El Museo Balenciaga abre sus puertas el 10 de junio
“Si Dior es el Watteau de la costura -lleno de matices, chic, delicado y oportuno-, entonces Balenciaga es el Picasso de la moda porque, como el pintor, guarda un profundo respeto por la tradición y posee un depurado estilo clásico que subyace a todos sus experimentos con lo moderno”, con estas palabras Cecil Beaton defínia en “The glass of Fashion” (1954) el estilo de uno de los grandes maestros de la costura de la primera mitad de siglo 20, el modisto más clásico y purista del siglo pasado. Cristóbal Balenciaga vuelve a estar en boca de todos, esta semana por fin se inaugura su museo en la ciudad que lo vio nacer, Getaria, el 10 de junio el centro abrirá sus puertas con una selección de 90 piezas del modisto, prendas de diferente procedencia cedidas por Hubert de Givenchy -presidente Fundador de la Fundación y gran amigo de Balenciaga-, la familia Real de Mónaco e importantes clientas del modisto. El museo es una iniciativa de la Fundación Balenciaga con el objeto de promocionar, difundir y potenciar la trascendencia de la persona y obra del genial diseñador. El espacio museístico es por un lado el histórico Palacio Aldamar, un monumental edificio del 19, residencia de verano de los Marqueses de Casa Torres, y una ampliación proyectada por el estudio de arquitectos AV62.
El discurso expositivo -desarrollado por la comisaria Miren Arzalluz Loroño- presenta los diseños de Balenciaga bajo seis criterios temáticos: (1) inicios, donde se muestran sus primeras piezas y donde ya se puede apreciar el talento del maestro; (2) día, donde se presentan piezas donde claramente se intuye la creación de nuevas siluetas propias, dejando atrás el corte new look definido por Dior; (3) cóctel, la sociedad adinerada de la época requería de nuevas prendas para sus actos sociales y Balenciaga supo vestir adecuadamente a toda esta aristocracia sedienta de haute couture; (4) noche, apartado donde la fantasía es la protagonista, historicismo, orientalismo, indumentaria tradicional, colorismo…; (5) novias, sección donde se puede ver una de las piezas estelares de la colección el vestido diseñado para el enlace de la Reina Fabiola de Bélgica; y (6) Balenciaga Esencial, donde a partir de proyecciones infográficas, se muestra la perfeccionada técnica del patrón y ensamblaje del modista, montaje muchas veces muy complicado, otorgando la mayoría de veces un aspecto a las prendas de gran simplicidad, es por ello que el modisto fuera etiquetado como el gran arquitecto de la moda.
Colorista y a la vez apasionado por el negro, simple y teatral, reivindicando siempre sus raíces españolas – Velázquez, Zurbarán, Goya, el universo taurino o el ritual eclesiástico fueron influencias notables en su extensa producción en moda, ahora por fin un espacio recoge todo este gran legado. Cristóbal Balenciaga vuelve a sus orígenes. Museo Balenciaga
“Un buen modisto debe ser arquitecto para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida” Así hablaba Cristóbal Balenciaga sobre su profesión. Esto fue lo que otros dijeron de él como profesional: “Era un arquitecto con las telas, un vanguardista del diseño” Hubert de Givenchy; “Su voz era baja y en ocasiones tenías que concentrarte para oírle. Su nombre era Cristobal y su inspiración provenía de las plazas de toros, de los bailarines de flamenco, de los blusones holgados que llevan los pescadores, del frescor de los claustros… Balenciaga tomo estos modelos y colores, los adaptó a su gusto y vistió durante treinta años a aquellas mujeres para quienes estas cosas eran importantes” Diane Vreeland; “Era el único auténtico costurero, ya que, a diferencia de sus contemporáneos, era capaz de diseñar, cortar, montar y coser un vestido de principio a fin” Coco Chanel; “Con los tejidos, nosotros hacemos lo que podemos. Balenciaga hace lo que quiere” Christian Dior.