El pasado sábado 8 de Junio la Bienal nórdica de Arte Contemporáneo Momentum abrió sus puertas en la ciudad noruega de Moss. Momentum celebra su décimo aniversario con una muestra titulada The Emotional Exhibition (La Exposición Emocional) de la mano del comisario español con base en Estocolmo Martí Manen.
Hasta hasta el 9 de octubre, Momentum 10 presenta 29 artistas nórdicos e internacionales en dos localizaciones principales: Momentum Kunsthalle y Galeria F15, así como en diversos emplazamientos de la ciudad: la librería House of Foundation, performances en el fiordo de Oslo y la playa de Bredebukt, cajas de luz situadas en varios puntos de Moss o carteles gigantes en la nueva estación de ferrocarril.
Foto portada: Pepo Salazar, Frozen, vista instalación.
Hace dos décadas aproximadamente que los nórdicos entraron en la cotidianidad de nuestras vidas sureñas: H&M, Ikea, Nokia, edredones con funda … Dejando atrás banalidades comerciales, muchas son las referencias tanto sociales como culturales que sitúan este área del planeta como un referente a seguir. Y es en esta coyuntura que se creó en 1998 la bienal Momentum, enfocada en sus inicios a presentar artistas nórdicos y su necesidad de expresarse en este punto álgido. Durante sus veinte años de existencia, Momentum se ha ido transformando, abriendo e incluyendo artistas internacionales. En esta décima edición, 17 artistas proceden de los países nórdicos y 12 de otros países, entre ellos los españoles Regina de Miguel, Francesc Ruiz y Pepo Salazar. Además, ya que se habla tanto de paridad, Momentum 10 cuenta con 16 artistas femeninas y 13 hombres.
Diez ediciones de Momentum y veinte años de importantes transformaciones socio políticas y técnicas necesitan de un parón para reflexionar. En tan solo veinte años, el mundo se ha globalizado, digitalizado, viralizado afectando a todo lo que nos rodea, y sobre todo a como nos relacionamos y sentimos. Por esta razón, Manen plantea una bienal que reflexiona sobre las construcciones lógicas que genera el uso masivo de la tecnología y propone reencontrarse con las emociones. Un MOMENTO para mirar atrás y reaprender, y una pausa para redefinir la posibilidad de sentir, de ir más allá del lenguaje, más allá de la razón, para comprender que a través de las emociones y el espacio físico conectado a ellas, enfrentaremos la complejidad de nuestra actualidad. Mantener la conexión con el mundo a un nivel emocional no es fácil, como tampoco lo es aceptar que la humanidad está definida por el amor, el miedo, el odio, el deseo, el pánico, la felicidad y la tristeza. Momentum10 analiza las situaciones históricas de la bienal y recupera obras —aproximadamente la mitad— expuestas en las pasadas ediciones para combinarlas con artistas y piezas nuevas, de modo que el enfoque total de las piezas esté relacionado con una percepción emocional de la realidad y con una bienal como espacio para “emocionarse” con el arte.
En la sede principal, Momentum Kunsthall, nos recibe la primera pieza titulada Pre-text del artista portugués André Alves. Una obra delicada y sensitiva que mezcla lo cromático con lo textual, ya que el artista cubre páginas de libros de color, dejando legible el texto que desea recordar. La pieza consta de una instalación de 200 páginas colocadas en las paredes de la sala y una caja de luz —de esas que encontramos con publicidad en la ciudades— en el centro de la habitación, en la que se puede leer: “¿A quién le importa la política cuando hay llamas que queman tu interior?” y “Las palabras siempre han representado un territorio inalcanzable para los sentimientos y para el corazón”, textos respectivamente del autor noruego Karl Ove Knausgård y del británico Laurence Durrel. Además Alves ha creado diez composiciones para cajas de luz exteriores que se han colocado en distintos puntos de Moss.
Esta es la tercera vez que la sueca Johanna Billing participa en Momentum. En esta ocasión presenta un nuevo video titulado In Purple centrado en el baile como forma de resistencia. El film va sobre el grupo de baile femenino hip hop/afro Mix Dancers, quienes además han fundado una escuela de baile auto gestionada para niñas y adolescentes situada en un suburbio del centro de Suecia. Hoy día Mix Dancers es un poderoso modelo a seguir en su comunidad. Para continuar con la escuela, las bailarinas veteranas entregan el testigo a las más jóvenes, este traspaso constituye el alma de la película, mediante una coreografía que consiste en transportar entre todas ellas grandes paneles de vidrio púrpura, que representan tanto a las mujeres, como a su sótano de ensayo sin ventanas.
En la planta superior se encuentra la instalación Psychastenia #5, una pieza del artista noruego Knut Åsdam perteneciente a la primera edición de Momentum en 1998. Åsdam ha recreado una arquitectura que conduce al visitante por un pasillo poco iluminado y enmoquetado a salas de visionado que recuerdan a las de un peep show. La pieza destaca los espacios y prácticas sociales que forman parte del subconsciente de la ciudad, como los lugares aberrantes, reprimidos o escondidos. En el cine se proyecta un film de Åsdam y otros filmes de artistas que forman parte de esta décima edición.
En la sala de al lado, el artista español Pepo Salazar presenta una gran instalación escultórico-objetual titulada Frozen, en la que juega con símbolos que forman parte del imaginario global colectivo y que dan lugar a una construcción estética global y homogénea. La instalación nos recibe con una pasarela típica del acceso a las góndolas venecianas que da paso a un espacio repleto de clichés: desde gigantes fotos de menús de comida rápida, hasta lámparas chinas de papel rojo o jugadores de fútbol impresos en fundas de edredón sobre camas de Ikea. La práctica artística diversa y ecléctica de Salazar se nutre de elementos culturales de consumo general y revela iconografías a través de la descontextualización de objetos cotidianos presentados en el espacio expositivo. La pieza es un ataque vibrante a la sociedad de consumo y a las multinacionales que cancelan la emoción creando una falsa cercanía y propagando los mismos estereotipos.
Al otro lado de la sala, la instalación video escultórica de la sueca Åsa Cederqvist, Mama, Dada, Gaga, apela a constelaciones afectivas familiares. El título se refiere a los primeros balbuceos de los bebés. Para el filme, Cederqvist se ha inspirado en su propia relación con su madre, pero la historia fluctúa entre la realidad y la ficción, transitando aleatoriamente por el pasado, el presente y el futuro a través de personajes que cambian constantemente de rol, y que están interpretados por ella misma, su madre y su hija. Alrededor de las pantallas se video hay esculturas textiles de color rosa que evocan la obra El Grito del archiconocido pintor vanguardista noruego Edvard Munch.
Al lado, en una gran sala, se proyectan simultáneamente en pantallas de gran formato, cuatro películas realizadas por mujeres: la sueca Annika Larsson con 40-15 recuperada de la edición del año 2000 y que trata sobre masculinidad. Enfrente, Couers de Silex de la francesa Pauline Curnier Jardin. En la siguiente pantalla, el filme Deception de la artista española Regina de Miguel, cuyo título está tomado de la isla homónima situada en la Antártida, que solo ha sido explorada por científicos y militares. Deception retrata un viaje a lo desconocido, tanto documental como espiritual, a través de textos e imágenes de la isla: una reflexión sobre nuestros comienzos y un presagio para el futuro. El cuarto film, Blind Understanding, de la sueca Saskia Holmkvist dialoga muy bien con el de Regina. Procedente de la edición de 2009, el sonido original ha sido reemplazado por una deconstrucción del guión original.
Antes de abandonar Momentum Kunsthall, de vuelta a la planta principal, la artista mexicana con sede en Berlín Julieta Aranda ha realizado una instalación site-specific sobre la fragilidad y la información, para ello ha producido un periódico, tomando como referente el pasado industrial de Moss y su producción de papel.
Aranda tiene otra pieza en la Galería F15, segunda sede de Momentum 10. Una instalación escultórica en la que reflexiona sobre los procesos tecnológicos y su influencia en la construcción de la imagen.
La Galería F15 está ubicada en una casa señorial porticada, en la sala principal de la planta baja se han expuesto las sutiles esculturas del joven artista sueco Erik Öberg, piezas realizadas con plumas que parecen de cisne y que tienen aspecto de órganos humanos o extremidades de animales. Estas piezas provocan emociones encontradas, quizás la más latente sea una “frágil” aflicción.
En el piso superior y procedente de la edición de 2006, se puede ver el registro fotográfico de la instalación creada ad hoc por el artista islandés Ragnar Kjartansson. La pieza consistía en la frase Scandinavian Pain (Dolor Escandinavo) realizada con luces de neón y colocada en el tejado del granero que hay delante de la Galería F15. Estas palabras han permanecido en el recuerdo y se han convertido en la imagen contemporánea de la identidad escandinava, destacando la propensión nórdica al dolor y la melancolía, muy acorde con el lema de la muestra. Según Kjartansson, cuando vio por primera vez el granero, le remitió inmediatamente a los nostálgicos paisajes de Munch. Al igual que Munch, las obras del islandés a menudo giran en torno al dolor, el drama y la tristeza.
Diametralmente opuesta a esta sala, una pared blanca acoge los dibujos realizados a pastel por el noruego Eirik Senje. Las ocho pinturas pertenecen a la serie Excepción Generativa, en la que trabaja motivos que aparecen en figuras, paisajes y poses presentes en la historia del arte. A Senje le preocupa el proceso y el boceto porque es donde se genera la emotividad de la pieza. La paleta de colores, los cráneos y las figuras amorfas que se repiten en los dibujos remiten a paisajes oníricos contemporáneos, donde ideas filosóficas, espirituales y mitológicas toman forma.
Una librería encima de otra librería, en el piso superior de la librería House//of//Foundation, se encuentra la instalación House of Fun del artista español Francesc Ruiz. Una habitación repleta de coloridos cómics pornográficos clasificados y ordenados en cajas. Aunque todos contienen los mismo dibujos, cada uno tiene diferente portada, referidas a la diferentes tipologías radicales de sexualidad y nuevos fetiches. La emoción visual es más que evidente, pero más es el poder del cómic y del dibujo a la hora de imaginar deseos y nuevos cuerpos. La instalación de Ruiz es un ejercicio de libertad de expresión total, un espacio protegido, un área segura donde explorar e intercambiar nuevas ideas y donde se desafían los límites de la representación.
Para terminar, la artista francesa Pauline Fondevila ha realizado para Momentum 10, The Promise by the Sea, un lírico corpus de trabajo que se expande en diferentes formatos por varias localizaciones y que está relacionado con el mar y la idea de navegar. Para el fiordo de Oslo, Fondevila ha creado una poética performance con la colaboración de la escuela naval de Moss en la que veinte veleros manejados por niños navegan en circulo con lemas pintados en negro sobre las velas: “Escondámonos”, “El mundo se quema” o “Nunca funciona”. Para la nueva estación de ferrocarril de Spuntveggen ha realizado unos paneles de gran formato con textos y dibujos simples, relacionados con el viento y la navegación. Motivos similares a estos últimos, esta vez sobre papel, se muestran en la Galería F15 y finalmente en el hueco de la escalera de la Kunsthall suena una canción pop compuesta e interpretada por ella misma, cuya letra contiene consignas pertenecientes al mayo del 68 francés.
Momentum 10: The Emotional Exhibition, revela sentimientos y emociones a través de experiencias colectivas y personales. Algunas obras tienen los sentimientos como tema, otras han puesto la emoción en el encuentro espectador-arte: no solo con los ojos, sino con las manos, la nariz y los oídos.
Fotos: Cortesía de Momentum 10 y María Muñoz