MATIAS AGUAYO

AULLIDOS HECHICEROS

Nacido en Santiago de Chile, crecido en Colonia, vivido en París, y totalmente en su salsa en México y Buenos Aires, Matías Aguayo es el dj y productor que se atreve a mezclar sonidos minimal con cumbia latina, pop, electro, house… y el resultado – lo puedo asegurar – rompe pistas y hechiza. Con más de diez años a sus espaldas como productor, Matías ha encontrado el camino que buscaba en la electrónica. El secreto, su voz, una voz sensual que sabe trabajar, modular, que juega y erotiza al público: seducción asegurada. Peso pesado del sello Kompakt alemán, ahora alterna también en otro nuevo label, o mejor como ellos lo llaman, disquera, que está dando mucho que hablar en la blogosfera musical, Cómeme, con artistas como Rebolledo, Daniel Maloso o el propio Aguayo. Lejos queda Closer Musik, unos de los primeros proyectos de Aguayo, de un sonido new wave a un sonido multicultural, más loco, pero igual de seductor. Estuvimos con Matías para que nos hablara de todo este proceso creativo musical, él mismo nos explica toda esta evolución. Que empiece a seduciros.

Desde los inicios en Closer Music…hasta hoy, la voz ha sido un instrumento básico en las producciones y sesiones de Matías Aguayo ¿Qué te da la voz que no te dan otros instrumentos? Creo que principalmente es el instrumento que más domino, y más disfruto. Siempre he estado cantando, antes de grabar música. Así que para mí es la forma más directa de traducir inspiración, y de conectarme con la fantasía, con lo invisible. También es la forma más fácil de desarrollar ideas, a veces la producción electrónica se puede volver un obstáculo. Todos los instrumentos igual tienen sus limitaciones, al igual que la voz. Limitarse al uso de un instrumento en la producción me parece una buena forma de trabajo, me permite concentrarme, no perderme, y sacar lo mejor posible para mí.

Pinchando habrás recorrido medio planeta. ¿En qué países crees que hay más buen feeling con tus propuestas musicales ? Es difícil generalizar eso. Porque muchas veces dentro de los países, las ciudades varían mucho. Y mismo dentro de las ciudades, hay diferentes públicos que les gusta ir a ciertos lugares y otros no. También el público descifra lo que uno toca de diferentes maneras.  La misma canción puede gustar en muy diferentes lugares sí, pero por diferentes razones. He tocado y cantado mucho un tema de los DJs Pareja de Buenos Aires, “Spanish is Beautiful” se llama. Ese tema en Inglaterra te lo bailan simplemente porque tiene un buen ritmo y tiene unas referencias musicales bien ricas, bien old school, mientras si uno lo toca en Buenos Aires es como un hit local y también un poco una broma, el tema pregunta – en inglés – “why don’t you sing in spanish? Spanish is beautiful”. Lo tocas en L.A. y se vuelve hasta político, porque con la presencia de inmigrantes latinos, se vuelve como una manifestación de orgullo latino. Tocándolo en Barcelona se podría malentender como ofensivo creo, porque lo “Spanish” se entiende de una manera muy diferente. Lo interesante y el desafío es desarrollar sensibilidades y saber qué tocar y cómo tocar en diferentes lugares…

Uno de mis temas favoritos firmado por ti y por Michael Mayer es el cover de Slow de Kylie Minogue. Siempre he querido saber por qué hicisteis ese tema…¿os atreverías con algún otro? Ese tema en realidad era un remix mío que hice para Michael Mayer. Era un tema instrumental que usaba como sample una voz que aparecía en el tema “lovefood” de Mayer. Hice los arreglos y lo mezclamos con mi amigo y productor Marcus Rossknecht aka Roccness. Como Michael estaba de cumple, y yo sabía que el es un gran fan de Kylie, le grabamos esta versión en la que yo cantaba “slow” sobre la base de este remix. Cuando le mandamos ambas versiones a Michael le encantó, y decidió editarlo junto al remix de “lovefood”.

¿Tenéis pensado hacer algún tema más ambos? Trabajamos juntos en una producción, que se llamaba ZIMT, pero eso fue el 97 o algo así, sí se da la oportunidad o se nos antoja algún proyecto nuevo no sé, no hay nada programado, pero quien sabe…

La voz, como hemos dicho, ha dominado y creo que dominará tus producciones. Hay una evolución de Closer – un sonido más gélido_al Matías Aguayo actual, con ritmos más latinos como Menta Latte. ¿Cómo llegas a este paso? Eso tiene mucho que ver con convivir y compartir, con dejar un poco de lado la idea del músico – productor como una idea romántica de algo como ser un autor, y crear la música más desde un espíritu de comunidad. Por el otro lado es un proceso de liberación artística de cierta manera, siento que este proceso me lleva a una forma más relajada y menos pretenciosa de hacer música, y también mas cercana a mi forma de ser. Quiero hacer una música más abierta, más entendible, quizás también para el que no esta demasiado sumergido en el mundo de la música electrónica. En mi vida estoy involucrado con gente de contextos, raíces, culturas y situaciones muy diferentes. Con todos ellos quiero poder comunicar. Entonces resulta contra productivo hablar sólo en un idioma, es decir quedarse en el lenguaje y los códigos de un género especifico.

¿El “Basta ya de Minimal” sería  el manifiesto hacia estos sonidos más cálidos? Basta ya de Minimal no fue muy programático, como lo es un manifiesto. Más bien fue una sesión de grabaciones muy divertida e inspirada. Habíamos vuelto con Marcus de una fiesta muy minimal, con poca onda y poca sensualidad, y mientras mi amigo grababa las bases que tocaba yo, se me ocurrió escribir esa letra. Siempre la cantaba en vivo después, sin el pretexto de editarla, pero luego muchos la querían tener y se editó. En general mucho resulta de improviso, la reflexión sucede en el mismo momento y después, pero no antes. Tampoco es que no me guste el minimalismo. El minimalismo como estrategia de trabajo o de creatividad me sigue gustando. Lo que no me gusta, es cuando algo se vuelve género, y uno como músico se empieza a privar de libertades. Al fin de cuentas para mi “Techno” siempre fue más bien una liberación musical, no un encasillamiento. El Techno es definitivamente música de locos, de desplazados, aliens, descontextualizados, y hoy, como género, se ha vuelto algo como tan “normal”, algo que sugiere que es lo que esta permitido y que no. Yo creo que se trata de mantener el espíritu de descontrol, de más bien permitir cosas y de reinventarse siempre. Eso para mi tiene mucho más que ver con una idea de Techno, House, Minimal, música electrónica para bailar o cualquier nombre que le pongas, que reducirse a temas con un bombo que se muevan entre 125 y 130 bpm…

Háblame de Cómeme, ¿cómo nace el sello? Cómeme es básicamente un invento de mi amigo de Buenos Aires Gary Pimiento y yo, que surgió inspirado en las fiestas callejeras que hacíamos nosotros en Buenos Aires, las Bumbumbox. De ahí se ha ido desarrollando cada vez más, se nos han sumado más artistas y se ha ido desarrollando la música del sello también.  Cómeme es un contexto de gente, es decir, todo se hace con mucho diálogo entre los artistas. No somos un sello que recibe demos y decide qué editar, es más bien algo de desarrollar en conjunto, ya que creemos que cada uno tiene sus calidades y que dialogando, sobre esas y sobre los temas y lo que queremos, podemos llegar a resultados que nos pueden gustar más o sorprender.

¿Cómo eran las Bumbumbox parties  que organizabais en la calle? Para mí las mejores fiestas que he vivido. Ninguna separación entre dj y público, un público no estandarizado, una fiesta llena de sorpresas y plena libertad musical. Ir paseando con Gary Pimiento, Ladybumbox y Pablo por las calles de Buenos Aires, elegir un lugar, una esquina de una calle, una escalera, al lado de un parque, lo que fuera, y el próximo día estar bailando ahí con amigos y gente que uno no conoce, plena libertad musical. Cuando la relación con la gente ya no es comercial, no es de proveedor de servicios y consumidor, por si sólo ya se pone más divertido y provoca inolvidables anécdotas…

¿Qué artistas recomendarías de Cómeme? Me encanta el trabajo de todos los artistas, sea Ana Helder, Diegors, Rebolledo, Daniel Maloso, Philipp Gorbachev, Pablo Castoldi, que hace los diseños, y muchos más que están involucrados… es un trabajo hecho con mucho amor.

Me gustaría que me dijeras que música escuchabas principalmente cuando eras adolescente – entre 15 -20 años-, la música que escuchabas en los 90’s…y la música qué estás escuchando ahora, es decir…lo último que has actualizado en tu i-Pod. Quiero destacar mucho lo que son los recuerdos musicales de mi infancia, porque ahí siento que comienza todo, o sea antes de la adolescencia. Mis primeros recuerdos musicales son los Beatles y luego sobre todo mucho Disco Funk tipo D – Train, Colonel Abrahams, Gwen Guthrie y cosas por el estilo, lo que se debe a que un amigo de mi padre era DJ, y me daba grabaciones en cassette de sus sesiones en la discoteca. Crecí con ese sonido, después, ya más adolescente me gustaba mas el punk o la New Wave. Finalmente lo que se iría a llamar House o Techno supo reunir el espíritu de todos esos géneros que parecían tan imposibles de combinar para mí. Siento como mucha continuidad musical en mi vida. Hay pocas cosas que me gustaban antes, que hoy no me gusten. Paralelamente este desarrollo siempre fue acompañado por un amor hacia sonidos latinos, que últimamente pudo crecer, o pude desarrollar más por muchos viajes que me permitieron más investigación musical. No tengo I-pod porque no va tan bien con mi manera de escuchar música, prefiero escucharla con altavoces en casa o en un Soundsystem.


Siempre me gusta relacionar sonidos con imágenes…¿con qué imágenes ilustrarías tú música…? Es decir tus referencias visuales.
A mi me gusta igual separar la imagen del sonido, lo lindo de la música es justamente ser invisible y permitir mucha imaginación. Así que no me atrae tanto la idea de “traducir” sonido en imagen. Pero si existen referencias visuales, como decidir la estética de un video, la tapa de un disco. Aquí tengo que destacar las ilustraciones de Pablo Castoldi, las pinturas de Sarah Szczesny, el diseño de Trevor Jackson y el de Christian Schäfer, los videos de Julia Kasprzak, las fotos de Odile Bernard Schroeder. También me gustan las fotos del aeropuerto de Orly y del museo de ciencias naturales que salen en “La jetee” de Chris Marker, las ilustraciones de Odilon Redon, la estética de los murales que anuncian fiestas de sonideros en México y las fotos que he visto de la discoteca “Cosmic”. Me gustan mucho las calles de ciudades vistas en la noche, me gustan mucho los cafés antiguos, los bosques, la naturaleza, los espacios en general y como cambian cuando se relacionan con la música.

Últimamente ha habido un acercamiento bastante notable de la electrónica con la moda – productores que hacen edits especiales para los shows o la selección musical para marcas, etc – ¿has trabajado para alguna firma de moda? La música obviamente es inseparable de la moda, creo que siempre lo ha sido, creo que ambos son los inicios de la cultura humana, por eso tengo un tema que se llama “drums & feathers”, es demasiado esencial. Pero no me ha tocado algo directamente asociado con alguna marca. Mas bien el hecho de pensar como vestirse para el show, o en el caso de Cómeme hacer camisetas, ha sido un reflejo de inquietudes de algo como la moda. Me gustaría igual que la gente se vista más para salir a las fiestas, pero no tanto en un sentido de ropa de marcas, si no mas bien de disfraz, o “fantasía” como dicen los brasileros.

¿A qué diseñador le pondrías música para el show? Para Bernhard Wilhelm estaría bueno…
Cuéntame cómo ha sido la colaboración con Discodeine para Singular. Muy, muy rápida y divertida. Me mandaron una base, y yo pensé quien podría escribir una letra en castellano para esa base. Se me ocurrió preguntar a Ana Luisa Norambuena, la cantante de una banda chilena que se llama 990, que escribe unas letras bien buenas.. Ella me mandó un texto y ese lo usé para cantarlo sobre las bases de Discodeine, una tarde de Noviembre en París, poco antes de huir del frío europeo…

Ahora también va a salir un nuevo featuring con Battles “Ice Cream”, cuéntame cómo ha surgido la colaboración y de qué conoces a la formación. La colaboración surgió básicamente por el hecho que ellos para su nuevo disco buscaban invitar a varios cantantes diferentes. Creo que fue John Stanier, el baterista, que tuvo la idea de integrarme de esa manera al proyecto. Para mi ha sido una de las colaboraciones más interesantes,  porque pude probar algo muy diferente a lo que es hacer un featuring sobre un tema electrónico. Grabar significaba relacionarse con sus arreglos, sus ritmos, y ahí me iba dando cuenta que en realidad la música de Battles es muy juguetona, o sea como que nace del juego y al azar,  y en eso,  nos parecemos mucho. En el disco además participan otros cantantes, ser parte de ese proyecto de puro músico de calidad, obviamente se siente rico.

Tú última sesión en el Nitsa de Barcelona, fue una locura, una mezcla bastante ecléctica de minimal y cumbia. La gente estaba muy animada, y encantada con la mezcla. Imagino que otros países que no tienen raíces latinas debe costar más introducir o acostumbrarse a esos sonidos. ¿Cómo adaptas tus sesiones en función del público? Es algo que funciona de manera muy improvisada y tiene que ver con el desarrollo de una relación con el publico, cada noche por sí solo, en el momento que toco. Es algo complejo y es una de las bases de nuestro trabajo como djs o músicos en un escenario.  Es diferente tocar en una ciudad que te escucha por primera vez, a por ejemplo volver a tocar por enésima vez en Barcelona o en Colonia. Y no es tan fácil decir que el público latino automáticamente tenga un acercamiento mas fácil hacia la música latina… muy por el contrario, justo ahí puedes encontrarte con mucho rechazo, porque lo technoide o electrónico, ha funcionado como una manera de distanciarse de sus raíces, de no escuchar la música de los abuelos. Mientras en lugares como Colonia o Helsinki, para dar un ejemplo, justo lo ajeno de la música que empieza a sonar, crea la atracción. Entonces es algo que uno siente también en la noche. Cuando uno esta tocando, de que ánimo esta uno, de que ánimo está el público, y es finalmente un proceso muy de seducción, casi físico, haces un movimiento y notas como el otro cuerpo reacciona, y si le va gustando sigues por ahí, y después pruebas otra cosa, etc, etc… Cuando toco por primera vez en un lugar es lindo, porque no debo temer que me estoy repitiendo, y cada tema parece sonar por primera vez… E igual es lindo tocar por la décima vez en un lugar, porque puedes tocar bastante libre, la gente ya confía, y es lindo tratar de sorprender con otro enfoque. Es también complejo en mi caso porque no toco un género o un sonido tan especifico. Eso es, obviamente, más difícil que tocar puros discos con el mismo ritmo y la misma velocidad, así que siempre es todo un desafío, que por el otro lado es facilitado por el hecho que opero con micrófono. Eso me permite estar más en contacto con la gente.

Para ir acabando… Este año te hacía dentro del cartel del Sonar, y no estás programado. ¿Qué te parece el festival? ¿Y la programación de este año? ¿Como ves la escena electrónica nacional por las veces que has venido a pinchar aquí o por dj’s y productores que conozcas de aquí? El festival SONAR creo que ha sido un elemento muy importante para el desarrollo de la escena musical electrónica en Europa. Fui varias veces, pero nunca toqué directamente en SONAR, sino en las fiestas de KOMPAKT en el Nitsa que se celebran al mismo tiempo. Hace tiempo no me ha tocado ir, así que tampoco puedo decir tanto. Personalmente los festivales me cuestan un poco, como público, eso de fijarse en el programa de cuando toca quien y si uno tiene el pase para lo de día y lo de la noche, y cosas así son un poco mucho para mí, me gusta más ir a una noche para ver una cosa.


¿En qué estás trabajando ahora?
Estoy por editar un EP nuevamente en Kompakt, que incluye varios temas que ya vengo tocando hace un tiempo en las discos, bajo ellos el tema “I don’t smoke” y el tema “Dancemachine”.  Son puros temas que he hecho viajando, cosas muy directas y que surgieron en las fiestas.  Además está el trabajo con Cómeme, que también toma mucho tiempo. Hemos editado el primer disco de Ana Helder, de Rosario, Argentina, y también un simple del increíble Daniel Maloso, su primer simple completo, estamos editando en este momento un compilado de remezclas de “pop chileno” y luego también se viene el 12″ de Diegors. Para Otoño saldrá el primer álbum en cómeme que será de Rebolledo… También estoy trabajando junto a Avril Ceballos en traer músicos de México a tocar en Europa, con gente de sistemas sonideros, o con gente de lo que llaman el “Tribal” en Monterrey. Y en algún momento me pondré a trabajar en mi próximo álbum también, eso es seguro, y muy probable ya sea este año, tengo pensado editarlo en 2012.

MATIAS AGUAYO