionamos la superficie de las esculturas globo muestran siempre motivos fantasmales, son unas caras de belmez en eterno movimiento, al final del día las coloco sobre la mesa y me dispongo a leer mensajes de ultratumba. ¿Serán las almas de los enterrados en el cementerio de la Almudena? ¿Serán los fantasmas figuras que perturban lo cotidiano en una suerte de lucha y renacimiento interminable de apariciones que vuelven una y otra vez?
Hay fantasmas que nos acechan disfrazados de sombras y no se disipan en la inauguración, al contrario: se van haciendo más grandes cada vez que un nuevo espectador conecta con una pieza.
Y es en este último instante cuando se dispone sobre el tablero una doble baza: terror y éxtasis se juegan la clarividencia ante la nada, como cuando caminas hacia el atardecer de un sol de verano y te giras de repente para contemplar tu sombra, que crece obscena a cada paso, y de súbito recuerdas que pronto caerá la luz y volverás a ser lo que eres: un fantasma del futuro.
Nano Abia. @ Tamara de la Fuente
Nano Abia / Fantasmas otra vez
Hasta el 22 Junio 2024
Delimbo Gallery
Calle Pérez Galdós 1acc
41004 Sevilla