Los zuecos Diorquake nacen en los años 50, y Maria Grazia Chiuri los recupera en la colección Dior Otoño 2022.
Los zuecos Diorquake son parte de la historia de la moda. El diseño original se presentó por primera vez en 1954, justo cuando 2 de los más grandes creadores del siglo XX colaboran: Un diseñador y un zapatero, Christian Dior y Roger Vivier. Un equipo que hizo mucho más que tacones de aguja.
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El zueco ha pasado de convertirse en un calzado de trabajo rural, desde tiempos inmemoriales, a ser un símbolo de estilo dentro de la cultura folk a partir de los años 60. También se alzó como un icono del feminismo en la segunda mitad del siglo XX, cuando mujeres dejaron de necesitar stilettos para mirar a los hombres por encima del hombro. Le bastaba unos zuecos, y eran mucho más cómodos. Dentro de esa revolución folk, pacifista y feminista, los zuecos se convirtieron en el calzado del momento. Nacía, también, en esos años el fenómeno de la Cultura Juvenil. Una generación que fue bautizada por Diana Vreeland, editora jefe en Vogue por aquel entonces, como Youthquake, algo así como “terremoto juvenil”. Un término recuperado para dar nombre a esta colección de alma juvenil protagonizada por unos zuecos con historia, Diorquake, “terremoto Dior”.
Sin duda, el zueco es el calzado de tendencia en estos momentos. Ninguna colección que se precie sale a la pasarela sin subirse a unos buenos zuecos. Y los de Dior son de los mejores. Los modelos que os presentamos aquí son diseños de Maria Grazia Chiuri para la colección Dior Otoño 2022. Los zuecos Diorquake están producidos en los talleres italianos de la Maison francesa y respiran el savoir-faire de la casa. La estructura de madera se talla a máquina antres de ser lijada meticulosamente y coloreada a mano. En combinación con caucho, la suela de doble material garantiza una pisada cómoda, segura y ligera. Además, tienen el toque retro de las tachuelas que sujetan el empeine de cuero. Y, por supuesto, no falta la firma “Christian Dior Paris” en el talón. Y se presentan en formato cerrado y abierto, con diversos colores. Nuestros favoritos, el amarillo y rosa fluorescente.
