Lydmor & Bon Homme son un dúo formado por Tomas Høffding (cantante y bajista de la banda danesa WhoMadeWho) y Jenny Rossander (desde aquí para abajo Lydmor), una jovencísima sirena inconformista salida del underground de Copenhague que con sus letras y voz nos trae a más de uno por la calle de la amargura.
Los dos bien arrejuntaos acaban de lanzar un álbum de debut, “Seven Dreams Of Fire” (hfn music), que es una pura bendición para acabar contentos un tramo final de 2015 que madre mía, vaya si se está haciendo cuesta arriba, sobre todo si somos de ver el Telediario. Sintetizadores, pop, actitud y canciones deliciosas con la inconfundible buena impronta que suelen dejarnos siempre desde los países nórdicos.
Vale, lo que acaba de editarse es un álbum debut, pero la verdad es que todo está tan bien ensamblado, maquinado… ¿desde cuándo lleváis desarrollando este proyecto?
Hace que nos conocemos como unos tres años, durante todo este tiempo los dos hemos estado generando música de una manera gradual, poco a poco, sin prisas y a ser posible cuando estábamos juntos. Una vez que percibimos que ya teníamos suficiente material nos metimos de lleno en la construcción del álbum. Para ser más exactos, este paso definitivo lo dimos a mitad del 2014.
Contadnos por favor el concepto que ha dado vida al LP.
El concepto del disco se basa de algún modo en la transformación. En un sueño donde se buscan cambios de humor constantes, algunos de ellos muy salvajes. En este trabajo tienen cabida tanto cosas del pasado como del futuro. Los dos nos consideramos personas muy definidas, pero al mismo tiempo bastante distintas. Vivimos en dos etapas de la vida que nada tienen que ver, percibir eso es emocionante ya que lo consideramos una fuente inacabable de inspiración. Con esa emoción, con esa inspiración hemos cimentado este LP. Un distanciamiento de personalidad que luego se queda en nada cuando nos juntamos a componer, todo fluye a las mil maravillas… Será que al final no somos tan distintos al fin y al cabo.
Me encantó ese vídeo casero donde aparecéis los dos rompiendo el plástico que envuelve el cartón del disco, el primer ejemplar que caía en vuestras garras…
Es una sensación tan especial eso de tener en tus manos por primera vez el formato físico tras tantos meses de trabajo… Llevamos años de nuestras vidas persiguiendo esto mismo, y por fin lo tenemos. Ese instante que comentas, ese video poca mentira guarda, el único ‘envoltorio’ es el del disco. Nos emocionamos mucho cuando por fin nos llegó el paquete con la copia, poder palpar ese vinilo con la yema de los dedos, tanto esfuerzo se había materializado en algo real.
Alguno de vosotros debe ser un enamorado de los 12” o LP’s ¿me equivoco?
(Jenny) Yo no crecí en un entorno familiarizado con la música, me explico, al menos en ese tipo de formato. “Desgraciadamente” y posiblemente porque aún soy muy joven. Puedes imaginarte lo excitante que resultó para mí que el año pasado decidí por fin comprarme un tocadiscos. La primera vez que lo enchufé era como una niña con zapatos nuevos. Indescriptible el desvirgarme experimentando con mis dedos, cogido con mucho cuidado por cierto, aquel primer álbum que me compré en una tienda de discos era el “In Colour” de Jamie XX. Fue un mar de placer echarme en el sofá y escuchar todos los surcos de principio a fin. A partir de ese mismo instante comencé a coleccionarlos, y sabes qué, me encanta. Si la gente percibe unas sensaciones similares a las que yo viví, puedo llegar a entender muy bien, intuir por qué el vinilo ha regresado y está tan fuerte últimamente. Mucha juventud como yo está descubriendo por primera vez lo que significa ‘ser dueños de la música’.
He leído que algún que otro periodista musical compara vuestra música con la de artistas como Kate Bush, Roxy Music, Italians Do It Better, HVOB o SBTRKT ¿Qué pensáis de todo ese tipo de comparaciones?
(Risas) Resulta tan divertido descubrir lo que la gente piensa, cuantísimo les gusta rápidamente relacionar tu sonido con el de otros artistas. Sinceramente no estamos para nada obsesionados en acabar encerrando en una caja nuestra música, todo aquello que nos ha gustado siempre, no nos marcamos a nada en concreto. La creatividad es mucho más que eso. Es algo muy divertido y cosas como esas la pueden aniquilar de golpe. Sería un craso error componer nuestras canciones pensando en géneros musicales, épocas o cualquier otro tipo de referencias.
Decidnos al menos algún artista que, aunque sea indirectamente, pueda ser motivo de inspiración.
Solemos escuchar de todo. Artistas de cualquier calaña, incluso nos solemos intercambiar descubrimientos. Caribou, Tame Impala o Connan Mockasin son bandas por ejemplo que nos ponen a cien cada vez que las oímos.
Hablemos un poco sobre la escena musical nórdica. Citadnos algún sitio de referencia, uno al que si viajamos para allá, es obligado visitar.
Sin dudarlo un solo segundo me lanzo de cabeza y os menciono a VEGA. Tenéis que conocerla, una sala de conciertos en Copenhague la cual consideramos uno de los mejores lugares para escuchar música. Este es el local además donde Tomas, en un camerino a rebosar de gente durante una after-party, me apuntó con el dedo y dijo “¡Vamos a hacer música juntos!”. Nada menos que el verdadero inicio de nuestra aventura musical.
¿Algunas bandas o artistas a los que no perder de vista? ¿Jacob Bellens por ejemplo?
Por ejemplo. Ah, la verdad es que hay tantísimos… Desde Taragana Pyjarama, First Hate, Communions hasta The Entrepreneurs… Todos ellos forman parte de la nueva ola, proyectos que nos encantan a los dos.
(Bon Homme) eres además bajista y vocalista de WhoMadeWho ¿cómo te lo montas para llevar a buen flote ambos proyectos a la vez? Eso de remezclar ¿qué tal lo dominas?
(Risas) Um, no lo sé, dímelo tú ¡Sácame de esto! No, que va, lo cierto es que combinar ambas cosas es bastante duro, al menos desde un punto de vista logístico. Los conciertos y lanzamientos de discos siempre son un rompecabezas para mí. Me veo caminando sobre un fino alambre para no jorobar nada, ni a nadie. Por el contrario, en el apartado creativo es muy excitante, mucho más sencillo. Una cosa alimenta a la otra, el navegar con ambos barcos no me aporta otra cosa sino más y más energía. Es curioso, pero veo más claramente las cosas cuando me encuentro en el lado opuesto, no sé si me pillas, cuando estoy con WhoMadeWho contemplo mejor a donde quiero ir como Bon Homme, y viceversa. Soy uno de esos tíos que lo quieren hacer y tener todo. A ser posible, al mismo tiempo. Me encanta enfocarlo de esta forma, musicalmente consigue que la llama nunca se extinga. En este álbum he podido expresar unas cosas de mí, y en otro trabajo compuesto con la banda puedo dar riendas sueltas a otras ideas ¿no es perfecto? Y bueno, referente a lo de “remezclador”, no sé la verdad, he realizado algunas remezclas, un proceso que encuentro como algo muy divertido, pero con la mano en el pecho me veo mucho más como cantante, compositor y productor. Tengo claro que para nada soy un DJ, muy pero que muy claro.
(Lydmor) sé que en solitario has salido a tocar por muchos lugares, según tu opinión ¿cuál fue ese sitio más idílico que jamás olvidarás?
Pienso que ha debido ser en Hanoi, Vietnam. Es una ciudad tan fascinante, tanto por la belleza de sus edificios antiguos, las cocinillas a pie de calle, tanto mogollón de gente deambulando por las carreteras transportando flores, o a sus novias, o animales… También por el clima y la fastuosa naturaleza que rodea la ciudad por todos lados. Mira que actué en un bar bastante pequeño, tampoco es que hubiese demasiado público y la luz que tenía como compañía en el escenario era una bola disco venida a menos con el paso de los años… pero aún con todo eso ¡Me encantó la experiencia!
Vaya, mucho me temo que alguno por ahí os han comparado con “Bonnie & Clyde”. Es vuestro momento de tomar represalias… o no.
Bonnie & Clyde sería probablemente una buena comparación. Somos ‘compinches’, nos asociamos a la perfección de muchas maneras, pero principalmente en dos: en el estudio y sobre el escenario. Cuando estamos juntos en el escenario, algo muy surrealista y hermoso sucede, es difícil de describir con palabras. Es algo parecido a convertimos por un rato en dos muy buenos amigos de la infancia jugando juntos, resultando el público nuestro juguete favorito.
Sensualidad, luces y sombras, synthpop & neo-disco… vaya fórmula ¿no? Como que mola ¿verdad?
Esperemos que así sea (risas)
Cuatro razones por las que no debemos perdernos vuestros shows en directo.
-Tomas es muy buen bailarín.
-Jenny se acerca tanto al público que se puede decir que se pega a él, literalmente.
-Ya que los dos somos de emocionarnos y dejarnos llevar mucho por la música, cada directo es distinto a cualquier otro.
-Una oportunidad perfecta para bailar (y no solo para Tomas)