El 6 de septiembre se estrena su última película “Estación Rocafort”. Luis Prieto estudió cine en Hollywood donde ha dirigido taquillazos como “Kidnap” con Halley Berry o “El engaño” con John Malkovich.
Fue nominado al Goya al mejor corto de ficción con “Bamboleho” y dirigió el taquillazo italiano, “Ho voglia di te” (tengo ganas de ti). Mientras tanto, ha rodado episodios para diversas series como “StarUp” (número 1 en Netflix), “Vampire Academy”, “White Lines” o “Snatch”. El 6 de septiembre se estrena su última película “Estación Rocafort”. En la actualidad, vive entre Londres, Los Ángeles y Madrid.
Foto superior: Sarah Webster
El próximo 6 de septiembre estrena su próxima película, esta vez 100% española, “Estación Rocafort” protagonizada por Natalia Azahara y Javier Gutiérrez.
Una cinta de terror que se adentra en las entrañas del metro de Barcelona de la mano de Laura (Natalia Azahara), una joven que hace poco ha empezado a trabajar allí. Le han asignado la vieja y tranquila estación Rocafort, pero no tardará en descubrir que esta parada alberga una leyenda que la empezará a perseguir: allí ha muerto mucha gente en extrañas circunstancias a lo largo de los años y nadie parece estar interesado en saber la verdad. Laura pedirá ayuda a Román (Javier Gutiérrez), un curtido expolicía que alberga sus propios demonios relacionados con el caso de Laura y que tratará de averiguar qué es lo que está pasando. Poco a poco, Laura descubrirá que sea lo que sea que pasa allí abajo sigue sucediendo y no va a quedarse en la estación Rocafort. Irá a por ella, y a por todos los que la rodean.
Hablamos con Luis Prieto de esta aventura cinematográfica y de cómo es volver a rodar en el país que le vio nacer.
El 6 de septiembre se estrena su última película “Estación Rocafort”. Háblenos un poco de ella. ¿Qué referencias ha tenido a la hora de abordar este proyecto? ¿Cómo surge la idea de llevarla a cabo?
“Estación Rocafort” surge cuando el productor Adrián Guerra me llamó para proponerme dirigir una película sobre la leyenda negra del metro de Barcelona. Llevábamos tiempo intentando hacer algo juntos, pero por un motivo u otro nunca terminábamos de encontrar el momento oportuno, y esta vez parece que tuvimos más suerte. La idea de hacer una película de terror me apetecía mucho (después de todo, esos fueron mis inicios en el cine, rodando películas de terror mudas en Super 8mm a los 12 años). Aunque había una primera versión del guion, decidimos darle una vuelta para atar bien todos los cabos y traer elementos del thriller psicológico a la historia de terror. Y la verdad es que a todos les emocionó ver cómo la historia creció y cómo logramos contar la leyenda negra del metro de Barcelona.
“Luis Prieto aparca Hollywood para meterse en las leyendas oscuras del subsuelo junto a Javier Gutiérrez y Natalia Azahara” Crónica directo. Es cierto que el rodaje de “Estación Rocafort” ha tenido unas cuantas anécdotas. ¿Nos puede desvelar algunas?
Cuando bajamos por primera vez a las vías del metro, lo hicimos de día en una zona donde no transitaban trenes. Aunque te han asegurado mil veces que por allí no va a pasar ningún convoy, como todas las vías están de alguna manera conectadas y hay túneles paralelos por todas partes, se escuchan trenes que se acercan, lo que hace que parezca que te los vas a encontrar de frente en ese oscuro túnel por donde te has metido (aunque en realidad el sonido del convoy viene de algún otro túnel cercano).
Por una parte, hay algo muy relajante en estar en el subsuelo de Barcelona, imagino que te quedas embriagado por su silencio, pero cuando comienzas a oír la vibración de las vías, los chirridos de las ruedas y el pitido de un tren que crees viene hacia ti ….
Es bastante “incómodamente” impresionante.
Luis Prieto y Natalia Azahara.
Y a la vez esa experiencia a las tres de la madrugada es terrorífica. Una noche, algunos miembros del equipo creyeron ver a alguien caminar a lo lejos, perdido en la oscuridad del túnel. Hubo una mezcla de reacciones… Por una parte, estaban aquellos que, como Javier, sonreían escépticos, y otros, como Natalia, que pegaban saltitos de nerviosismo. La sorpresa fue cuando el responsable de Transportes de Barcelona que nos acompañaba nos comentó que seguramente fuese “algún grafitero” y que no era la primera vez que ocurría. Incluso comentó que en alguna ocasión se han encontrado con el cadáver de alguien que se coló por la noche y se perdió… Parece imposible que alguien se pueda perder en los túneles del metro, pero el metro de Barcelona cubre una distancia de 150 km, ¡es la distancia entre Barcelona y Andorra! ¡¡A oscuras eso es escalofriante!!
Ha trabajado mucho en España para la industria cinematográfica norteamericana. En esta ocasión, “Estación Rocafort” es 100% española. ¿Qué diferencias observa entre una manera de trabajar y otra?
Quizás la diferencia más inmediata es el idioma. Por primera vez no se hablaba inglés en el set de rodaje. Pero quizás la distinción más importante es cultural. En los proyectos norteamericanos que he rodado en España, donde el equipo técnico era español e inglés, siempre había una convivencia de dos culturas y, consecuentemente, dos maneras diversas de trabajar, lo que a veces mantenía a todos en vilo. En esta película todos estábamos en la misma onda y creo que eso permitió una fluidez que a veces no se encuentra en otros rodajes.
Ha sido responsable de grandes éxitos cinematográficos como Secuestrado con Halle Berry, El engaño con John Malkovich o la italiana, Ho voglia de te…. Parece que Luis Prieto es un Rey Midas…
Jajaja… bueno, tanto como eso… Sí es cierto que algunas de mis películas, aun siendo “pequeñitas”, han funcionado muy bien en taquilla y es la proporción entre lo que han costado y el éxito en el box office lo que realmente ha hecho que varias de mis películas hayan sido un gran éxito.
¿Qué cree que tiene que tener una película para llegar a ser un éxito de taquilla?
Bueno, en mi opinión, una película necesita personajes que, como espectador, me importen y con los que pueda conectar, aunque no me gusten como personas. Luego, la historia tiene que ser interesante. Si, además, la película está bien rodada, bien hecha, en mi opinión, ya tiene todo lo que necesita para tener éxito. Ahora, hay que asegurarse de que el público sepa que la película existe, para que pueda ir a verla.
No basta con que sea una buena película, la gente tiene que saber que esa película existe y se puede ver en algún sitio. Y, por último, hay que tener clara la proporción de la que hablaba antes: una película que cuesta 100 millones es un fracaso si recupera solo 150 millones. Una película que ha costado 10 millones es un exitazo si en taquilla hace 35 millones, como fue el caso de mi película Secuestrado con Halle Berry.
Se mueve como pez en el agua en los thrillers, tampoco se ha desenvuelto nada mal en la comedia romántica, pero “Estación Rocafort” es terror. ¿Qué es lo que más le ha gustado de rodar en este género?
Uno de los motivos por los que me apetecía hacer una película de terror era porque “Estación Rocafort” me permitía experimentar con ideas que había estado acumulando en mi repertorio como director, pero que aún no había tenido la ocasión de usar, pues no tendrían sentido en un thriller, drama o comedia romántica. Me refiero al lenguaje cinematográfico, que obviamente tiene su propio registro en el cine de terror.
Hay algo maquiavélico en hacer películas de terror; como director, tu trabajo es asegurarte de que el público se sumerja en la historia, solo para hacerles sufrir durante toda la película.
El horror, la experiencia de tener miedo, es un mecanismo básico de supervivencia que, afortunadamente, no nos encontramos con frecuencia en los tiempos modernos. Sin embargo, el cine de terror nos transporta a ese mundo primitivo donde el miedo era un compañero constante y algo crucial para mantenerse con vida. El cine de horror toca nuestras ansiedades más profundas y desencadena la respuesta de lucha o huida, todo dentro de los confines seguros de una sala de cine. El placer de sentir miedo, sabiendo que estamos a salvo, es a la vez emocionante y catártico. Y el espectador de “Estación Rocafort” comprobará que no le defraudamos.
Usted lo ha hecho a la inversa. Triunfa en la industria más difícil del cine, Hollywood, para seguir cosechando reconocimiento en Europa. ¿Qué le dicen sus coetáneos? ¿Nos puede dar las claves para seguir sus pasos?
Jajaja. Creo que no hay recetas ni mapas de carretera que pueda compartir. La única clave que puedo sugerir es que para que algo suceda, hay que proponérselo primero, trabajar, ser constante, no perder el norte y tampoco tirar la toalla al primer revés. La vida de un director no es un sprint, sino un maratón. Háblenos de su próximo proyecto. Demasiado secreto para compartirlo aquí. Director de cine de referencia. Muchos: Martin Scorsese, Sergio Leone, William Friedkin, Jean-Pierre Melville, Christopher Nolan, Park Chan-wook, Luchino Visconti…
¿A qué actores le encantaría dirigir en su próximo proyecto cinematográfico?
Javier Bardem y con mi gran amigo Cosimo Fusco.
¿Cómo se definiría?
Géminis para lo bueno y lo malo
Mójese por un género a la hora de defenderlo detrás de la cámara.
Thriller de autor.
Si se fuera a una isla desierta ¿qué tres cosas llevaría?
Un acompañante, un libro y un billete de regreso.
Un libro de cabecera.
Pedro Páramo.
La peli que hizo que se encomendara al Dios del celuloide.
2001: Odisea en el espacio.
Recomiéndenos una película para mitigar las penas del alma.
Miracolo a Milano de Vittorio De Sica.
Como buen viajero que es, ¿Qué selección de pelis propondría en los vuelos intercontinentales?
Para un vuelo Madrid-Los Ángeles propondría un maratón de seis clásicos de terror de mi infancia: The Shining, Friday the 13th, Poltergeist, Alien, Halloween y The Exorcist.
¿Su lista de deseos es muy larga?
Depende del contexto.
Un sueño por cumplir.
Dormir 8 horas al día.
Una adicción.
The Criterion Channel.
Filias/Fobias.
Mejor no hablar…
Me queda por aprender.
Mucho.
La peli que nunca me canso de ver y ver.
Estación Rocafort.