Ca L’Amo es uno de los últimos proyectos residenciales del arquitecto Marià Castelló, una vivienda respetuosa con el medioambiente en una zona forestal icónica de pinos y sabinas de Ibiza. La vivienda está formada por cinco volúmenes rectangulares de distintos tamaños comunicados con el paisaje. Está diseñada con criterios sostenibles y totalmente integrada en la orografía de la zona.
La parcela, con más de 42.000m2, contaba con una zona de topografía abancalada mediante muros de piedra, que antiguamente se utilizaba para la actividad agrícola. El arquitecto ha proyectado la vivienda aprovechando una de estas zonas ahora en desuso por el abandono de la actividad agrícola, ubicándola en una zona plana de la parcela delimitada por dos de los muros ya existentes. Esto ha condicionado su diseño y la disposición de los cinco módulos de la vivienda, que sólo ocupan las zonas planas dejando el resto en su estado natural respetando el entorno natural e integrando la vivienda en el entorno sin intervenirlo. La longitud de los volúmenes está condicionada por la profundidad del bancal en el que se asienta la vivienda, integrándose completamente con el hábitat. Una vivienda – retiro espectacular para aislarte del mundo.
Las fachadas son ventiladas y transpirables, y en ellas se han implementado sistemas bioclimáticos con una disposición concreta de las aberturas que generan la circulación del aire por el interior. Se aprovechan también las sombras de la vegetación del entorno y el agua de lluvia, que se almacena en una gran cisterna. Con esto el Marià Castelló consigue una vivienda casi autosuficiente en términos de agua y ventilación. Los volúmenes, bloques rectangulares de distintos tamaños como si fuesen contenedores, se conectan entre sí mediante cajas de luz enmarcadas por grandes cristaleras desde donde se puede disfrutar del entorno.
Los cinco volúmenes están claramente diferenciados, y entre ellos se ubican los espacios sociales. Están conectados visualmente entre ellos y a su vez con el paisaje. Los tres primeros volúmenes integran el programa para la familia, una familia grande con una intensa actividad social. El cuarto se destina a una amplia zona de sombra exterior, mientras que el quinto es un anexo con acceso independiente para invitados. Entre el cuarto y el quinto volumen se encuentra la piscina. Las carpinterías exteriores al igual que las interiores son de madera laminada, unificando su diseño, creando una continuidad exterior-interior y una armonía material.
Para su diseño se han utilizado materiales naturales, sobre todo la madera, y se ha construido con sistemas constructivos en seco, que generan menos residuos. La estructura de paneles de madera contra-laminada del exterior se ha dejado vista en el interior, y así sólo había que construir un mismo elemento para la estructura y el acabado. “Una actitud de sinceridad constructiva, pero que a la vez genera confort y calidez ambiental”, explican desde el estudio. Los pavimentos interiores, revestimientos de zonas húmedas, piscina y terrazas son de piedra natural caliza con distintos formatos y acabados.
En el interior, los espacios están pensados para facilitar la fluidez de movimiento por el interior. La mayoría de los muebles se han diseñado a medida para el proyecto. También se han utilizado piezas contemporáneas como las piezas de la colección Na Xamena, diseñada por José Gandía Blasco y Ramón Esteve para la terraza o mobiliario de la colección D12 diseñada por el propio arquitecto Marià Castelló y Lorena Ruzafa para Diabla Outdoor.
__
www.m-ar.net
@mcastello_arch
__