Polifacética, visionaria y reivindicativa. Lola Arias (Buenos Aires, 1976) ha construido una carrera sólida a través de su dedicación al trabajo de campo y la documentación.
Lola Arias es una mujer que disfruta observar, escuchar y, sobre todo, aprender. Estas cualidades son la base de sus grandes proyectos, los cuales han sido reconocidos y galardonados en múltiples ocasiones. Su última película, Reas, es un claro ejemplo de su enfoque, así como una representación de superación, identidad y libertad. Conceptos que Arias defiende y expresa a través de su arte.
Imagen superior: Fotograma de la película Reas
Tus obras surgen de una búsqueda y documentación, además se caracterizan por tener un carácter crítico. ¿En qué momento comienzas a establecer estas bases en tus proyectos?
Lola Arias: Empecé a hacer teatro hace más de 20 años. Al principio era ficción, hasta un momento donde comencé a trabajar dentro de la no-ficción y la primera obra que hice fue Mi vida después. Ahí vemos un proyecto en el que personas de mi generación reconstruyen la vida de sus padres durante la dictadura. Desde ese momento, me fui interesando en trabajar de una manera documental a partir de archivos e historias reales de personas.
Fotograma de la película Reas
¿Cómo llegas a esas personas, a esas historias de vida?
Lola Arias: La realidad es que no es que elijo los temas o las problemáticas como alguien que tiene como una agenda política y abre el diario. Más bien, los proyectos me van llegando de una manera muy extraña, casi como una obra me lleva a la otra. Por ejemplo, con la película Reas empezó porque fui a mostrar mi película anterior a la cárcel de mujeres de Ezeiza, y cuando terminamos la proyección, las personas que estaban detenidas empezaron a decir: “Ay, qué hermosa una película con personas que no son actores y que pueden reconstruir su vida. ¿No podrías venir a dar unos talleres aquí en la cárcel?”. Gracias a ese taller, fui descubriendo sus historias y una dimensión de la cárcel que para mí hasta ese momento era desconocida. Ahí, decidí iniciar un proyecto.
En Reas muestras la otra cara de la cárcel, ¿cómo diste forma a esa realidad que no suele ser visible?
Lola Arias: Para mí era muy importante hacer una película que no fuera otro film más… Que no fuera un espectáculo de la violencia, donde las personas detenidas solamente se muestran como víctimas de violencia o como perpetuadoras de violencia a otras personas. Quería mostrar que en la cárcel también existen estos ranchos o familias que no son de sangre. Vínculos de solidaridad, amor y cuidado. Gracias a estos vínculos, las personas sobreviven. Y creo que eso es lo que hace especial a la película, que pone el eje ahí. En el amor y la solidaridad de una comunidad en un contexto de violencia y depresión.
Y tenemos ese toque de la música, un matiz de libertad.
Lola Arias: La idea de hacer una película documental y musical surge de la experiencia de estar dentro de la cárcel y ver que la música es un arma de resistencia. En el sentido de que a través de la música muchas personas pueden tener un espacio de expresión y comunión. Nacho, el chico trans que protagoniza la película, y Estefy, otra de las protagonistas, tenían una banda dentro de la cárcel que se llamaba Sin Control. Me pareció hermoso tomar esa actividad a través de la banda para generar una película musical. De alguna manera, las canciones son una manera de reflexionar sobre la experiencia del encierro, pero desde otro lugar.
Fotograma de la película Reas
Además, has dado voz y visibilidad a colectivos que suelen olvidarse en este tipo de proyectos.
Lola Arias: Cuando entre a la cárcel de mujeres, es ver una manera binaria donde se piensa la sociedad como mujeres cis. En realidad, en la cárcel de mujeres hay mujeres cis, mujeres tras, hombres tras o personas no binarias. Hay una cantidad de identidades de género que están aglutinadas en la cárcel de mujeres. Y la película muestra todas esas identidades, y la convivencia entre ellas. Además de la solidaridad y el amor en ese contexto. Para mí era muy importante no reproducir una mirada que no viera este aspecto de la cárcel de mujeres. Al final es una realidad, existen diferentes identidades que están aglutinadas en este espacio.
Fotograma de la película Reas
Tus proyectos muestran una realidad, pero existen toques de ficción. ¿Cómo logras desdibujar estos límites?
Lola Arias: No son documentales al estilo tradicional, no son solo observación y entrevistas. Más bien son personas reales que se convierten en actores, cantantes o bailarines. Entonces, hay una transformación a partir del trabajo artístico y eso es lo más especial de los proyectos que hago. La película tiene muchas escenas con realidad y a la vez son muy de fantasía de ficción.
Gracias a Teatros de Guerra surgió Reas, ¿pensaste en algún momento que te traería tanto?
Lola Arias: No, la verdad es que no. Nunca piensas que te vaya a dar tanto (se ríe) Reas me ha dado una obra de teatro que es como una segunda parte con los protagonistas. Se titula Los días afuera y llegará a Madrid en noviembre. Lo más interesante del tipo de trabajo que hago es que nunca sabes a dónde va a terminar. A dónde te va a llevar.
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