McQueen el documental narra la fascinante trayectoria del genio británico. Desde su subida a lo más alto a su descenso a los infiernos.
Aún recuerdo dónde estaba el día que Alexander McQueen se quitaba la vida. Paradójicamente estaba a punto de dar comienzo un desfile en el que estaba trabajando, en Ciudad de México, recuerdo el shock que fue para todos los que estábamos presentes. Para nuestra generación McQueen era un ejemplo a seguir, un ídolo de los jóvenes a los que nos fascinaba la moda. Su meteórica carrera y su desbordante talento nos inspiraba a muchos.
El pasado viernes tuve la suerte de ver el pase de prensa de McQueen el documental. Eran las 10 de la mañana y no estaba preparado para esta montaña rusa de emociones. La película desde el primer momento te hace partícipe, de forma íntima, de la vida del diseñador. Con grabaciones originales donde le vemos a él o a su madre, la que narra como Alexander no tenía intereses por los estudios, pero aprendía rápido. Así fue como comenzó en un taller de la mítica Savile Row, aprendiendo todos los detalles de la sastrería, algo que le convirtió en un alumno aventajado. Más tarde vino Romeo Gigli y gracias a sus ansias de aprender dejaría Milán para volver a su ciudad natal para inscribirse en Central Saint Martins. Y ahí empezaba el sueño.
Uno de los momentos más emotivos de la cinta trata justamente de esta época, de como su tutora recuerda su paso por la escuela y de su proyecto final, ese punto clave de su carrera. Ahí es donde comenzó su idilio con Isabella Blow. La editora que fue su mentora hizo que este joven, con ganas de comerse el mundo, llegase a lo más alto. Todo ello contado por su marido, el viudo de Blow, que tan buenos y tan malos momentos vivió con Alexander, del que decía que tenía un sentido del humor complicado, al igual que su mujer, “cuando estaban juntos competían a ver cual decía la burrada más grande”. De eso se trataba, de la conexión que ambos habían conseguido tener, eran como hermanos. Ella, Isabella, era como una segunda madre para él.
“Londres era tan aburrido. Pero con McQueen fuimos parte de algo nuevo, algo muy emocionante. Aquí estaba este tipo que no solo creaba vestidos, sino que puso emoción en la pasarela. Cuya alma había sido sacudida por la vida y quién sabía cómo sacudir a la gente por ello”. Sebastian Pons
Después llegó Givenchy y todo cambió. Sus amigos, Isabella e incluso la relación consigo mismo. Isabella quedó fuera, Sebastian Pons, mano derecha del diseñador y que también narra de forma íntima su relación con Alexander, también se marchó y McQueen queda atrapado en un bucle de drogas, responsabilidades y cambios físicos que ni él mismo llegó a entender.
Con la muerte de Isabella Blow empezó el declive, una etapa negra, oscura, en la que Alexander McQueen no tiene fuerzas de seguir y crea el que para él es su último desfile, una auténtica obra maestra: “Plato’s Atlantis”. La última colección de McQueen fue una despedida por todo lo alto, algo que todos guardamos en nuestra memoria y en la que incluso el diseñador pensaba que sería su propia muerte, ya que planeaba quitarse la vida delante de todo el mundo, algo que afortunadamente no sucedió. El final de esta película por desgracia ya lo sabemos.
En McQueen el documental toman fuerza las propias declaraciones del diseñador, cómo cuando habla de su paso por Givenchy: “Fue como tener un novio con el que sabías que querías romper”.
La película de Ian Bonhôte es emocionante, realista y un repaso fiel por la historia de la moda contemporánea que deja presente a uno de los genios que hemos tenido en este siglo. Tiene el poder de hacerte partícipe y sufrir y sentir como los protagonistas, que en este caso son personas reales con un final infeliz.
La película estará en cines el próximo 8 de Junio pero mientras puedes conocer más datos de McQueen el documental en esta web.
Y si quieres recordar la exploxión “Savege Beauty” que tuvo récord de visitantes en el MET y V&A Museum puedes verlo aquí.