Hace diez años, en las páginas de Neo2, seleccionamos a seis familias de todo el mundo que tenían algo en común: fueron padres pioneros en utilizar un Bugaboo Cameleon.
Hoy, cuando este cochecito cumple 11 años y se ha convertido en habitual en el entramado urbano, hablamos con otras dos familias que apostaron por él cuando todavía era una ‘rara avis’ en el mundo de la movilidad infantil.
Por mucha publicidad que inviertan las marcas, no hay mejor prescriptor para cualquier producto que el consumidor final. Infinidad de artículos que hoy nos parecen de lo más normal, supusieron toda una revolución cuando irrumpieron en nuestra vida. Y fueron personas como tú y como yo quienes decidieron innovar apostando por ellos. Uno de estos productos, que vendría a darle un aire nuevo al estancado mundo de la movilidad infantil, sería sin duda el cochecito Bugaboo Cameleon, buque insignia de la marca holandesa Bugaboo. Un cochecito que vio la luz en el año 2005, aunque empezó a gestarse mucho antes.
Fue en 1994 cuando un joven estudiante de la Academia de Diseño de Eindhoven llamado Max Barengurg presentaba un diseño de un cochecito para niños como proyecto de su tesis final. Tras su graduación decidió sacar su idea adelante con la ayuda de un amigo, Eduard Zanen. No fue un trabajo fácil, pasaron años buscando un fabricante que creyera en su proyecto, hasta que finalmente optaron por producirlo ellos mismos y crear su propia fábrica. Por fin, en 2005, llegaba a la calle el primer Bugaboo Cameleon. Un coche con un diseño innovador, pensado para padres con un estilo de vida moderno, urbanitas, amantes del diseño, la calidad y la funcionalidad, porque no solo es el diseño lo que sorprendió del primer Bugaboo Cameleon, también lo hicieron sus materiales resistentes y de alta calidad, su facilidad de uso, su versatilidad… Un cochecito que rápidamente convenció a muchos padres por su concepto todo-en-uno, que se adapta a todas las edades y tipos de paseo.
Hoy día, ya no nos sorprende lo más mínimo ver cochecitos Bugaboo por las calles de cualquier ciudad del mundo, pero no siempre estuvieron ahí, y los primeros padres que usaron un Bugaboo Cameleon fueron al principio unos bichos raros que eran el centro de todas las miradas. En el artículo que publicamos en Neo2 hace diez años solo pudieron aparecer 6 familias, pero fueron muchas más las que ya entonces decidieron confiar en este cochecito hoy ya icónico.
Hoy, cuando el Bugaboo Cameleon cumple 11 años, hemos recuperado a algunas de aquellas familias que no pudieron aparecer en ese artículo para ver cómo ha cambiado su vida en estos años, cómo son ahora esos niños que fueron los primeros en subirse a un Bugaboo Cameleon y qué recuerdos tienen del cochecito que se convirtió en uno de sus accesorios imprescindibles. Esas dos familias son la formada por los fotógrafos residentes en Madrid Sara Zorraquino y Pedro Vikingo, y sus dos hijas, Rita, de 12 años y Uma, de 9; y la de Carmen Martínez Folch y Fernando Ballester, residentes en Valencia, emprendedores (Carmen tiene dos ópticas y está a punto de abrir una tercera y Fernando tiene también su propia farmacia) padres de 4 hijos y fans incondicionales de Bugaboo. Hablamos con ellos, los pioneros.
Familia Carmen Martínez Folch y Fernando Ballester (Valencia) en la actualidad. Foto: Javier Ferrer
¿Qué tal conciliais vida laboral y familiar? Ahora mejor que antes, nuestros negocios ya están asentados y podemos faltar al trabajo ya que tenemos empleados, los niños han sido cuidados y son cuidados por nosotros, la familia y chicas que contratamos, así hemos ido tirando. ¿Cómo es vuestra rutina diaria? Nuestra vida es bastante normal y un poco caos también: ¡4 niños son muchos niños! Al mediodía nos gusta comer juntos en casa y por la tarde entre Fernando y yo llevamos a los niños a diferentes actividades. Los fines de semana solemos comer fuera. Quedamos con amigos, vamos al cine… También cogemos las bicis o hacemos caminatas. ¿Qué quieren ser vuestros hijos de mayores? El niño quiere ser farmacéutico como su padre, la mayor no lo tiene claro, aunque le gustan las manualidades y la pintura, y las otras… les gusta mucho la música, ¡esas van por el camino del folclore! La verdad es que no saben aún. A nosotros nos gustaría que en el futuro fueran emprendedores, que conocieran mundo y que se dedicaran a lo que más les gustara. ¿Por qué decidisteis comprar un Bugaboo Cameleon? Lo elegimos claramente por el diseño, nos encantaba. Lo veíamos en las revistas y nos gustaba mucho. ¿Recordáis alguna anécdota con el carrito? Casi nadie lo llevaba entonces. Había gente que se quedaba mirando el carro, y una vez nos dijeron que era el mismo que llevaba la infanta Cristina. ¿Todos vuestros hijos han usado Bugaboo Cameleon? También hemos usado el Bugaboo Frog y el Bugaboo Bee, pero el que más nos gusta es el Cameleon. Todavía lo tengo y no pienso deshacerme de él porque le tengo muchísimo cariño. Se lo he recomendado a todo el mundo. Es comodísimo. ¿Cómo os imagináis el cochecito Bugaboo del futuro? A mí me gustaría que lanzarán carro para los niños de 2 a 4 años. Ese segundo carro que solemos comprar las madres cuando los niños son más mayorcitos ¡estaría genial!
Foto para el recuerdo. Dos de los hijos de Carmen y Fernando con su cochecito Bugaboo
Familia Sara Zorraquino y Pedro Vikingo (Madrid) en la actualidad. Foto: Rita Jiménez Zorraquino
¿Qué ha sido lo más difícil a la hora de ser padres? Que hay que hacer producción en la organización de la familia al incorporar obligaciones como el cole… Aunque luego tampoco es tan difícil. Los dos sois fotógrafos, ¿qué tipo de fotografía hacéis? Estamos enfocados en la fotografía comercial (moda-niños-publicidad-editorial). Estilos muy diferentes, aunque a veces compartimos proyectos. Sara trabaja con más dirección de arte y Pedro es más documentalista. También jugueteamos con la foto en movimiento. Pedro colabora en proyectos como director de fotografía y realizador. Él es el culpable de www.lookandbite.pro una revista de contenido audiovisual y ahora está trabajando en un documental. Sara está ahora con un proyecto de 200 imágenes enfocadas en estilo de vida de jóvenes para una campaña con S.C.P.F.* México. ¿Podéis conciliar sin problema vida laboral y familiar? Lo bueno de nuestro trabajo es que varían los proyectos. Algunas veces concilias mejor que otras, pero siempre nos apañamos y disfrutamos con nuestras hijas. ¿Qué tipo de cosas hacéis en familia? Nos encanta viajar, a ser posible a otras culturas. También nos gusta esquiar, montar en bici, ir a la montaña y la playa. ¿Qué quieren ser ellas de mayores? Todavía no lo tienen claro, a nosotros nos gustaría que disfruten del presente siempre. No sabemos si serán fotógrafos, pero si tiran por ahí seguro que habrá muchas nuevas profesiones vinculadas a la imagen. ¿Por qué decidisteis comprar un Bugaboo Cameleon? Nos lo recomendó una amiga y es quizás la mejor publicidad que existe. Nos fiamos de ella y desde luego no nos arrepentimos. ¿Fue su diseño una de las claves a la hora de elegir el Bugaboo Cameleon? Fue un poco por todo, pero el diseño fue muy importante, claro, nos gustó desde el minuto uno. ¿Qué hicisteis con el cochecito? Lo regalamos, preferimos que lo disfrutaran otros padres a tenerlo en el trastero cogiendo polvo. ¿Cómo os imagináis el cochecito Bugaboo del futuro? Que no ruede, ¡que vuele!
Foto para el recuerdo. Sara Zorraquino con su cochecito Bugaboo
Artículo publicado en el número 147 de la revista Neo2. Texto: Sofía Dos Santos. Ilustración inicio: Julien Martin