Nicolas Guesquière presenta la nueva colección womenswear de Louis Vuitton SS20. La gran casa de moda de lujo francesa vuelve a sus orígenes tomando como inspiración La Belle Époque como uno de los periodos más emblemáticos de la ciudad de París
La fundación de Louis Vuitton en 1854 se enmarca en uno de los mejores momentos de la ciudad de París años antes del Primera Guerra Mundial. En esta ocasión, Nicolás Guesquière, director creativo de la firma, ha querido inspirarse en La Belle Époque para hacer un homenaje a los orígenes de la firma de lujo francesa. Tiempo ha pasado ya de cuando la casa se dedicaba exclusivamente a fabricar marroquinería de lujo hasta que Marc Jacobs entró como director creativo y se comenzó con los accesorios y las colecciones de prêt-à-porter. Desde aquel momento hasta ahora Louis Vuitton se ha mantenido firme en la industria como una de las marcas de referencia en el mercado de lujo mundial.
La nueva colección de Louis Vuitton SS20 combina estilos y géneros con cierto aire dandi que refleja esa inspiración en la elegancia y la finura de la burguesía asidua a los orígenes de la firma. Con esto, lo que Nicolás Guesquière declara es que vivimos en una “nueva Belle Époque” y así lo refleja en los 47 looks de la colección llenos de una mezcolanza equilibrada de elementos clásicos con otros más modernos.
Durante La Belle Époque, como suele ocurrir en la mayoría de las épocas, una nueva corriente artística surgía y se asentaba con ciertas variaciones según la localización. En España lo conocimos como Modernismo, pero en París fue denominado Art Nouveau y por ende, las prendas de esta nueva colección de Louis Vuitton SS20 también beben de esta gran corriente artística.
Tonos muy vivos en vestidos, faldas y chaqueta y también una mezcla infinita de texturas y estampados que hacían ese contrapunto con las siluetas clásicas de las prendas. Este mix entre el estilo burgués y la revolución que supone la moda moderna se equilibraba en cada uno de los looks presentados para esta colección womenswear.
El desfile se desarrolló en el interior del Museo del Louvre de París y la banda sonora corrió a cargo de la artista SOPHIE que interpretó su tema ‘It’s Ok to Cry’ a través de una gran pantalla situada en el fondo de la pasarela.