Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Las diferentes disciplinas y ámbitos de creación son permeables para el artista brasileño Marlon de Azambuja (Curitiba, 1978). Empleándolos hábilmente consigue expresar y dar forma a sus pensamientos con resultados de mucha carga poética y sentido de humor. En su imaginario conviven multiplicidad de referencias formales e históricas.

Su experiencia intercontinental entre Brasil y España han actuado como disparadores de emociones contrastadas. Marlon sabe que el objeto no puede separarse de su contexto, ni las personas de sus entornos, y lo experimenta de manera cotidiana como ciudadano de a pie. Por eso sus obras son alusiones al espacio como entidad, a la ciudad y al hecho arquitectónico como imagen de poder al que somete a subversiones y descomposiciones.

De Azambuja realiza acciones en espacios públicos tan mundanos que nunca despertaría nninguna curiosidad en los transeúntes. Estas intervenciones con materiales ordinarios—como por ejemplo cinta adhesiva—centran su atención en la experiencia visual y sensible,una puesta en escena para aquellos que las presencian.

Su disposición a dejar que un espacio se exprese,que le inspire, ese dialogo intuitivo y la manera de improvisar con recursos accesibles son vehículos fundamentales en su proceso artístico, además reflejan su personalidad como creador. Su trabajo posee diferentes capas narrativas, conexiones que no se desvelan de manera inmediata, sino que plantean preguntas y abren rutas a diferentes posibilidades, eso sí,nunca de manera categórica o explícita.

Imagen superior: Retrato de Marlon de Azambuja. Foto María Platero

María Muñoz: Tu vida se ha desarrollado entre dos lugares a ambos lados de océano Atlántico y llenos de contrastes, dos continentes, dos países Brasil y España. ¿Cómo contribuyeron estos escenarios y esos contrastes a construir tu persona?

Marlon de Azambuja: Llegué a Madrid a principios de marzo de 2005 sin tener un plan —intenté ir a Londres pero no me dejaron pasar—ni muchos conocimientos de lo que me iba a encontrar. Evidentemente, en un principio fue chocante la diferencia de relaciones personales, espaciales, o temporales. Pero pienso que más allá de esas distintas formas de ver y entender el mundo, lo que más me ha marcado ha sido la experiencia como migrante, eso de estar verdaderamente lejos de tu familia y amigos, sin recursos, en una posición de inferioridad social y económica y empezar desde cero absoluto. Creo que es el aprendizaje más importante que he tenido. Hasta diría que es recomendable porque te ayuda a entender mejor cómo se forman las ideas sobre el otro. Además, también me ha dado muchas alegrías y encuentros inesperados, el mundo definitivamente está lleno de personas especiales.

M.M.: ¿Alguna vez has pensado como sería tu vida y por ende tu carrera si te hubiese permitido entrar en Londres? ¿Qué importancia ocupa el azar en tu obra?

M. de A.: Me gusta pensar en términos de entidades, en las ciudades o el propio universo cómo un personaje caprichoso con el que tienes que lidiar. Y lo digo porque al menos en mi historia personal, esa lógica cobra todo el sentido, poético claro, ¡pero ahí está! Por supuesto que hay mucha casualidad en mi trabajo, casi todas las cosas que he llegado a usar, una forma de hacer, una nueva tecnología inventada, provienen del azar. O sea, mientras entregaba panfletos en la calle pude observar ciertas cosas que usé mas adelante, mientras esperaba clientes en una tienda de fotografía, encontré rotuladores y cierto tipo de papel que utilicé años mas tarde. En esos términos prefiero admirar los accidentes que me condujeron hasta aquí, que pensar en qué habría pasado si hubiese logrado entrar en Londres de primeras, eso no estaba en mis manos.

M.M.: Tiene todo el sentido… Iniciaste tu andadura como artista hace casi 20 años (en los años 2000 sino me equivoco). Dos décadas en las que las dinámicas creativas han evolucionado muchísimo, especialmente hacia procesos transdisciplinares. ¿Cuál fue tu punto de partida?

M. de A.: En 1995 hice mi primera pintura y unos meses después participé en mi primera muestra colectiva en Curitiba. Empecé profundamente influenciado por los gustos de mi padre, Orion de Azambuja, que también es artista, aunque nunca ha ejercido del todo. Creo recordar que siempre buscaba que los cuerpos se movieran de modo diferente en mis exposiciones. Incluso cuando instalaba las pinturas, siempre había algo que intentaba escaparse y proporcionar otra experiencia al ojo… La verdad es que ni siquiera pienso en términos de transdisciplinariedad, no me siento escultor, o dibujante. Creo que aunque las obras puedan contener profundos intereses y comentarios dentro de áreas especificas de manifestación, lo que más me interesa es su potencialidad poética. Es por medio de la poesía que todas las informaciones políticas, formales, especulativas, etc. dan un salto en nuestra percepción para transformar las cosas en algo poderoso que nos abre las puertas a nuevas formas de entender y habitar el mundo. Por eso, las disciplinas sólo sirven en la medida que ayudan a proyectar, de forma más o menos precisa, nuestras obsesiones.

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espaciosNocturna, 2020

M.M.: Has dicho que tratas a los espacios (ciudades) en los que habitas como personas o entidades. Así que relatas tus experiencias con ellas casi en términos de relación sentimental, una relación de amor/odio. Creo que ese fue el caso de Madrid. ¿Eres de esos artistas en los que vida y obra son una misma cosa, totalmente inseparable, indisoluble?

M. de A.: Me gusta que vida y obra estén totalmente mezcladas, de hecho creo que es imposible escapar a esta conexión. En mi opinión todos las personas están profundamente vinculadas con sus vidas, en el sentido que sus contextos sociales y políticos están completamente arraigados en sus opiniones. No creo en la idea de una visión neutra y universal como punto desde donde hablar en nombre de la humanidad, sería un pensamiento cerrado y colonialista. Pero eso no quiere decir que me interese crear un personaje, de hecho rechazo bastante esta idea. A veces cuento historias para explicar una obra, únicamente porque en mi caso las cosas se dan así. Las ideas nacen en respuesta a situaciones de la vida misma y las comparto porque me parece la forma más honesta de relacionarme con las obras y con las personas.

M.M.: Cierto, una obra evoluciona con las percepciones del espectador. Siguiendo con el concepto espacio, que para ti tiene un sentido cósmico, en tus creaciones es muy importante analizar el espacio expositivo en sí, incluso forma parte de la obra. Incluso tienes trabajos sobre los espacios expositivos. Sin embargo, tu aproximación al espacio es a través de la arquitectura y el urbanismo, ¿es la tuya una visión puramente antropocéntrica? ¿Cuál es tu relación con el espacio natural, el ecosistema y sus variantes, tan de moda estos días en el campo artístico —no hay institución que se precie que no exponga estas temáticas—?

M. de A.: Bueno, no es que decida aproximarme desde la arquitectura o desde el urbanismo. Como casi siempre he vivido en grandes ciudades, éstas están siempre presentes. Modelan la forma como tu cuerpo habita el espacio, y el cuerpo es, al fin y al cabo, el espacio que me interesa, ya sea cuando visitas un museo o cuando te sientas en un banco en una plaza. No obstante, tengo desde hace tiempo trabajos paralelos que se relacionan directamente con la naturaleza, como Herencia o Nocturna. Creo que en la selva, por poner un ejemplo contrario a la idea de ciudad, se utilizan referencias espaciales diferentes a las que estamos acostumbrados. En estos momentos en los que occidente busca diferentes alternativas a los agotados modelos de sociedad existentes, me parece importante proporcionar el espacio para esas otras voces, esas otras miradas. Con ello no espero encontrar soluciones aplicables a nuestro mundo sin más… ya sabemos que la idea de pensamiento universal es equivocada. Pero sí que pueden inspirarnos alternativas para construir un nuevo camino con sentido en este mundo que habitamos.

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Potencial Escultórico, 2008/2009. Cinta adhesiva sobre mobiliario urbano

M.M.: Otro aspecto de tus observaciones sobre el espacio público y el uso de este por los poderes fácticos, te lleva a analizar las posibilidades de la escultura pública y el mobiliario urbano. Ese es el caso, por ejemplo, de Potencial Escultórico donde trabajas con elementos de mobiliario urbano modificados para convertirlos en escultura con pretensiones de monumento. ¿Que relación estableces entre el transeúnte o espectador y la escultura pública y o el monumento? Por ende, ¿qué relación pretendes crear, establecer o modificar en los que mirantus piezas? ¿Que tipo de reacciones o nuevas visiones esperas provocar?

M. de A.: Pues mira, Potencial Escultórico empieza efectivamente como respuesta a la idea de escultura pública, procurando generar formas efímeras de potencialidad que intrigasen al espectador y le invitasen a entrar en el juego de imaginar otras situaciones en su cotidiano. Es un ejercicio corpóreo, porque parte de la propia morfología de los elementos urbanos, pero me interesaba sobre todo esa aproximación no domesticada hacia un público que lo ve como un fenómeno sin explicación. A veces quitar el manto protector de “eso es arte” hace que se generen reacciones espontáneas que son imposibles de repetir en espacios de arte. No digo que este sea el espacio en el que más me interesa actuar: lo especial de este proyecto fue observar esas sorpresas en las personas que pasaban por la calle. O el hecho de que amigos —una vez habían visto uno o dos modelos— me propusieran lugares donde se imaginaban mis actuaciones, ya teniendo muy claro en su pensamiento la imagen que se iba a generar, es decir, visualizaban la intervención dónde no había pasado, ¡definitivamenteeso es lindo y poderoso!

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Potencial Escultórico, 2008/2009. Cinta adhesiva sobre mobiliario urbano

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Potencial Escultórico, 2008/2009. Cinta adhesiva sobre mobiliario urbano

M.M.: ¡Sí que lo es! Uno de tus proyectos más extensos y presentados en diversos lugares (EEUU, España, Alemania) es Brutalismo. Las referencias al movimiento moderno son constantes en tí, no solo a nivel arquitectónico sino también a nivel de materiales, caso de este trabajo. No en vano, Brasil es un referente de arquitecta moderna: Lina Bo Bardi, Oscar Niemeyer, Lucio Costa etc. ¿Dónde queda el propósito inicial de este ideario moderno que defendía que la función principal de la arquitectura y el diseño es crear una sociedad mejor, más justa y más democrática, con mejores condiciones de vida para todos? ¿Piensas que el movimiento moderno es un intento fallido o quizás inacabado —como muchos defienden—?

M. de A.: Brutalismo parte de la sencilla idea de aceptar la naturaleza de los materiales, algo propio de esa corriente arquitectónica, pero llevándolo a cabo de la manera más radical posible, que es exhibirlos sin ninguna función. Para que aquello sea arquitectura (es como me relaciono con esas obras) hace falta levantarlas en el aire. Me gusta pensar que la arquitectura es materia en suspensión, por eso decimos “levantar una casa”. La primera expo fue en Madrid. Luego me dí cuenta de que entre una ciudad y otra hay tanta diferencia de materiales, que me resultaba atractiva la idea de explorar otros lugares aplicando la misma lógica, pero con elementos locales. Mi generación creció con la convicción del fracaso de la utopía moderna, de hecho varios artistas nos acercamos a esos temas de forma más o menos directa: Marcelo Cidade, André Komatsu, Sara Ramo, etc. Personalmente creo que en Brasil es casi imposible que la modernidad no atraviese el pensamiento de las personas que nacen y viven allá, porque está en la base de la construcción de su identidad. Me interesa especialmente cómo todo este legado de pensamiento afecta nuestras formas de entender y posicionarnos en el mundo.

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Brutalismo, Berlín, 2020

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Brutalismo, Cleveland (USA), 2020

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Brutalismo, Santiago de Compostela, 2020

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Brutalismo, Buenos Aires, 2020

M.M.: Pasemos a tratar el formalismo y la razón en tu obra, características del propio movimiento moderno. Tu trabajo posee una estética y factura impecable, a menudo usas series y repeticiones. Aparte de la referencia moderna sobre el uso del hormigón, la monumentalidad y la herencia cultural, también están presentes en tu serie Catalogue Raisonné, inspirada enlas fotografias de Hilla y Bern Becher sobre la arqueología industrial europea. Viniendo de Brasil, ¿cómo interpretas la visión histórica y colonial eurocéntrica?, ¿y ese ímpetu por organizar y catalogar todo?

M. de A.: Más que una interpretación personal me interesa actuar sobre esos modelos de pensamiento que se auto asumen como neutrales y universales. Me encanta el trabajo de los Becher. Soy un profundo admirador de su obsesión y la llevo a cabo de la forma más radical posible. Ellos fueron más que artistas, fueron pensadores, creadores de la idea de objetividad en la fotografía de arte/arquitectura y es desde ahí donde me interesa trabajar. A primera vista lo que ofrezco es un borrado de la imagen, pero al acercarse un poco, se percibe que en realidad, se trata de una reconstrucción, pieza por pieza, ladrillo por ladrillo. Por medio de mínimas texturas en relieve, se vuelve a ver la imagen original cubierta de pintura negra. Es un gesto antropófago, que ofrece otra forma posible de entendimiento de esa imagen, pilar del pensamiento fotográfico europeo. Piensa que la historia del arte en Latinoamérica fue hasta hace muy poco, también la historia de las publicaciones de arte. Devolver a Europa ciertas imágenes resignificadas desde el pensamiento en los márgenes, es una práctica poética y política importante para ellos y para nosotros, que además ayuda a mejorar el diálogo entre todos.

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Catalogue Raisonné, 2017. Vista completa de páginas intervenida

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Catalogue Raisonné, Water Towers, 2017Vista completa de páginas intervenida

M.M.: Hablando de colonialismo, ¿qué piensas de los movimientos que alzan su voz en estos momentos para exigir la “restitución de bienes culturales”, la devolución del patrimonio extraído durante la época colonial a sus países de origen? ¿Qué sentimientos y relación tienes con nuestro vecino Portugal, país que colonizó y expolió Brasil durante siglos?

M. de A.: Recientemente tuve la oportunidad de participar en un viaje/residencia con la Fundación Flora en Colombia. Un grupo de artistas y comisarios nos adentramos en la selva del norte de Colombia para explorar las complejidades de este territorio, y establecer contacto con los pueblos originales de esta región. Allí entendimos que en el caso de ciertas culturas americanas, no sirve de mucho que los tesoros vuelvan a sus países de origen, porque de nuevo estarían encerrados en instituciones locales. No obstante, ellos proponían una idea simple y preciosa: que los museos exhibiesen replicas perfectas de esos artefactos, mientras que los originales podrían regresar para cumplir su funcionalidad cosmológica estando cerca de la tierra, de los ríos, etc. Me parece una idea poderosa.

Cuando el incendio en el Museo Nacional de Rio de Janeiro escuché ciertos comentarios que afirmaban la importancia de que ciertos países con capacidad económica atesorasen los bienes culturales de la humanidad. Unos meses más tarde se quemó Notre Dame. ¡¡La Notre Dame de París!!! Así que, por complejo que parezca, creo que las riquezas culturales deben estar donde tengan más sentido, y eso suele ser en su lugar de origen. En cuanto a Portugal, mi sensación es la misma que frente a Europa. Hay que avanzar paso a paso en la supresión de las prácticas colonialistas, de la misma forma que es necesario que nos libremos del racismo, del machismo y de todas las fobias que tenemos para con el otro. Y esto es trabajo de todos.

 

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Techo Estrellado, 2011. Placas del techo desplazadas. Vistas en 11ª Bienal de Cuenca, Ecuador

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Techo Estrellado, 2011. Placas del techo desplazadas. Vistas en 11ª Bienal de Cuenca, Ecuador

M.M.: Después de este inciso, volvamos a elementos formales: los materiales. Te interesa el uso de materiales comunes y populares —opuestos a los llamados materiales nobles utilizados históricamente en las bellas artes—. Utilizas pladur (Techo Estrellado); la técnica del gotelé (Circuito); o cinta aislante, todos con referencia a temas de temporalidad y lo efímero. ¿Cómo nace esa inquietud?

M. de A.: Pues en principio nace de la precariedad material. Casi todos los materiales con los que he trabajado en mis inicios tenían que ver con mis posibilidades. La calle como espacio también era de los pocos lugares a los quetenía acceso para presentar mi trabajo. Dejando atrás el tema necesidad, posteriormente me di cuenta de que el uso de esos materiales muchas veces conectaba con los visitantes a niveles que solamente la ausencia de aura artística puede proporcionar. El gotelé en Circuito mezclaba la estructura con la sala donde estaba, dando la impresión de que era un elemento original del lugar. Techo Estrellado no es más que una reorganización de los materiales que ya estaban allí, presentándolos en otra forma y funcionalidad. La cinta de Potencial Escultórico en la calle confunde el gesto escultórico con el “mantenimiento” del espacio. Lo efímero para mi está conectado con la idea de generar esos momentos sensoriales. Me importa el gesto, para mí es mucho más interesante que el objeto en sí mismo. Es irrelevante que dure unas horas o meses, pero sí que active el cuerpo y el pensamiento de quienes se detienen a experimentarlo.

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Circuito, 2018. Alteración arquitectónica sobre entrada del espacio

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Circuito, 2018. Alteración arquitectónica sobre entrada del espacio

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Circuito, 2018. Alteración arquitectónica sobre entrada del espacio

M.M.: Y si hablamos de experienca, me llama mucho la atención tutrabajo Cuerpo Presente, en el Espacio Cultural El Tanque de Tenerife. A mi parecer, aquí hay una mezcla de intenciones: por una parte la constante tuya del espacio, y por otra, en esta instalación amplificas y activas el pensamiento sobre la modificación de la naturaleza por parte del hombre. La instalación muestra un entorno natural, salvaje y oscuro, una experiencia visual y sensible donde el espectador es crucial, pareciera que quisieses facilitarle un reencuentro con algo ¿cuál sería ese reencuentro?

M. de A.: Pues este proyecto es también muy especial para mí. Lo realicé gracias a la invitación de la comisaria Dalia de la Rosa para pensar y activar este espacio tan curioso. La verdad es que es imposible generar mediante fotografías, videos o relatos una idea de todo lo que allí pasaba a nivel físico. Quizás sea de mis eventos más sensoriales. La importancia de la presencia era tanta que lo llamamos Cuerpo Presente.Lo que hicimos fue encajar 1600 enormes hojas de platanero entre las columnas del espacio y llenarlo de niebla artificial. Estuve toda la inauguración —unas 4 horas— caminando por la sala sin hablar con nadie, generando sonidos a través del impacto de una barra de metal con las paredes y suelos, que reverberaban varios segundos antes de desaparecer. Esa pérdida de referencia espacial —se entraba dentro pero parecía que salias al exterior—, se mezclaba con una sensación de futuro post apocalíptico, construyendo un paisaje enigmático donde el cuerpo absorbía sensaciones difíciles de clasificar. Ciertamente la obra tiene amplias capas de lectura, entre ellas la idea de agricultura impuesta, como es el caso de los plátanos en Canarias, que ni son propios del lugar, ni tendrían viabilidad económica o cultural, ya que hasta la tierra donde se cultivan viene de fuera. Por eso, el primer impulso que llevó a la realización de esta idea fue generar un espacio donde absorber las sensaciones que éste ofrecía y pensar este lugar desde nuestro cuerpo.

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Cuerpo Presente, 2017 

M.M.: Enlazando con esta idea de la colonización de todo tipo de vida por parte del hombre. Otra de las constantes del presente es el exarcebado uso de la tecnología en nuestro día a día. Vivimos en un mundo altamente digitalizado. Con tu interés en la espacialidad, las tres dimensiones y la relación cuerpo-espacio-tiempo; en un futuro ¿tienes pensado aproximarte a las últimas tecnologías en tu trabajo —me refiero al uso de simulaciones 3D, computer graphics o realidad virtual—?

M. de A.: Ya he hecho muchos proyectos en los que he utilizado tecnologías digitales, ya sea para animaciones o en forma de renders para la construcción de objetos complejos. Personalmente me interesala Inteligencia Artificial, pero a la hora de poner cuerpo a las cosas, la verdad es que me gusta trabajar con la escala física humana, en el sentido de que aprecio la poética que existe en las manos haciendo cosas. Me mantengo abierto, es posible que hablemos dentro de diez años y tenga que contestarte de una forma completamente distinta.

M.M.: Abiertos debemos estar todos a cualquier opción. Por ejemplo, ahora precisamente, en este momento histórico que estamos viviendo con la pandemia provocada por el coronavirus. ¿Para ti hay un antes y un después?

M. de A.: Pues aún estoy formando mis opiniones respecto a este tema, así que me parece pronto para medir el impacto del virus en nuestras vidas. Todavía estamos de lleno en ello y sin posibilidad de previsión segura sobre el futuro. Te puedo decir que de momento, para mí los cambios generados han servido para acelerar ciertas ideas que tenía sobre la forma de cómo me interesa estar en el mundo. Creo que el arte como herramienta de apertura del pensamiento se torna fundamental si queremos buscar verdaderamente alternativas, porque es de los pocos espacios existentes que pueden escapar a la lógica capitalista. Y me parece importante imaginar, para luego construir, un mundo donde lo humano sea prioridad frente a lo económico.

M.M.: Para terminar, háblanos de tus proyectos, ¿en qué andas en este momento?

M. de A.: Recientemente participé con un grupo de amigos en un proyecto muy especial que parte de una conversación con la artista Ángela Jiménez Durán para convertirse en un evento colectivo completamente horizontal llamado Aragón Park. Tomamos un edificio de oficinas en construcción, posteriormente abandonado en 2004 para crear un espacio efímero de experimentación. 24 artistas trabajamos con los materiales que había allí o reciclando viejos materiales de estudio. Se establecieron diálogos con la vida cultural que ya existía en el edificio —grafitis, raves—, sin más pretensiones que generar un momento plural donde cada uno se confrontaba con su trabajo de forma honesta y directa. El resultado fue mágico, casi la totalidad de las obras eran momentos efímeros. El acontecimiento tuvo una acogida sorprendente por parte del público, muchísima gente visitó el lugar, ¡lindo realmente! Me parece importante desarrollar alternativas en las que se pueda experimentar al margen de las cuestiones económicas, esa idea de arte como una experiencia física, que proviene de la necesidad humana y no de un sistema cultural profesional. Pienso que es importante pensar que es lo que queremos del arte y actuar en consecuencia.

Marlon de Azambuja. Entrevista al poeta de los espacios

Lecciones de Pintura, 2013-2018. Polvo de pintura y plantilla arquitectónica sobre papel